Capítulo 2

86 16 0
                                    

Habíamos terminado de recoger todas nuestras cosas, que por cierto no eran muchas, me encontraba muy emocionada pero a la vez aterrada con este gran paso que daríamos, la noche anterior no había podido conciliar el sueño debido a eso. Cuando ya estábamos listos para salir de este internado, nos despedimos de la directora y de algunos maestros para después dirigirnos hasta el enorme portón de este lugar.

Al cruzar las rejas pude sentir un aire diferente, el viento golpeó mi rostro y solté mi respiración que no sabia que estaba reteniendo, voltee de nuevo para observar el internado desde fuera, se veía enorme, daba un aura misterioso, había pasado tantos años en ese lugar, tantos momentos vividos, siempre desee salir pero ahora tenía miedo de afrontar la vida real.

-Hey bonita, vamos-me habla John sacándome de mis pensamientos -

-Si...si vamos - respondo y empezamos a caminar, mi vista estaba por el suelo, tratando de que nadie viera mi rostro-

Durante el camino no habíamos dicho ni una palabra, cada uno se encontraba mirando cada detalle de la ciudad, claro yo disimuladamente sin levantar tanto el rostro, cuando pasamos por un parque, levante la mirada y observe a varios niños jugando, uno de ellos lanzó la pelota y esta terminó frente a nosotros, John lo tomó entre la manos y el niño vino rápidamente por el.

-Gracias - le dice a John cuando sostuvo su pelota-

-No hay de que - le responde John con una media sonrisa -

El niño de repente desvío la mirada hacia mí y enseguida puso una expresión de susto para después comenzar a correr de nuevo hacia sus amigos y susurrarles algo.

Junte los labios en una fina línea y luego coloque mi capucha sobre mi cabeza y empecé a caminar a paso rápido quería alejarme de ese lugar.

-Hey Leyla espera- oí que gritaba John detrás mío pero lo ignore y seguí caminando-

-Detente - se posicionó frente mio sin mostrar rastro de cansancio-

Gire mi rostro hacia otra parte, no quería que él notará que estaba llorando.

-Bonita no llores - me acaricio la mejilla, igual se había dado cuenta de como estaba -

-Ese niño me tuvo miedo, tú viste su expresión - solloze - Los del internado tenían razón, soy un mousntro

-No hagas caso, tu rostro no tiene nada de malo, ¿acaso eres la única persona que tiene algún tipo de cicatriz?

-No-susurro- Pero es distinto...

-Dime por qué es distinto, todos lo tienen, ¿acaso una persona con el rostro lleno de acné es un mounstro?

-No

-¿Acaso alguien que tenga una marca de nacimiento en el rostro es un monstruo?

-Por supuesto que no

-Exacto, tú solo tienes unas cicatrices, no eres un monstruo, eres la persona más bonita que he visto - sonríe dulcemente mientras me acaricia la mejilla -

Le regalo una media sonrisa para luego seguir nuestro camino, John siempre me había ayudado a calmarme cuando los demás se burlaban de mi, es por eso que no quería separarme nunca de él, no sabría que hacer. Continuamos caminado hasta que llegamos a un despacho de abogados, John debía tramitar algunos papeles acerca de la herencia que le dejó sus padres.

Ingresamos al despacho, varias miradas se posaron en nosotros, supongo que era raro ver a dos jóvenes con maletas en mano en este lugar, yo mantenía la vista en el suelo para evitarme cualquier disgusto.

John preguntó por el abogado Matthew Campbell, luego de eso una joven que supongo era la secretaria nos guió hasta su oficina. Cuando ingresamos, un hombre se encontraba sentado detrás de un gran escritorio, al darse cuenta de nuestra presencia levanta la vista y luego se pone de pie, nos saluda amablemente y le da un apretón de manos a John y luego a mi, no me pasa desapercibido su expresión de sorpresa cuando observa mi rostro.

-Tomen asiento - nos dice y obedecemos-

Comenzó a hablarle a John acerca de lo que habían escrito sus padres en el testamento, no le preste tanta atención, sólo jugueteaba con los dedos sobre mi regazo, cualquier cosa para calmar mi nerviosismo.

-Puede firmar aquí por favor - escucho decir al abogado mientras coloca un documento frente a John, él lo firma inmediatamente-

-¿Eso es todo? - pregunta John -

-Así es, mañana mismo podrá adueñarse de la casa y esta es la cuenta del banco que esta a su nombre, podrá tomarlo cuando quiera

-Muchas gracias - le responde John-

Nos pusimos de pie y volvemos a estrechar las manos, luego de eso salimos de la oficina.

-Vamos a un hotel, pasaremos la noche ahí, mañana ya tendremos nuestra propia casa - me sonríe John luego de salir del despacho-

-Querrás decir tu propia casa - lo corrijo-

-Será nuestra, bonita - me guiña un ojo-

Niego con la cabeza divertida y luego nos dirijimos a tomar un taxi.

Al llegar al hotel John se había encargado de pedir dos habitaciones pero la recepcionista nos había dicho que sólo se encontraba una habitación disponible pero que contenía camas individuales, John volteo a verme para pedirme una opinión y solo asentí con la cabeza, solo quería estar en una habitación fuera de la vista de las demás personas, cuando nos entregaron la llave de la habitación, subimos por el ascensor, al llegar a la habitación correspondiente ingresamos y sin dedicarme a ver los detalles me acuesto sobre la cama.

-Esto será más difícil de lo que creí - susurro con la vista puesta en el techo-

-Leyla, no pienses en eso ya veraz que nos espera cosas estupendas.

Eso espero.



No olviden votar si les gustó.
Un beso.

LeylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora