Monotonía

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La vida de Oikawa se había vuelto aburrida. Monótona. Sin nada qué hacer, incluso el voleibol que tanto le había apasionado siempre ya no le gustaba; jugaba por rutina.
Kuroo y él habían dejado de hablar desde hacía ya tres semanas, también había tomado su distancia con Iwaizumi solo hablaban durante la práctica.
Todos habían notado el cambio en él y no lograban comprender qué pasaba.
Un día mientras regresaba a casa Maki y Matsun lo interceptaron.
— ¿Cuándo nos vas a decir qué está sucediendo, Oikawa – preguntó Matsun.
Tooru simplemente se encogió de hombros y continuó caminando.
Maki lo detuvo.
— Vamos, Oikawa ¿Qué pasó entre tú e Iwaizumi? – insistió Maki.
Tooru suspiró.
— El protagonista de mi historia no es Iwaizumi... Esta vez él fue el antagonista – dijo con pesadez.
Los dos chicos lo voltearon a ver sorprendidos.
Tooru rió amargamente.
— Si quieren saber qué fue lo que pasó... En resumen... Me enamoré, me confundí y lo eché todo a perder – comenzó a explicar antes de contarles su historia.
— Demonios, Tooru... ¿Por qué nos ocultáste todo esto? – dijo Matsun algo ofendido.
— Sí, Tooru... Sabes que también puedes contar con nosotros – le recordó Maki.
Oikawa suspiró.
— No podía... Se supone que Iwaizumi era el único que podía saber junto con Kenma, pero no pensé perder a Iwaizumi... – admitió.
— Pero no hiciste nada malo, Tooru...
Y no creo que hayas perdido a Hajime, sólo te está dando el espacio que le pediste. – dio su opinión Maki.
— Yo también creo eso y en cuanto al gato... ¿Piensas intentar recuperarlo? – preguntó Matsun
— Sigo sin saber que hacer, sé que primero debo arreglar las cosas con Iwaizumi... Y no tengo idea de si Kuroo me quiera de vuelta... Soy un desastre – se quejó.
— Habla con Hajime. Nosotros nos encargaremos de un plan para ayudarte con Kuroo – dijo Maki viendo a Matsun de forma complice.
— No tengo idea de qué está planeando pero confía en nosotros – aseguró Matsun.
Y antes de que Oikawa pudiera decir algo se fueron corriendo.
¿Qué se suponía que debía decirle a Iwaizumi?
Después de llegar a su casa no pudo concentrarse en otra cosa que en las palabras que le diría...
Decidió que hablarían después de la práctica, que se disculparía por ser tan tonto, que le haría saber sus sentimientos y si tenía que hacerlo le suplicaría que regresara su mejor amigo.
Se quedó dormido pensando en aquello.
Al día siguiente estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría Hajime.
Después de la práctica, se sentó al lado de él.
— Estuviste muy bien hoy, Iwa-chan – le dijo sonriendo.
— Eh... Gracias – contestó un poco dudoso.
— Iwa-chan... ¿Me acompañarías a casa hoy? – le preguntó con nerviosismo.
Iwaizumi asintió con la cabeza.
En el camino se notaba la tensión entre ambos, era algo incómodo hasta que Oikawa decidió hablar.
— Hajime... Perdón – soltó de repente.
Aquel chico se detuvo de repente viéndolo extrañado.
— ¿Por qué? – preguntó
— Por ser un tonto... – comenzó a decir Oikawa pero fue interrumpido por Iwaizumi.
— No, Tooru... Digo que por qué te disculpas tú cuando debería ser yo quien lo haga – admitió su amigo viéndolo con aquellos ojos grises tan expresivos que tenía — Debí haber respetado tu relación con Kuroo... Por mi culpa has estado deprimido, supongo que dejaron de hablar ¿no? –
Oikawa lo vió sorprendido.
— ¿Cómo...? – preguntó Oikawa.
— Por favor, podremos haber peleado pero no quita que te conozca de toda la vida – dijo Iwaizumi riéndose.
— Iwa-chan... Te necesito de vuelta, necesito a mi mejor amigo... – dijo con voz quebrada y finalmente soltandose a llorar.
— Oy, Shittykawa ¿Quién dijo que me había ido a algún lado? – contestó abrazándolo.
Oikawa lloró aún más fuerte.
Iwaizumi no lo soltó y siguió consolandolo hasta que se calmó varios minutos después.
— ¿Qué tienes pensado hacer? – le preguntó Hajime refiriéndose a Kuroo.
— Honestamente no sé, no creo que me quiera de vuelta... Y no sé que quiero con él realmente... ¿En serio me enamoré de él, Iwa-chan? – preguntó haciendo pucheros, su confusión seguía pero sabía que lo quería de vuelta.
— Oy, no digas eso – dijo Iwaizumi dándole un zape — Por lo que ví, Kuroo te quiere demasiado. Sin embargo, se ve que es algo... Orgulloso, puede que te cueste un poco – opinó.
Oikawa suspiró.
— Se supone que Maki y Matsun me ayudarán a encontrar una solución – dijo riéndose.
Iwaizumi se rió.
— ¿Crees que aquel par de tontos podrá hacer eso? – le preguntó con burla.
— Ni idea – admitió Oikawa riéndose.
Sin embargo, Maki y Matsun les cerraron la boca a aquellos chicos con un plan que no sonaba tan descabellado.
Pocos días después, habían descubierto que Kuroo estaba invitado a un campamento de entrenamiento en la prefectura de Nagano.
Oikawa no había sido invitado o al menos el entrenador no había hecho nada así que mejor decidió ser insistente.
— Entrenador. He escuchado que habrá un campamento en Nagano en la preparatoria  Kamomedai, me gustaría poder ir – había dicho.
El entrenador lo vio algo extrañado, Oikawa no era de las personas que pidiera ir a algún entrenamiento en específico pero aún así dijo que vería que podía hacer.
Para la suerte de Tooru alguien de la Academia Itachiyama había rechazado ir y había una vacante.
— Me sorprende que Oikawa Tooru esté interesado, con mucho gusto recibiremos a uno de los mejores – había dicho el entrenador Aaron Murphy.
Y así fue como Tooru pudo conseguir su pase para el campamento.
Solo faltaba pensar...
¿Cómo reaccionaría Kuroo?
¿Qué le diría?
Y lo más importante, ¿Qué quería Oikawa?

¿Más que amigos? (KuroOi) ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora