Por despecho...

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Iwaizumi tendrá una cita este fin de semana.
Tendrá una cita con una chica hermosa.
No será con él.
Maldición, juró que no iba a llorar.
Delante de Iwaizumi había podido fingir felicidad por él e incluso dijo que debía contarle todo después. Ahora que estaba solo en su cuarto las lágrimas no paraban de salir.
Era patético, tenía que dejar de llorar.
Oikawa se enjugó las lágrimas, tenía que hacer algo más. Tenía que distraerse.
Decidió entonces que debía salir aquel fin de semana, no podía quedarse nada más pensando en aquella cita ajena pero tampoco podía salir a los alrededores de Miyagi podría encontrarse con ellos.
La respuesta cruzó su mente: Tokyo.
Sí, haría un tonto viaje para alejarse de su mal de amores.
Así que eso fue lo que hizo, el viernes después de clases arregló sus cosas para pasar el fin de semana allá y en la madrugada, a las 6 am, tomó un tren.

¡Voy camino a Tokyo! Espero que te la pases muy bien hoy, Iwa-chan 😊

Mandó el mensaje una vez que el tren ya se había puesto en camino.

Maldita sea, Shittykawa ¿Por que no me dijiste antes? Te hubiera acompañado al tren.

La respuesta de Iwaizumi sólo logro dolerle más, no quería verlo ese día y mucho menos que le pidiera consejos.

No te preocupes, Iwa-chan. Estoy bien, concéntrate en tu cita, mucha suerte 😉

Cerró los ojos para no pensar en nada y durmió la mayor parte del camino.
Llegó a las 8 am, ¿qué se supone que debía de hacer tan temprano? Tal vez un café sería la mejor opción.
Se dirigió a la cafetería más cercana que encontró y tomó su café con calma mientras escuchaba música y leía un poco.
Se sintió tranquilo por un momento, suspiró y decidió pedir también un Muffin para no tener solo el café en el estómago.
Se sumergió tanto en la historia que perdió el transcurso del tiempo y cuando volteó a ver la hora ya eran las 10 am.
Maldijo por lo bajo, ¿por qué había volteado a ver la hora? Seguramente Iwaizumi ya estaría preparándose para irse.
Cerró el libro bruscamente, se levantó, agarró sus cosas y tiró su basura al salir de la tienda.
Ahora estaba furioso y ni siquiera entendía muy bien el por qué.
Iba sin poner atención, aún escuchando música y apresurando su paso.
Hubo un ruido sordo cuando chocó contra alguien.
- ¡Idiota! ¿Qué no ves por dónde caminas? Pudiste haberme lastimado - gritó Oikawa a pesar de que sabía que era su culpa.
- Bueno, si no estoy mal fue tu culpa Tooru - contestó una voz que reconocido inmediatamente.
Se quitó los audífonos para prestar más atención y sonrió.
- Tetsu-chan, me alegra verte por aquí - lo saludó Oikawa más calmado.
- Oh, ¿no vienes hoy con Iwaizumi? - preguntó el pelinegro.
Oikawa negó con la cabeza intentando no mostrar sus sentimientos.
- Tiene una cita el día de hoy - explicó.
Kuroo rió amargamente.
- Entonces estamos igual. Kenma fue a ver a Chibi-chan - admitió con una media sonrisa.
Oikawa vio para abajo, al parecer ambos estaban en la misma situación.
- Ven conmigo entonces, necesito buscar cosas para distraerme - lo invitó.
Tetsuro asintió.
- Pero primero dejemos tus cosas - dijo apuntando al equipaje de Oikawa.
El castaño se encogió de hombros.
- No tengo donde quedarme, ni mucho dinero. - admitió Tooru.
- ¡No hay problema! Quédate conmigo -
Se dirigieron a casa de Kuroo a dejar sus cosas y después decidieron ir a jugar videojuegos, comer algo, ir a ver una película y finalmente para pasar la noche compraron cervezas y botellas para ahogar las penas en alcohol.
Comenzaron de a poco pero ya entrada la noche habían tomado demasiado que todo les daba risa.
- Pero es que no entiendo que demonios le ve a Chibi-chan... - se quejaba Kuroo
- Tal vez... Es su forma de jugar - dijo Oikawa, después se voltearon a ver mutuamente y rieron a carcajadas. - La verdad que no sé, nones como si no fueras guapo e incluso tienes buen cuerpo - continuó.
- Bueno, no es como que tú te quedes atrás, Tooru. Me sorprende que no hayas volteado a Iwaizumi como tazo - rió Kuroo con su típica carcajada.
Continuaron haciendo comentarios tontos y quejándose de sus respectivos amores no correspondidos cuando de repente las risas pararon.
Los labios de Kuroo se encontraban contra los de Oikawa, comenzaron los besos desenfrenados, la ropa en todos lados y finalmente se dirigieron al cuarto de Tetsuro.

¿Más que amigos? (KuroOi) ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora