Habían pasado tres días de los cinco del campamento y Kuroo seguía ignorando a Tooru.
El castaño cada día se desesperaba más, incluso se había plantado frente a él para hablar pero el gato se había hecho a un lado para continuar su camino.
Esta vez en la práctica les había tocado jugar juntos, sin embargo el problema de comunicación había hecho de las suyas y perdieron.
— ¡POR UN DEMONIO, TETSURO! ¡HÁBLAME! ¡HAZME CASO, CARAJO! ¡NECESITO QUE ME HABLES! – gritó Oikawa al terminar el partido dos contra dos.
Se habían salido un par de lágrimas sin su permiso y se mordía el labio inferior con coraje.
Todos habían guardado silencio y veían a ambos chicos con ojos como platos.
— ¡Oikawa! Ven conmigo – ordenó el entrenador.
El castaño no dudó en seguir las instrucciones y caminó fuera del gimnasio junto con el profesor.
— Dentro del voleibol a nadie le importa tu vida personal, ni a tus jugadores ni al público. Debes aprender a ser profesional, a nadie le interesa lo que pase entre ustedes dos.– explicó el entrenador con tono serio — Ve a descansar, ya casi acaba el entrenamiento. La cena es en 15 minutos – concluyó dejando a Oikawa solo.
Tooru decidió ir al salón que estaban usando como dormitorio y se acostó en el futón cubriendo su cara con la almohada, dio un grito ahogado de frustración y se dejó llorar.
Sus sentimientos le habían ganado a su profesionalismo que según él tenía.
Dejó salir todo el sentimiento que seguía en su interior y se quedó dormido.
Kuroo estaba preocupado, sabía que Oikawa no era bueno ocultando sus sentimientos pero jamás lo había visto explotar en frente de la gente así.
Cuando no se presentó en la cena habló con el entrenador para poder llevarle algo de comida a los dormitorios.
— Este también fue un problema mío, por favor déjeme tomar algo de responsabilidad – había dicho haciendo una reverencia.
Así que ahora se encontraba con una charola que tenía la cena del día.
Sonrió al ver a Tooru dormido en aquella posición tan chistosa, con la almohada cubriendo su rostro y las piernas cruzadas como si solo estuviera descansando.
Se sentó a su lado y quitó la almohada con cuidado. Tooru estaba roncando bajo y tenía la boca semi abierta.
Acarició la mejilla de Oikawa con una mano y con la otra lo movió un poco para despertarlo.
El castaño abrió los ojos despacio, al ver a Kuroo se talló los ojos pensando que seguía dormido o que había visto mal.
— Te traje de comer, te quedaste dormido... – dijo Kuroo en voz baja.
Oikawa se levantó despacio y tomó la bandeja que el pelinegro le tendía.
Comenzó a comer sin decir nada, cada vez que pasaba más tiempo los ojos se le llenaban otra vez de lágrimas.
Maldición, aquel día no podía controlar sus emociones.
Se enjugó las lágrimas mientras seguía comiendo hasta que terminó ninguno dijo nada.
— Aún no sé lo que quiero, Tetsu-chan... Pero de algo estoy seguro y es que no te quiero fuera de mi vida – dijo Oikawa rompiendo el silencio y cediendo nuevamente a las lágrimas.
Kuroo no pudo más, Oikawa se había hecho un ovillo abrazando sus piernas, lo cual había facilitado para él cargarlo y sentarlo en su regazo.
Lo abrazó y lo meció despacito, consolandolo.
Enjugó sus lágrimas.
— Tooru... Estoy aquí, no me voy a ir ¿ok? Por favor, deja de llorar. Sabes que no me gusta verte así – dijo Kuroo.
Tooru lo volvió a ver con ojos acuosos y supo inmediatamente lo que quería, así que se acercó lentamente hasta juntar sus labios.
Lo besó despacio, con mucho cariño y un poco de desesperación; como buscando respuestas en la boca del otro.
Continuaron por un largo rato sin recordar dónde estaban.
Bokuto y Akaashi entraron platicando como cualquier otro día
— OY KUROO VERDAD QUE... – comenzó a decir el peliplata deteniéndose ante la escena.
Tooru y Kuroo brincaron de sorpresa mientras que Akaashi se aclaró la garganta y volteó para otro lado.
— Deberían tener más cuidado... – aconsejó riéndose un poco.
Oikawa se bajó de las piernas de Kuroo y se sentó un poco más alejado, se había sonrojado bastante.
— Perdón... – se disculpó el gato con una sonrisa socarrona que delataba que realmente no se arrepentía de nada.
— BUENO, AL MENOS YA TIENE SENTIDO EL PORQUÉ SE PELEARON ¿NO AGAASHEE? – comentó Bokuto riéndose.
— Si, Bokuto-san – respondió sin llevarle la contraria.
— ¿PERO POR QUÉ ESTABAN PELEADOS? – siguió Bokuto
Kuroo se rió al ver cómo Oikawa se había sonrojado aún más.
— Es una historia larga, Bokuto. Mejor otro día te cuento, ya pasó suficiente vergüenza el día de hoy – contestó Kuroo refiriéndose a Oikawa, quien le dio un golpe en el brazo.
Los demás comenzaron a llegar al salón para prepararse para dormir así que habían dejado el tema atrás.
Tooru y Kuroo se habían quedando viéndose en lo que los demás se dormían y una vez que estuvieron seguros de que nadie los veía se acercaron para estar abrazados.
— Cuando esto termine... Debemos hablar seriamente, quiero reestructurar ese contrato... – dijo Kuroo mientras acariciaba su mejilla.
— Está bien – concordó Oikawa.
Finalmente aquella noche podría dormir en paz sabiendo que tenía devuelta a su gato.
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¿Más que amigos? (KuroOi) ~ Finalizada
FanfictionOikawa está deprimido porque Iwaizumi tendrá una cita con una chica, ¿qué pasa cuando por querer distraerse termina en Tokyo en compañía de Kuroo? Unos tragos para desahogar las penas, un contrato de amigos con derechos, ¿será que son más que amigo...