¿Un nuevo contrato?

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Aquel fin de semana decidieron descansar del campamento, ambos estaban demasiado exhaustos para hablar.
Pero el siguiente fin Oikawa fue al departamento de Kuroo. Era un poco extraño regresar y más aún sentarse nuevamente en la mesa en la que redactaron aquel acuerdo la primera vez.
— Bien... Esta es mi propuesta – dijo Kuroo entregándole una hoja donde se leía "Contrato de Pre-novios".
— ¿Pre-novio? ¿Eso sí quiera existe, Tetsu-chan? – preguntó Oikawa de forma burlona.
— ¡Claro que sí! Es cuando empiezan las citas y así – explicó el pelinegro.
— Bueno, pensé que se decía diferente. He escuchado saliente o quedante, pero nunca pre-novio –
siguió burlándose Oikawa.
Kuroo hizo un puchero que hizo que se viera aún más adorable haciendo que automáticamente Tooru acariciar su mejilla.
— Tengo otra duda bueno dos dudas... ¿Por qué esta vez lo hiciste tú solo? – preguntó observándolo con curiosidad
— Tooru... Sé que estás dudoso aún, pero voy a hacer todo lo posible para enamorarte. Por eso decidí hacerlo yo, para demostrarte mi compromiso. Sin embargo, puedes agregar más cosas si quieres – explicó el gato viéndolo mordiéndose el labio inferior por los nervios.
— Bueno... la segunda es... ¿Cómo es que esta es tu letra? Cuando firmaste la vez pasada no era así... – dijo viendo la letra bien hecha de aquel papel. Parecía que la había impreso pero las marcas atrás del papel hacían ver qué él lo había escrito.
Kuroo soltó una carcajada.
— No tenía ganas de escribir... Por eso – se excusó.
Oikawa hizo una mueca y se dispuso entonces a leer lo que decía.
Le gustó lo que leyó y firmó pero sentía que algo faltaba... Estaba muy...

— ¡Sé que falta! – dijo Tooru muy serio, asustando a Kuroo

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— ¡Sé que falta! – dijo Tooru muy serio, asustando a Kuroo.
— Dime y con gusto lo anoto... – comenzó a decir pero Oikawa movió la cabeza en negación.
— Necesito que confíes en mí – le pidió.
Tetsuro asintió un poco a regañadientes pero lo dejó.
Oikawa sacó de su mochila sus plumones que siempre llevaba consigo y comenzó a meterle más color, estaba demasiadooooooooo aburrido ese contrato.
No era por nada que Hajime se burlara de él diciéndole que era el chico de los plumones.
Después de unos minutos en los que Kuroo estaba muy nervioso terminó.
— Ahora sí – dijo Tooru sonriendo y entregándole el contrato.
La expresión de Kuroo fue inexplicable y Oikawa no pudo más que reírse.

— ¿Qué le hiciste a mi contrato? – dijo el pelinegro fingiendo indignación

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— ¿Qué le hiciste a mi contrato? – dijo el pelinegro fingiendo indignación.
— Sólo lo arreglé, estaba muy aburrido antes. Ahora es hermoso – explicó el castaño.
Kuroo soltó otra carcajada más.
— Y escurre miel – se quejó agarrando la hoja como si estuviera sucio.
— ¡Oy, intento ser lindo contigo! – dijo Oikawa ofendido y cruzando los brazos.
— Era broma – dijo Kuroo abrazándolo y dándole varios besos en la cara y luego en los labios.
Oikawa le regresó el beso, saboreó lentamente aquel sabor tan dulce que desprendían los labios de Kuroo.
— ¿Alguna vez te he dicho que me encanta como saben tus labios? – le preguntó haciendo una pausa.
El gato se sonrojó ante tales palabras y negó con la cabeza.
— Pues en serio me encanta – volvió a decir Tooru sonriendo.
Tetsuro contestó con otro beso cargándolo hasta su habitación, no quiso apresurar las cosas y el castaño tenía la misma idea al parecer; así que aquello solo se convirtió en una sesión de besos y caricias.
Tooru entre besos le decía a Kuroo lo mucho que le gustaba y lo quería, cosa que nunca había hecho antes, por lo que hizo que a aquel gato se le salieran un par de lágrimas.
— Maldición, me choca ponerme sentimental – dijo Kuroo enjugandose las lágrimas.
— A mí me gusta. Quiero conocer ahora cada faceta de ti, amor – confesó Oikawa, haciendo que Kuroo escondiera su cara sobre el pecho del castaño de la vergüenza.
— Te quiero, Tooru... – le dijo acercado más su cuerpo al del castaño, quien estaba sobre su regazo.
— Yo a ti, Tetsu-chan – contestó sonriendo.
Era un poco extraño estar así para ambos, no es como si nunca se hubiesen besado pero todo era diferente; esta vez demostraban sus sentimientos.
Aquello asustaba a Tooru, toda la vida se había guardado sus sentimientos; era extraño expresarlos. Se había creído desde pequeño para no demostrar lo que sentía o saldría lastimado.
Incluso sus padres lo habían lastimado.
Si su propia familia le había hecho eso, ¿cómo se suponía que podía estar tan seguro en dejar entrar a aquel gato en su vida?
Sin embargo, no volvería a dejarlo ir.
Aunque fuera tan difícil para él, haría todo por aquel chico llamado Kuroo Tetsuro.

¿Más que amigos? (KuroOi) ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora