08

1.2K 189 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



A la mañana siguiente se despertó siendo abrazado por su hermano, solo que ahora en su cuarto.




Sintió una punzada de amor en su pecho y le volvió a abrazar fuertemente, ¿porque demonios en un principio había alejado tanto a la única verdadera familia que tenía?

— Parece que alguien despertó de buen humor hoy.– la voz de cama de su hermano, rasposa y pastuda, zumbo en su oído izquierdo.

Se alejó y le miró — Buenos días, Mew.–

— Buenos días, Winnie.– le sonrió.

Win se sentó al borde de la cama, dejando a su hermano la libertad para moverse libremente sobre la misma.

— Yo... Lo siento por lo de ayer, solo estaba pensando en mi de nuevo y te retuve aquí toda la noche.– tapó su rostro con sus manos — Ugh, Gulf debe estar enfurecido ahora.–

Mew se sentó a su lado y le palmeó la espalda — No tienes porque disculparte, Winnie, además Gulf ya sabe que pasé la noche aquí, no te preocupes por eso.– le quitó suavemente las manos del rostro.

Win le miró dudoso pero aún así asintió, de la nada recordó — ¡uh! ayer cuando te encontré, ¿a que venías? Lo siento.–

— Ah eso, es que te estuve marcando miles de veces porque TopTap me dijo que te vió en su restaurant pero que te vió muy mal junto a un chico pero que no duraron ni quince minutos allí y se fueron y bueno, estaba molesto y preocupado.– se rascó la nuca abochornado.

Win enserio tenía que hablar con TopTap sobre su privacidad.

— Era Bright.– soltó.

Mew le miró confundido — ¿Eh?.–

— Que era Bright, tu "amigo", vamos, ¿crees que me tragué esa falacia de que es tu amigo?.– levantó una ceja.

Por la pálida piel de su hermano subió un color carmesí muy profundo.

La verdad es que Win lo estaba sospechando toda la semana pasada, porque sinceramente nada cuadraba: Mew era sociable, sí, eso no lo negaba pero todos esos amigos ¿vivían donde? sí, en Francia y difícilmente su hermano tendría amigos viviendo en Corea pues recordemos que hace nada llegó a Tailandia y apenas se estaba acostumbrando a la ciudad como para ya tener amigos en toda Asia y además, que casualidad que era el medio hermano de Luke y justo cuando Zee más le estaba insistiendo en verse.

Podría ser despistado pero no tonto, oh no.

Su hermano tartamudeaba dando explicaciones bobas y nada coherentes y hasta puede jurar que le oyó decir "Todo esto es una alucinación, Winnie".

Le puso una mano en sus labios para que se calmara porque era demasiado ruidoso y su dolor de cabeza por no llevar los lentes estaba aumentando.

Con pasiarmonia se levantó hasta el cajón y con un suspiro sacó una pequeña bolsita donde guardaba sus lentillas de contacto, justo para ocasiones especiales o cuando perdiera los lentes, pero en este caso tenía una flojera tremenda de ir al parking para sacarlos del auto.

— Mew, estuve atando cabos y esta bien, no estoy molesto.– explicó mientras se colocaba las lentillas enfrente del espejo.

— ¿Enserio? Pensé que me querías asesinar.– murmuró jugando con el dobladillo de su camisa de manga larga.

Win se giró a verlo, parpadeando un par de veces para acostumbrarse lentamente a las lentillas y básicamente a ver todo en 3D de nuevo después de casi un día entero.

— Claro que quiero hacerlo, pero no lo haré porque entiendo qué tengo que afrontar lo que viene.– se encogió de hombros.

A Mew casi se le cae la mandíbula— ¡¿TODO ESTO PASÓ EN UNA SOLA NOCHE?!.– chilló parándose de golpe.

Win murmuró algo ilegible y salió del cuarto dejando a su hermano gritando de la alegría.

A decir verdad, Win lo estuvo pensando toda la semana pasada, causándole así más estrés que se terminó manifestando en esa recaída/crisis.





















No podía quejarse, pasó una agradable mañana en compañía de su hermano, riendo y recordando su infancia en París.

Pero ya hace una hora que Mew se había ido pues él entendía que tiene responsabilidades en su trabajo y con su esposo.

Que hablando de trabajo, decidió dejarlo pues no era en lo que se tenía que enfocar ahora y su mayor, Singto, se lo tomó bien pues aún tenía a esos tres chicos revoltosos.

Tarareo una cancioncilla que había escuchado por ahí y caminó lentamente hasta el gran sillón donde se sentó y empezó a ver una película.

Claro que no lograba concentrarse en lo más mínimo pues en su mente rondaba lo que Bright le había dicho el día anterior y aunque siendo sinceros, no se sentía del todo listo, era algo que él mismo sabía que debía de hacer porque no podía ser que pasaran cinco años y se negara rotundamente a ser la última voluntad de su chico.

Porque si lo piensan es algo contradictorio por el simple hecho de que, le llora a Luke casi a diario pero se negaba a honrar su última voluntad.

— Lo siento, Luke pero enserio tengo que dejar de amarte, ya no es bueno para mi.– dijo al cielo que se asomaba por su ventanal.

Soltó un suspiro y decidió apagar el televisor porque no entendía absolutamente nada de esa película a decir verdad.

Para: Número Desconocido.

Zee, ¿donde puedo verte? Quiero saber todo, y todo es todo, por favor.


Cuando envío el mensaje sintió como una parte de si le gritaba que no lo hiciera, que estaba bien seguir viviendo como hasta ahora, de recuerdos, solo y con mal humor al amor en general.

Pero una parte mayor le explicaba con calma que era algo que había postergado por largos cinco años y que no podía esperar ni un minuto más, porque se trataba de algo que Luke quería que supiera y no podía negarle eso a su gran amor, mejor dicho, no debía de negarselo aún más cuando ese chico le dió los mejores dos años de su vida, llenos de amabilidad, cariño, respeto pero sobre todo amor, mucho mucho mucho amor para él.

Hasta el cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora