La aventura de la joven Tn no ha terminado.
Al llegar al cielo, vive en un mundo de mentiras por parte de Dios, sobre de donde viene realmente, y su memoria fue borrada, para así que ella no tener ningún contacto con el infierno. De no ser por Yekun...
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Charlie: bien - dice emocionada- ¿Qué les parece? - dice entregando unos cuantos papeles.
Vaggie: ehmm ¿Cariño? - dice mirando la hoja.
Charlie: ¿Si?
Lucifer: ¿Arcoíris? - dice alzando una ceja.
Lilith sonreía por las ideas de su hija, no eran malas de todos modos.
Vaggie: hay cosas que no cuadran - dice mirándola.
Lucifer: no querrás pasar vergüenza de nuevo, ¿O si? - la mira algo preocupado.
Charlie: tienen razón - dice desanimada.
Lilith: ¡Pero! Podemos usar unas de estas ideas - pisotea a Lucifer.
Lucifer: ¡Auch! Digo, si, por supuesto manzanita - sonríe nervioso.
Vaggie lo fulmina con la mirada, él lo nota y alza sus brazos.
Charlie: gracias, son de gran ayuda - sonríe.
Lucifer se recuesta en la silla.
Charlie: bien, mañana es la entrevista - respira hondo.
Lilith: sé que lo lograras - la abraza.
Lucifer: todo saldrá bien manzanita.
La noche anterior:
En la noche, un Ángel pasaba por los pasillos para ir a su habitación y así descansar; mientras caminaba, una luz ilumina el cuarto de Yekun, eso le pareció extraño, así que decide asomarse.
La puerta estaba entreabierta, se lograba ver un poco del interior, al ver a Tn y a Yekun abrir un portal que los lleva al infierno, hizo que sintiera un vuelco en el estomago. Logra ver como Yekun empuja a la de ojos azules, se da la vuelta y se apoya en la pared sorprendido...
"El libro" murmuro "Tienen el libro" dijo aterrado.
Pasó un buen rato, y se logro escuchar los gruñidos de al parecer un demonio, se asoma y si, en aquel espejo pudo ver con Yekun golpea a una clase de Jabalí. Y de un momento el portal se cierra. La joven gritaba de emoción.
Yekun: ¿Como puedes gritar de emoción si casi eras devorada por ese ser?
Todos los Ángeles estaba reunidos en el almuerzo, todos comían con tranquilidad, en cambio un Ángel no despegaba la mirada de los dos Ángeles.
Estos reían y hablaban por lo bajo.
Miguel: ¿Qué tanto hablan ustedes dos? - dice limpiándose con una servilleta.
