Con una única condición

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A la mañana siguiente Kuroo había sido el primero en despertar, tomó su celular de la mesita de noche.
— ¡¿Qué demonios?! – gritó una vez que vió la cantidad de notificaciones que tenía.
Entró rápidamente a verlas.

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Aquello no iba a estar bien

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Aquello no iba a estar bien... Tooru lo iba a matar...
— ¿Qué pasó? ¿Por qué gritas...? – dijo Oikawa adormilado.
— Bueno... Yo... Eh... Ve tu instagram... – le dijo, pues lo había etiquetado.
Tooru se desperezó y revisó su celular, vio la publicación atento a todos los comentarios riéndose de vez en cuando.
— No estoy molesto. Creo que me veo muy bien en la foto y ¿cómo es que estos no salieron? – se preguntó señalando su cuello.
Kuroo sonrió.
— Ni yo sé... Se ven bastante... – dijo un poco preocupado — creo que me pasé un poco, perdón –
Tooru se levantó a verse al espejo que tenía en su cuarto, tenía razón. Su cuello estaba totalmente rojo después había otros que recorrían su torso y... ¿eso parecía un corazón? rió un poco.
— No te preocupes, se sintió muy bien como disculparse – contestó después de verse en el espejo — Nunca me habías dejado así, incluso creo que nunca lo habíamos disfrutado así... Pero no podré cubrir esto – continuó haciendo un puchero.
Kuroo se levantó y lo abrazó por la espalda.
— Qué mal... Todos sabrán que estoy contigo... – dijo el gato sin sentirse mal en lo absoluto al respecto.
— Supongo que lo mismo puedo decir– contestó Tooru haciendo que se volteara para dejar a la vista su espalda — Definitivamente no podrás cubrir eso tampoco –
Kuroo volteó la cabeza para ver el espejo.
— Demonios... ¿Estoy mal por creer que esto es sexy? – preguntó sonriendo.
— Para nada... Se hicieron de una manera muy sensual – contestó Oikawa sonriendo.
El estómago del castaño los interrumpió y decidieron comer algo para empezar el día. Se hicieron un desayuno práctico con leche, hotcakes y un poco de ramen.
Kuroo fue a recostarse en el sofá mientras Oikawa levantaba la mesa.
Tooru se volvió al sofá y se subió encima de Kuroo, le dió un beso en la nariz, varios más en las mejillas y sonrió.
Kuroo se levantó para sentarse mientras lo abrazaba.
— Despertaste de muy buen humor – dijo el pelinegro
— ¿Te soy sincero? Me gustó que me presumieras así... – confesó Oikawa.
— Entonces debería hacerlo más seguido –
— Pero... Yo también quiero hacerlo, tomate una foto conmigo – le pidió acariciando su mejilla.
— Está bien, ¿cómo quieres la foto? – le preguntó interesado.
Oikawa le susurró la respuesta haciendo que Kuroo se sonrojara un poco y asintió con la cabeza.
— Lo haré, con una condición... – dijo viendo a Oikawa fijamente a los ojos — ¿Cuál? –
— Que pueda llamarte oficialmente mi novio... –
Tooru fue ahora el que se sonrojó, se paró de la emoción y dio un par de brincos tapándose la boca.
— Perdón... No pensé que alguna vez me lo dirías..  o al menos no tan pronto – dijo aún sorprendido.
Kuroo se levantó y lo abrazó fuertemente.
— ¿Eso es un sí? – preguntó sabiendo la respuesta.
— Claro que sí, amor – contestó sonriendo.
Después de eso se prepararon para la foto, Kuroo se había puesto un gorro y una playera simple de manga larga mientras que Tooru optó por un suéter cómodo.
Pusieron el teléfono con temporizador para poder tomar las fotos que quería Oikawa mientras se daban un beso.
Después de eso también comenzaron las tonterías y sacarse foto con filtros. Fue un momento de risas y diversión para los dos.
De todas las fotos escogió la que más le gustó y la publicó.

Kuroo sonrió después de ver lo que decía su publicación y no pudo evitar volver a ir y besarlo

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Kuroo sonrió después de ver lo que decía su publicación y no pudo evitar volver a ir y besarlo.
— Tengo el mejor novio que pudiera desear... – dijo contento.
— Oy... El mío tampoco se queda atrás contestó el castaño sonriendo.
Al final ninguno de los dos podía negar sus sentimientos, simplemente querían ser felices juntos.

¿Más que amigos? (KuroOi) ~ FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora