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Cómo todo en la vida, tenía que seguir.

Dejando de lado el raro día que vivió ayer con su hermano, siguió arreglándose para ir al empleo, toda esta semana le tocaba cubrir el primer turno de nueve de la mañana a la una del medio día.

Se lavó los dientes, limpió su rostro, se duchó, se peinó, se maquilló y optó por una camisa blanca sencilla de cuello alto, una chaqueta - porque aún hacía frío incluso si eran inicios de enero - de mezclilla azul, unos jeans negros y unos tenis blancos, sencillo pero lindo.

Claro que tomó sus lentes, su bolso y salió de casa.

Hoy decidió que no tenía ganas de caminar y decidió ir en coche hasta el trabajo, a decir verdad no era como si le faltara dinero, su empresa - un tercio de ella - en Francia le daba para vivir cómodamente e incluso para algunos lujos pero el silencio, la calidez y el amor por la lectura le llevaron a tomar el empleo en la biblioteca de la zona.

Con una suave melodía llegó hasta su trabajo, abrió la biblioteca y espero pacientemente hasta su hora de comida mientras atendía a los clientes que de a poco llegaban.









Su estómago gruñó de forma adorable cuando intentaba bajar un libro a una anciana — Oh, querido, ¿tienes hambre? Puedo yo sola, anda ve a comer un poco.– dijo la amable viejecita con una sonrisa en su cansado rostro.

Win le sonrió con ternura — Claro que no la dejaré sola, señora Nina, termino esto en un segundo e ire a comer, no se preocupe.–

Y sí, terminó rápido de darle lo que quiera y marcó el número de Toptap, ordenó una ensalada ligera y espero a que orden llegara.

Leía por cuarta vez la trilogía de libros que eran sus favoritos cuando un escandaloso Mike entró a la sala por eso de las once y media.

— ¡Hola, Winnie! ¿Cómo estás?.– le dijo sonriente.

Win podía asegurar que Mike era de las pocas personas ruidosas que podía soportar en su vida, le quería bastante ya que con su esposo fue de mucha ayuda en su proceso de duelo.

— Bien, Mike,¿como va el negocio? ¿y los niños?.–

Mike le extendió la comida — Maravilloso y MeeTee y Mika son un desastre.– se reclinó un poco en la pared — ¿Sabes? Nadie nos dijo a TopTap y a mi que ser padres de gemelos iba a ser tan intenso y dios, antes era que porque eran pequeños ¡y ahora que tienen seis años no paran! – Mike torció el gesto haciendo que su bigote se viera gracioso — TopTap dijo que me iba a cortar el pene su salía embarazado de nuevo antes de enterarnos del nuevo bebé y ¿sabes qué? en las noches tengo miedo de dormir.– puchereo amargamente.

Win asintió con una sonrisa — Toptap debe de ser una locura andante, recuerdo que en los últimos meses de cuando esperaba a Mika y Tee, Luke le dijo que estaba a punto de reventar y le aventó una silla de quien sabe donde.–

Ambos rieron con deje de tristeza al recuerdo, pues aunque no lo dijeran en voz alta, Mike extrañaba al chico.





— Mike, Mike, ¿no sería gracioso si a uno de ellos le pones como tú?.– decía un energético Win saltando de aquí para allá.

TopTap parecía ofendido — ¡Oye! ¡¿porque el nombre de él y no el mío?!.– chilló señalando a su esposo.

Luke apareció en escena tirando por allí su manzana a medio comer — Porque le diría 'topitos' igual que a ti y porque 'TopTap' es jodidamente raro, hermano,¿que pensaban tus padres al ponerte así?.– inquirió abrazando por atrás a Win, quien por fin se quedó quieto.

TopTap estaba a nada de aventarsele encima hasta que Mike le dió un besito en la mejilla para que se calmase— La próxima no te salvas, Luke, lo digo enserio.– dijo entrecerrando los ojos y acariciando su hinchado vientre de cinco meses.

Luke río fuertemente dejando que su agradable risa inundara el ambiente — Ya sabemos que uno de ellos se va a llamar MeeTee porqu el loco de TopTap pone nombres raros pero ¿y si mejor cambiamos la 'e' por una 'a'?– preguntó.

Mike parecía pensarlo, al igual que su esposo — ¿Mika, dices?–

El castaño asintió — ¿Suena lindo,no?.– se dirigió ahora a Win.

El azabache asintió dejándose envolver por los brazos de su pareja, arrastrando su nariz por el suave suéter negro del chico — Mika suena genial.–












Salió a despedir a Mike hasta afuera porque él mismo estaba terminado su turno y solo faltaba esperar que Nanon llegara, Mike se fue unos minutos antes invitándole cualquier día que quisiera a su casa pues los gemelos querían verlo.

El moreno menor llegó y con una reverencia ambos se despidieron, Win decidió ignorar el hecho del medio hermano y bla bla bla, pues bien sabía que ese chico era producto de un desliz que el papá de ambos chicos tuvo hace años, suponía era incómodo que le mencionara eso a Nanon que incluso, nació meses después que ese chico.

Su celular recibió una notificación.

Número desconocido:

Win, entiendo que no quieras saber nada más de mi pero por favor, ya est tiempo que dejes de evitar esta charla, ya han pasado cinco años y debes de saber lo que Luke dijo antes de morir, Win, no te lo estoy pidiendo por mi, ni por la amistad que algún día tuvimos,te lo estoy pidiendo por Luke y por ti mismo, no es sano que no tengas a nadie después de tantos años, háblame pronto, espero tu respuesta.




Win sintió el aire de su coche demasiado abrumador en esos momentos.

¿Quien era Zee para joderle en esos momentos? Porque era más que obvio que era él, ¿porque cuando su vida estaba teniendo un deje de normalidad venía a joderle con lo mismo de todos los años? ¿Que si no quería saber lo que Luke dijo? ¿Y si era algo malo? ¿Y si eso terminaba de separar lo que Luke era para él? Dudas y  dudas cruzaban por su mente como flechas a su corazón haciéndole sufrir y desgarrarse del dolor.

No quería saber lo que Luke dijo en su lecho de muerte, no quería porque él no había estado allí, fue Zee quien estuvo con él en el hospital, fue Zee quien llamó a la ambulancia y fue Zee quien escuchó lo que tenía que escuchar.

Tenía miedo, no sabía que iba a escuchar y no sabía que esperar pues con Luke nada era planeado, tenía miedo y le destrozaba la incertidumbre, porque si eso era lo que le unía a Luke en este mundo, lo alargaría tanto como fuera posible.

Hasta el cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora