Siempre fuiste tú (Draco Malfoy)

Capitulo 8

Llegó Noviembre en un abrir y cerrar de ojos, los fríos comenzaban a presentarse por Hogwarts, todos vestían esos suéteres largos de piel de animal o peluche, bufandas largas, gorros de lana y guantes..
Los últimos días habían sido complicados, tenía la necesidad de estar en mi casa con Yanna, la extrañaba tanto. Todo esto me hacía recordar las mañanas jugando con ella en la nieve mientras el servicio nos hacía chocolate caliente y galletas para después comer hasta más no poder y terminar tiradas en la cama cansadas.

Pero no había más, esto tenía que continuar así que me vestí y salí a recorrer los pasillos de Hogwarts.
Paseaba por ellos cuando sentí que alguien se acercaba a mí.

Hermione me tomó de la mano y me dio la vuelta - ¿Dónde te habías metido?

Sonreí y respondí – Lo siento Her.. había estado demasiado ocupada

-– Ya veo, Ron y yo te hemos estado buscando casi toda la mañana.

– ¿Por qué? ¿Que pasa?

- Nada.. solo queríamos pasar tiempo contigo – dijo mientras caminábamos

- Her.. ¿Cuánto faltan para las vacaciones? - pregunté

- Aproximadamente un mes - dijo Hermione

- oh.. ¿Crees que pueda escribir una carta y enviarla?

Hermione sonrío de oreja a oreja - ¡claro! Sígueme - me tomo del brazo y fuimos a la biblioteca.
Cuando llegamos ahí nos sentamos en una mesa, mientras ella buscaba papel y tinta, yo la espere sentada, sentí la necesidad de levantar mi mirada, cuando lo hice, frente a mí a unos metros se encontraba Malfoy y su pandilla sentado en unos sillones de piel, me miraban con desagrado y susurraban..
A Malfoy jamás les ha agradado mis amigos, mucho menos Hermione por ser hija de Muggles, así que supuse que hablaban de eso pero no quise tomarle tanta importancia.
De pronto llegó Hermione de nuevo y se sentó a mi lado.

– Toma ésto – me dió el papel, una pluma de lechuza y un tintero – Tú te quedas aquí escribiendo mientras yo voy a dar una vuelta por aquí – después de eso se perdió entre los grandes estantes

Tomé el papel y la tinta, al inicio me sentía segura de que sería lo que iba a escribir pero de pronto la mente se me puso en blanco.
No sabía ni cómo empezar, quería saber sobre todo, sobre Yanna y su comportamiento, sobre si acaso mamá ya había terminado de tejer el cubre mantel que estaba haciendo o si papá había ido a comprar ya los regalos para navidad a Londres.