Aylan se encuentra en mi jardín por la mañana para ir juntos al instituto, cosa que no sé porque no me sorprende, un punto oscuro en medio del verde y nebuloso Sondville. Se mimetiza perfectamente con la esencia de este pueblo.
Cuando llegamos después de un silencioso y cómodo recorrido, veo a Sebil y Etsy agarrados de la mano. Ella me mira como si estuviese agarrando un trofeo.
Pasan por nuestro lado y Etsy hace como si no existiera.
—Vaya, has conseguido herir el orgullo del capitán. —Noto que la situación le resulta graciosa.
Avanzamos hacía la entrada cuando un viento ligero comienza arrastrando las hojas secas del suelo, haciéndolas crepitar por el suelo helado.
Un murmullo sordo asciende en mi cabeza lentamente.
Noto una pesadez instantánea en mis párpados mientras mi visión se vuelve borrosa.
No...
Despierto en una camilla en la sala de enfermería del instituto, intento levantarme pero mi cabeza no está de acuerdo.
Me llevo la mano a la sien murmurando una queja.
—¿Hoy tampoco has desayunado?
Aylan aparece en mi campo de visión, esta situación me resulta familiar.
—¿Qué? Eh... No.
—¿Crees que soy idiota? —Inquiere molesto.
—Aylan...
—Sé que no me contarás nada, pero es bastante evidente que esto no tiene nada que ver con saltarse el desayuno.
—¿Me ayudas a levantarme?
No dice ni una palabra más, en menos de un segundo sus manos están en contacto con mi cuerpo
Cuando consigo ponerme en pie y levanto la vista nuestros rostros están a una pulgada de distancia. Mis manos reposan sobre sus hombros, una de las suyas sostiene mi zona lumbar.
Sus ojos son como dos esferas brillantes y oscuras.
—Adanae... -Susurra mi nombre a milímetros de mi boca.
Un ruido desde la puerta abierta de la enfermería consigue sacarme de mi ensoñación, por un momento olvidé que estábamos aquí.
Etsy se encuentra ahí parado con cara de no saber muy bien que hacer.
Su mirada recae en la mano de Aylan aún sobre la parte baja de mi espalda, un levísimo atisbo de dolor reviste sus facciones pero enseguida frunce el ceño.
Me separo de Aylan algo incómoda con la situación, metiendo un mechón de pelo suelto detrás de mi oreja.
—Yo... Vi como te desmayabas, solo quería saber si estabas bien. —Aclara inquieto.
—Estoy bien Ets, gracias.
Aylan se tensa a mi lado y no se porque pero da la sensación de que fuese a lanzarse contra Ets de un momento otro. Este asiente una vez, dirige una última mirada a Aylan y se marcha.
No pienso en lo que hago cuando rozo mis dedos con los suyos solo sé que quiero hacerlo, quiero volver a tenerlo cerca, mi toque le causa cierta sorpresa pero veo como relaja la tensión de sus hombros.
se gira despacio, y de nuevo su cercanía invade todos mis sentidos el tiempo se detiene, su mirada me inmoviliza.
—¿Te sientes mejor?
—Si. —Mi voz suena aguda y extraña hasta para mí.
Deberíamos salir de aquí antes de que nos vea alguien que no sea un alumno, pero Aylan comienza a inclinarse y cualquier pensamiento que tuviera sobre salir de aquí queda sepultado por la urgencia de querer besarle. Sin embargo el destino debe tener otro planes ya que en ese mismo instante suena el timbre alertando de la siguiente clase, Aylan niega con la cabeza y deja caer su frente en la mía con una sonrisa divertida en su rostro.
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Me despierto bruscamente.
Me aparto el pelo de la frente reconociendo mi habitación, una fina capa de sudor frío recubre mi piel.
Otro sueño, o mejor dicho pesadilla.
No sé que hora es pero tampoco me molesto en mirar el reloj.
Me levanto despacio y al tocar el suelo con los pies siento escalofríos, me dirijo al baño y al encontrarme con mi cara en el espejo casi me asusto de mí propio reflejo.
Mi piel esta más pálida que de costumbre, tengo las mejillas ligeramente coloradas, los ojos vidriosos, y el pelo empapado a causa del sudor. Un leve temblor recorre mi cuerpo estoy algo pejagosa y caliente al tacto.
fiebre.
Ha empezado.
Una punzada de miedo se instala en mi garganta, trago con dificultad y abro el grifo de la ducha.
Al finalizar el baño me siento mucho mejor la fiebre ha remitido y con ello también el temblor. Busco un pijama limpio dentro de la cómoda y voy de nuevo a la cama.
Por un momento me quedo mirando el techo pensando qué sucederá durante las próximas semanas.
Hasta que el sueño me vence, y me abandono a ello con la imagen de unos profundos ojos negros invadiendo mis pensamientos.
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El Despertar Del Poder
FantasyAdanae acaba de cumplir dieciséis años, lo que significa que ha llegado el momento que toda bruja Cowen teme: El despertar de su poder. Por si eso no fuese suficiente, la llegada de un nuevo vecino al pueblo de Sondville le hará replantearse todo. ...