Partido de práctica

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Kuroo y Oikawa ya llevaban poco más de un mes saliendo, pero esta era la primera vez que se enfrentaría a una dificultad así.
Seijoh había aceptado un partido de práctica contra Nekoma y ahora ambos eran un manojo de nervios. Nunca se habían visto fuera de los fines de semana y con tanta gente.
Kuroo se agarraba las manos con preocupación mientras esperaban que Seijoh llegara.
Por otro lado Oikawa hacía lo que siempre que estaba nervioso, hablar sin parar. Iwaizumi estaba un poco harto de su amigo, pero si decía algo sabía que iba a ser peor.
Después de un buen tramo de camino en el autobús el castaño volteó a ver la ventana, habían llegado a Tokyo.
— ¡Maldición, Iwa-chan! Ya llegamos – gritó aún más nervioso, dando golpecitos con los pies y dándole un golpe de emoción.
— No tenías que golpearme... – se quejó Iwaizumi sobando su brazo.
— Nunca te había visto tan emocionado, Oikawa... – dijo Maki algo extrañado.
— Eso es verdad... – concordó Matsun.
Eso había puesto más nervioso a Oikawa.
— C-c-callense... No es cierto – tartamudeó en respuesta.
Haciendo caso omiso a las burlas que siguieron agarró su celular y mandó un mensaje.

Ya casi llego 💕

Tal vez había estado mal, pero hacía un par de semanas que la forma de hablarse entre los dos había cambiado.
Tal vez habían sido las cervezas que tenía encima el día en el que se le salió decirle a Kuroo "Te quiero, mi amor" para que el gato le contestara con un "Yo también te quiero, bebé".

Aquí te espero, bebé ❤️

Sonrió, no sabía porqué había escogido aquella forma de decirle pero no le molestaba.
Suspiró. Sus nervios iban en aumento.
Unos 10 minutos después el autobús se detuvo.
Habían llegado a Nekoma.
Bajaron del camión, se estiró un poco y finalmente entraron al gimnasio.
Ahí estaba todo el equipo, pero ver a Kuroo listo para el partido había hecho que saltara el corazón de Oikawa.
Cuando el partido comenzó ninguno de los dos podía concentrarse, Oikawa no podía dejar de ver el cuerpo de Kuroo cuando brincaba para anotar; era demasiado sensual.
Y para Kuroo el ver la fuerza con la que sacaba Oikawa se le hacía demasiado excitante... Era extraño verlo así cuando normalmente siempre lo sentía tan frágil al estar con él.
Cómo ambos no podían concentrarse ambos equipos estaban totalmente descoordinados y el marcador no iba muy diferente.
Nekoma fue quien pidió un tiempo libre.
— ¡Oy! ¡KUROO! ¿QUÉ TE PASA? NO PORQUE SEA UN PARTIDO DE PRÁCTICA PIENSO PERDER CONTRA SEIJOH – gritó Tora.
— Tora tiene razón... Pero Oikawa tampoco está en su 100% y su estrella está bastante molesto con él. Probablemente metan a Kyotani, no dejen que su cara de furia los intimide. Podrá tener mucha fuerza pero le falta práctica – aconsejó Kenma.
Del otro lado los de Aoba Josai escuchaban a su entrenador, quien se encontraba regañando a Oikawa , sin embargo Iwaizumi estaba tan enojado porque sabía que Kuroo era la razón de que su amigo no se concentrara que no pudo evitarlo y le aventó el agua que quedaba de su botella en la cara.
— ¡Iwa-chan! ¡¿Qué demonios?! – gritó el capitán.
— A ver si así dejas de distraerte, Shittykawa – fue lo único que contestó aquel chico.
Después de eso ambos volvieron su mente al juego y se convirtió en una batalla de capitanes.
El partido había terminado con Nekoma siendo el ganador.
Se acomodaron en línea y dieron las gracias.
Ambos equipos después fueron a comer lo que tenían preparado para ellos. No era como que los equipos se odiaran, pero eran bastante competitivos.
Oikawa recibió un mensaje.

Te veo en 5 minutos en los vestidores, bebé 😉

Se sonrojó bastante, se compuso un poco y esperó aquellos minutos que se le hicieron horas.
Se levantó discretamente y se dirigió a los vestidores.
Al entrar no pasó ni una décima de segundo y Kuroo ya lo había empujado contra los lockers y lo besaba.
— Aguanté todo el partido... No podía más – confesó Kuroo entre besos.
— No te retengas más... – pidió Oikawa, cada vez estaba más deseoso.
— Está bien... Entonces abre grande, bebé... – le pidió mientras acercaba sus dedos a la boca de Tooru.
— Como ordenes, Daddy – contestó lamiendo sus dedos.
Después de tener la suficiente saliva dirigió aquellos dedos debajo del short y ropa interior de Oikawa hasta llevarlos a su entrada.
Besó al castaño mientras introducía sus dedos para bajar la intensidad de los gemidos de Tooru.
Metió y sacó sus dedos varias veces hasta que Oikawa no pudo más.
— Follame... – suplicó Tooru lleno de lujuria.
Kuroo respondió cargándolo hasta la banca que estaba cerca, se bajó el short y los bóxers lo suficiente para dejar expuesto su miembro.
— Siéntate, mi amor... – le dijo Tetsuro.
Tooru no tardó nada en bajarse la ropa lo suficiente para exponer su entrada y se sentó lentamente. Kuroo le tapó la boca mientras entraba en él, ya que sabía que era una de las cosas que más disfrutaba Oikawa y no quería que fuera muy ruidoso.
Una vez totalmente adentro ambos comenzaron a moverse.
El éxtasis de estar en un lugar público, pensando que alguien podría entrar en cualquier minuto y el calor del momento hacía que todo se sintiera aún mejor.
Oikawa hizo giro de caderas haciendo que Kuroo perdiera la compostura.
— Hazlo de nuevo... – le suplicó y así lo hizo.
El pelinegro lo besó más intensamente para ahogar los gemidos que aquello le causaba, comenzó a ir más rápido dando justo en el punto G del castaño.
Lo besó apasionadamente mientras ambos se venían.
— Eres muy bueno en esto, amor – dijo Oikawa con voz entrecortada.
Se paró con cuidado y fue a limpiarse al baño.
Fue hasta que se calmó por completo que Kuroo se dio cuenta que su playera había sido manchada por Tooru.
— Maldición... – masculló y fue a lavarla.
— Tetsu-chan... – llamó el castaño.
Se escuchaba un poco más lejos, así que dejando a un lado su playera fue a buscar a Tooru.
Estaba en la regadera más lejana del lugar.
— ¿Por qué no traes playera, bebé? – preguntó el castaño con duda.
— Oh... Se manchó, la estaba limpiando... Pero... ¿Qué haces aquí? – contestó Kuroo extrañado.
— Quiero seguir besándote – confesó Oikawa acercándose a él.
Comenzaron a besarse nuevamente, Tooru disfrutaba de sentir el torso desnudo de Kuroo. Le encantaba aquella sensación que tenía cuando solo era una sesión de besos.
Tetsuro escuchó ruidos, paró y le dijo a Oikawa que guardara silencio.
Entraron a los vestidores.
— ¡Shittykawa! Sé que estás aquí – gritó Hajime.
— Y también tú, Kuroo... – agregó Kenma más tranquilo.
Tanto Oikawa como Kuroo soltaron una carcajada y salieron de dónde estaban.
Kenma hizo cara de asco al ver a ambos de aquella manera, definitivamente algo no estaba bien ahí. No sabía si era porque conocía esa mirada en Kuroo o porque cuando Oikawa vió a Hajime reconoció aún ese brillo en sus ojos que decían que todavía quería más a él que a su amigo.
— Ponte algo de ropa – dijo Kenma volteando para otro lado.
Kuroo tomó su playera y la guardó en su locker, sacando una playera blanca que tenía ahí.
— Oy, Oikawa ¿eso es un chupetón? – preguntó Iwaizumi.
El castaño entró un poco en pánico y corrió al espejo a revisarse.
Iwaizumi soltó una carcajada.
— ¿Ves? Te dije que si lo habían hecho, Kenma. Me debes 100 yen– dijo burlonamente.
— Me decepcionas, Kuroo... – dijo el rubio mientras le daba el billete a Iwaizumi.
— ¡Oigan! No jueguen con eso... – se quejó Oikawa haciendo pucheros.
Kuroo abrazó al castaño y le dió un beso en al mejilla como consolación.
— Vamos, bebé. Será mejor regresar – le dijo.
Kenma e Iwaizumi se voltearon a ver extrañados ¿Habían escuchado bien?
Había cierta preocupación en ambos, si aquello salía mal... No iba ser nada bueno.
Espero haber visto mal.... pensó Kenma antes de unirse a ellos para regresar con los demás.

¿Más que amigos? (KuroOi) ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora