El sitio de mi recreo

¿Y el botón de teletransportación?

Vale, Alba vas tardísimo. He estado a tope todo el día,  la mañana en la productora había sido un caos, horroroso, había llegado material nuevo con canciones malísimas que tenía que empezar a retocar y Manu no había tenido su mejor día. Imagino que se habría levantado con el pie izquierdo o llevará meses sin follar por que vaya tela, todo le parecía mal, nada estaba bien y sinceramente, pobres niños. Venían todos llenos de ilusión y el les echaba para atrás todo lo que veía. Estaban mal, pero no eran para que llevase comportándose así una semana y media con todo lo nuevo que le presentaban. Después de una mañana horrorosa, llegué a mi cita con Noe la mar de ilusionada, tenía el libro muy avanzado y en cada hueco libre anotaba ideas o le metía mano a la historia y lo cierto que era lo que motivaba a mis días. Los días grises estaban desapareciendo, tenía amigos que valían millones, había conocido a gente nueva que parecía que merecían la pena ( y si no era así hoy iba a tener tiempo para descubrirlo ) y a mi familia le iba genial, Marina cada día era más influencer muy a mi pesar... No es que no me gustase que algunas marcan contasen con ella para promocionarla, pero no dejaba de ser mi hermana pequeña y no quería que se le fuera la cabeza a las nubes y dejase los estudios. Lo cierto es que a pesar de ser joven, sabía lo que quería. Con 19 años, tenía su bachiller y estaba casi terminando la carrera de empresariales. Y digo casi por que la muy cabrona en vez de cogerse 10 asignaturas como todo el mundo... lo mismo se cogía 13 que 16, la verdad es que no llevo la cuenta exactamente, pero entre las convocatorias extraordinarias, las normales y las de septiembre, la canija se las sacaba todas y sin rechistar. No se lo que le quedará de carrera pero que ninguna de las dos me hayan pedido dinero para una doble matriculación era buena señal. Por iniciativa propia, cuando Marina empezó la carrera decidí pagarle la matricula, la Rafi trabajaba pero a veces le costaba llegar a fin de mes con los sueldos de ahora y mientras que yo pudiese no me importaba ayudarle así o de cualquier manera. Ella me había cuidado ya bastante y juntas habíamos vivido lo suficiente para que entre todas nos echásemos una mano, al final son mi equipo. Un equipo con el que iba a ganarle a los contratiempos de la vida.

La cita con Noemí había ido genial y sin comerlo ni beberlo, nos fuimos de tapas por el mercado San Miguel como dos turistas. La conversación entre vino y vino estaba siendo genial, pero es que estas últimas semanas habíamos unido lazos. Era raro el día en el que no nos mandásemos un mensaje o dos. En general me daba ánimos para seguir, me apoyaba e intentábamos buscar soluciones a mis problemas de inspiración. Noemí no sabía casi nada de mi vida, por no decir nada, sabía lo básico... lo que ponía en mi currículum, pero en todo daba en el clavo. Era una persona genial, tenía el don de dejarme el corazón calentito. A veces pienso que me tiene sobrevalorada o que ve cosas que yo no veo en mi y eso me preocupaba, lo mismo llega el día que no dé la talla o no llegue al pedestal donde me tiene puesta y para mi eso sería un fracaso en toda regla. Hablando y hablando y con el nivel de alcohol en sangre un poco alto, a Noe se le había escapado que tenían preparado para mi un nuevo proyecto. Y en ese punto me puse nerviosa, me sudaban las manos y el corazón me latía más fuerte. Los nuevos comienzos me flipaban y si era para escribir quería decir que las cosas iban bien, que en la editorial me "querían" y no me iban a largar después de la publicación del libro. Con la tontería seguimos brindando por mi éxito, menos mal que habíamos comido sino iba a llegar a casa arrastrándome por las calles de Madrid,  y así nos dieron las 16 de la tarde ... suerte que a las 18:00 había quedado en la otra punta de la ciudad. Esto no debía de ser sano. 

¿El botón de teletransportación donde está señó?

De repente el móvil me comenzó a  vibrar, era la Mari.

- Furby, ¿que te vas a poner? después del mensaje del Joan no tengo ni zorra de qué ponerme... pa' un día que iba a salir me apetecía ir zorrísima.