Me encontraba en el restaurante ayudando a Eva a colocar los adornos por halloween.
La semana había pasado volando y como Bruce había prometido, cada día a venido a acompañarme hasta la casa, en ninguno de esos días John lo ha visto, cosa que agradezco ya que por lo que he notado, Bruce no le ha caído del todo bien.
Tampoco le he mencionado nada a John acerca de la fiesta ya que ha estado llegando muy cansado de su trabajo todo los días y lo único que hacía era cenar e irse a dormir y hoy por la mañana me ha dicho que asistiría a una cena con algunos inversionistas y no sabía a que hora llegaría.
-¿Es necesario todas éstas decoraciones? - pregunto cansada a Eva -
Hace como 2 horas que no encontrábamos poniendo muñecos, murciélagos, así también telarañas falsas.
-Claro que si mi niña, es una tradición, así cómo también lo es la navidad
-Ya veo- volteo los ojos-
-¡Ya termine! - exclama bajándose de las escaleras - Y estoy satisfecha por como ha quedado - observa orgullosa la decoración -
-En serio quedó estupendo - digo observando todo junto a ella-
-¿Ya tienes listo lo que te pondrás esta noche? - voltea a verme -
Me quedo en silencio, en realidad aún no me decidía de que se supone que me disfrasaria y estuve pensando seriamente en no asistir.
-¿Leyla no pensarás dejarlo plantado verdad? - es como si leyera mis pensamientos -
-Es que no sé, no estoy segura de querer ir
Suspira y me observa enarcando una ceja - No puedes dejarlo así, a solo unas horas antes de la fiesta, tienes suerte de que estoy aquí para ayudarte - me toma de la mano e ingresamos al restaurante -
Eva había cerrado este día el restaurante ya que quería colocar todo los adornos que tenía, solo por ese motivo la había ayudado, de lo contrario no había salido de la cocina.
Comienza a arrastrarme hasta su habitación ya que al fondo del restaurante se encontraba su casa.
-Siéntate aquí - me señala una silla frente al tocador, confundida tomo asiento-
Comienza a buscar en su armario y luego saca una enorme caja blanca.
-¿Qué es esto? - pregunto observando lo que trae en las manos -
-Sabía que no buscarías tu disfraz, así que me tomé el atrevimiento de buscarlo por ti - me sonríe -
-No me digas que lo compraste - exclamo asustada -
-Tranquila es arquilado - me guiña un ojo-
Coloca la caja sobre la cama y luego la abre.
-Te veraz preciosa
Era un hermoso disfraz que consistía en un vestido largo de color plateado con brillos en la parte del escote, que por cierto no era muy pronunciado, también unos zapatos en color negro que combinaba a la perfección, y lo más importante una máscara similar a la de un robot que prácticamente cubrirá la mitad de mi rostro.
-Además llevaras puesto una máscara y no tendrás el por qué ponerte nerviosa - me anima Eva entregándome la máscara-
Me pongo de pie y la abrazo, amo a esta mujer, es como si me conociera de toda la vida y sabía perfectamente cómo hacerme sentir bien.
-Bien ahora a arreglarte - me guía hasta volver a sentarme frente al tocador -
-Pero apenas son las 3, la fiesta es a las 8 - frunzo el ceño-
-Oh por Dios, debemos prepararte ya si no queremos que llegues tarde
La observo confundida, ella comienza a sacar varias paletas de maquillaje, así también todo lo necesario para hacer un peinado.
Varias brochas pasan por mi rostro y luego varias cosas son puestas por mi cabello, observaba a Eva a través del espejo sonriendo divertida, mientras ella tenía cara de concentración.
Luego de horas, Eva se aleja de mi y sonríe.
-Estás preciosa
Observo mi reflejo a través del espejo, realmente me gusta lo que veo, sin duda Eva ha hecho un buen trabajo, aguanto las ganas de llorar, estoy muy emocionada, hace tiempo que no me había sentido bonita.
-Muchas gracias - susurro-
-Mi niña no llores se estropeara el maquillaje - me regaña -
Asiento sonriendo y suspiro varias veces, cuando me tranquilizo nos quedamos viéndonos con ternura, pareciera la imagen de una madre ayudando a su hija para una cita.
-Bueno ahora debes cambiarte - me extiende el disfraz -
Asiento e ingreso al baño, no tardo mucho, al salir encuentro a Eva ordenando todo lo que estaba en el tocador.
-La palabra hermosa te queda pequeño - es lo primero que dice cuando voltea a verme -
-No lo habría logrado sin ti
Nos volvemos a abrazar y luego decido enviar un mensaje a Bruce, ya que me había dicho que pasaría por mi. Le aviso que estaría esperándole en el restaurante y él responde que ya casi está listo y que pronto ya estará aquí.
Eva había salido de la habitación ya que su teléfono había sonado, decido colocar la máscara sobre mi rostro, no se nota nada de las cicatrices y eso me alivia, luego de variamos minutos Eva me avisa que Bruce ya había llegado.
Camino hasta donde ambos se encontraban, Bruce sin disimular me observa de arriba, abajo y eso hace que me ruborice un poco.
-Estás preciosa - me sonríe -
-Muchas gracias, tú también te ves bien
-Gracias - me guiña un ojo -
-Bueno ya deben irse - nos dice Eva- Espero que la pasen de maravilla
Salimos del restaurante y nos montamos en el coche, Bruce empieza a conducir mientras yo me quedo observando por la ventana, ya había oscurecido.
Cuando Bruce se estaciona, me doy cuenta que ya habíamos llegado, la música retumba desde lejos, las luces parpadean de varios colores y varías personas disfrazadas comienzan a llegar al lugar.
Bruce me toma de la mano y lo observo enseguida, él me regala una sonrisa cálida.
-¿Bajamos?
-Sí - asiento -
Caminamos hasta dentro con las manos entrelazadas, varias personas ya se encuentran bailando, otros bebiendo y otros charlando.
Enseguida me pongo nerviosa, hay demasiadas personas, Bruce parece percatarse de lo tensa que me he puesto ya que se posiciona frente mío.
-Leyla tranquila, no pasará nada malo
-Hay muchas personas - mi voz suena aguda-
-Lo sé, pero tienes una máscara, nadie podrá ver tu rostro, además nadie te conoce y yo no te dejaré sola - me abraza y enseguida correspondo-
Intento tranquilizarme, inhalo y exhalo lentamente, hasta que mi pulso se vuelve normal.
-¿Quieres bailar? - me pregunta sonriendo -
-No se bailar - hago una mueca a pesar de que no puede verla del todo -
-No importa, lo único que tienes que hacer es soltarte y dejarte llevar
Asiento con la cabeza dudando y me guía hasta la pista de baile, la música es lenta asique Bruce me toma de la cintura y yo envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, comenzamos a movernos lento como los demás, hasta que levanto la mirada y me sorprendo por lo que veo.
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Leyla
Gizem / GerilimSolo era una niña de 11 años, pero mi vida ya estaba marcada de por vida gracias a esos hombres. La mitad de mi rostro estaba con cicatrices, crecí en un internado, todos me llamaban monstruo. Ya había acabado con mi vida de no ser por mi mejor amig...