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Capítulo 5: Algodon de Azucar con Eucalipto y Café

Taehyung se encontraba en su habitación recordando lo que ayer había sucedido, había vuelto a ver a su amigo y se sentía feliz, tan feliz que ni que un guardia casi lo descubre subiendo por el árbol a lado de su cuarto le quitó la sonrisa que
Traia en el rostro, se sentía tan dichoso que el humano le haya dicho que le encantaba su olor. Se levanto de su cama y fue hacia el cuarto de baño de su habitación donde se dio una ducha rápido para salir y buscar en su armario algo cómodo.

Decidió ponerse una sudadera de color gris un pantalón de chándal del mismo color y sus zapatillas se puso un poco de maquillaje y salió de su habitación, al salir de esta sintió un olor a algodón de azúcar proveniente de la habitacion de uno de sus amigos, se le hizo raro ya que este no tenía pareja, camino hacia la habitación y entro sin antes avisar encontrando a un omega de cabello color rosa en la cama del alfa.

El olor no era muy fuerte, pero al estar su habitación enfrente de la de este le fue fácil olerlo, era un olor agradable penso el. Cuando iba directo a la puerta para dejar a este descansar escuchó como le hablaban detrás suyo.

- ¿Disculpa? - Escucho una voz suave detrás de él se dio vuelta y se encontró con el omega con los ojos abiertos y mirándole confundido, se dio cuenta que los ojos del omega eran de color miel y le pareció un omega bastante lindo.

- ¡Hola! - Exclamo alegre queriendo darle confianza al chico quien se veía muy temeroso - No te asustes, no te haré nada - Dijo al ver como el chico tenía los ojos vidriosos - Me llamo Taehyung y ¿Tu? - se presentó y extendió su mano al omega el cual al escuchar su nombre se levanto rápido de la cama y hizo una reverencia.

- Disculpe príncipe - Dijo inclinándose hacia adelante - No pensé que fuera usted, lamento mi comportamiento - Tae miro al chico enternecido por lo tierno que era el pelirosa, pero se dio cuenta que este solo traía una camiseta que le llegaba a los muslo e imagino que era del alfa dueño de la habitación pero se preguntaba ¿por qué el omega estaba ahí? - M-mi... mi nombre es Jimin, Park Jimin, príncipe - Se presente el omega más bajo ante el, pero hizo una mueca al ser llamado príncipe, no le agradaba que los lobos de su edad o menores le llamaran de esa manera.

- Mucho gusto Jimin - Exclamo el cuando vio como el pequeño omega tomaba su mano con timidez para corresponder su saludo - ¿Te puedo pedir un favor? - El omega asintio - Dime Tae ¿Si?.

- Pero, usted es el príncipe y tenemos que tener respeto ante ti - Dijo confundido el pelirosa, el omega castaño nego.

- No Jimin, no me gusta que me digan príncipe o hijo del rey -Hizo una mueca - Mas si se trata de mis amigos o los amigos de mis amigos, como lo eres tu con el dueño de esta habitación - vio como el omega sonreía tímidamente ante la mención del alfa - Y dime Jiminie - llamo la atención del chico - ¿Como conoces a Kook? - pregunto, era extraño que su amigo alfa dejara que lobos se metieran a su habitación el apenas y podía pararse en el umbral de la puerta sin ser empujado de ella.

- Bueno, Kookie me dejo aquí- Dijo en un susurro, pero al omega no le importaron las demás palabras que no fueran el apodo que el pelirosa había dicho.

-¿Kookie? -Pregunto, no podía creer que el alfa dejara que le dijeran tal apodo.

- Si bueno - Dijo incómodo- Jungkookie, Un chico de piel Morena y uno que parece copo de nieve, fueron al lugar donde estaba y rescataron a mis compañeros y a mi del lugar donde estábamos - mencionó el chico, Tae recordó la misión de sus amigos, así que Minnie había estado en ese lugar que no le agradó mucho desde que su padre lo mencionó hace algunas semana atrás, miró al chico con pena por lo que había pasado - No me mire así - Pidió el omega con olor a algodón de azúcar.

- Lo siento, no quería incomodarte- Solto al ver el incómodo rostro del omega frente de el.

- No importa - el pelirosa le dio una sonria al castaño - La verdad es mi cruel realidad 6 años encerrado en ese lugar, siendo abusado por los clientes y hasta por el dueño ya no me afecta tanto como lo creía- Dijo, pero el castaño no pudo dejar pasar que los ojos del omega pelirosa se llenaran de tristeza.