CAPÍTULO 17

32 9 2
                                    

Lila y mi madre me reciben con la preocupación ocupando cada milímetro de sus rostros.

—Nadie ha muerto podéis estar tranquilas, pero deberíais haber sido más concretas y decirme que era capaz de hacer cosas así, ¿no os parece?

—Tienes toda la razón cariño, pero yo... Yo no me imaginaba que algo así podía llegar a ocurrir. —Admite mi madre.

—Vamos a calmarnos, ¿si? No ha habido heridos ni ha ocurrido nada por lo que nos tengamos que preocupar. Y lo más importante tú estás bien. —Añade Lila. —Voy a preparar té —Anuncia. —O mejor una copa de vino. -habla para si misma mientras se interna en la cocina.

Mi madre lanza una mirada reprobatoria a su espalda.

—Ven aquí. —Mamá se levanta y acorta la distancia que hay entre nosotras. Me escondo en sus brazos agradecida.

Ya en mi habitación pienso que todo ha sido causado por mi rabia, y recordando todo la historia sobre el despertar y la ira... ¿Qué pasaría si yo...?

¡TAC!

No me puedo creer que esté de nuevo lanzando piedras sobre el cristal de mi ventana.

—¿¡Qué es lo que...!?

—Necesito hablar contigo. —Me interrumpe. —Por favor.

Le miro durante un minuto sin contestar y sin saber que hacer.

Al final Suspiro mientras me recojo el pelo en una coleta alta y bajo las escaleras. No entiendo que me ocurre con este chico que no puedo negarme.

Nos quedamos en unos setos altos que hay cerca de casa, y tengo la sensación de que ya hemos estado antes aquí.

—No entiendo a qué estas jugando.

¿Se está dirigiendo a mi?

—¿Qué?

Es lo único que se me ocurre contestar

—Pensaba que necesitabas espacio habías estado enferma dos semanas y no quería atosigarte, me hize a un lado pero no, me ignoras descaradamente, finges que no me conoces y para colmo te veo coquetear con el idiota de Etsy.

La última frase la suelta con una rabia que me sorprende. Se acerca hasta quedar prácticamente pegado a mi, tengo que levantar la cabeza para seguir mirándole a los ojos.

—¿A donde quieres llegar con todo esto, Adanae?, ¿intentas volverme loco? Creo que ya he tenido demasiada paciencia.

Me quedo petrificada en el sitio cuando en mi cabeza suceden imágenes. En todas ellas estamos él y yo: nuestras manos entrelazadas, nuestras bocas unidas, risas, momentos...

—Me tengo que ir. —Me apartó de súbito, y en su expresión veo una tristeza real. Por un momento todo lo que quiero hacer es acercarme y besar... No.

Tengo que hablar con Lila.

Entro en casa como si me estuviese siguiendo una manada de perros hambrientos.

Encuentro a Lila en la cocina llevándose una cucharada de algo blanco y cremoso a la boca, pero que se queda a mitad de camino debido a mi interrupción.

Me mira con los ojos abiertos por la sorpresa, expresión que cambia a un ceño fruncido cuando se fija en mi.

—Lila, necesito tu ayuda.






El Despertar Del Poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora