2) Cassiopeia Malfoy y el prisionero de Azkaban

Desayuno con desmayos

Con el tiempo, aprendí a reírme de mí misma, para evitar que las burlas suban de nivel. Asi que, con Draco, nos reímos de mi desmayo con los demás slytherins, haciendo parodias y demás, lo bueno, es que nadie se reía de mi.

- ¡Eh, Potter! - gritó Pansy Parkinson - ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh!

Harry se dejó caer sobre un asiento de la mesa de Gryffindor; junto a George Weasley. Yo dejo de parodiar mi desmayo y arreglo mi túnicas para ir con él, mientras dejaba a Draco con los chistes.

- Ese imbécil - dijo George después de mandar una mirada envenenada a mi mesa - no estaba tan gallito ayer por la noche, cuando los dementores se acercaron a la parte del tren en que estábamos. Vino corriendo a nuestro compartimento, ¿Verdad, Fred?

- Casi se moja encima - dijo Fred, mirando con desprecio a Malfoy.

- Me alegra saber que son tan amables con mi hermanito - digo tomando una manzana entre las cabezas de Fred y George, quienes tragan en seco al oírme

- ¿Cuánto escuchaste? - pregunta George, temeroso

- Lo suficiente - digo sentándome entre ellos - la pregunta es: ¿Cuánto diré?

- ¿Y cuanto dirás? - pregunta Fred, temeroso como su hermano, yo me río

Desde que los gemelos se habían vuelto mis amigos, quería ayudarlos a subir de nivel con las bromas, y eso incluía invertir parte de mi dinero al capital de nuestra mini empresa de bromas. 

- ¿Creen que los voy a acusar por un insulto sin fundamentos? Draco corrió porque yo me desmayé, seguro que como son mis amigos pensó que podían ayudarme, pero ya lo has visto como se pone cuando algo me pasa, Fred, no articula ni media palabra coherente

- ¿Te desmayaste? - pregunto Harry, quien recién deja de mirarme molesto

- Un consejo, Harry, no dejes que se burlen de ti, ríete con ellos, así me he evitado muchas burlas envenenadas esta mañana

- Es un buen consejo - masculla

- Ya verás, con el buen trabajo mío y de Draco, para dentro de una semana será una historia antigua. Ahora ¿Escuchaste gritos, Harry?

- Sí

- No le den más vueltas - dijo George - Mi padre tuvo que ir una vez a Azkaban ¿Verdad, Ron? y dijo que era el lugar más horrible en que había estado. Regresó débil y tembloroso... Los dementores absorben la alegría del lugar en que están. La mayoría de los presos se vuelven locos allí.

- Es que no lo entiendo - digo robándole la tarta de melaza de Fred de sus manos - He ido tantas veces a Azkaban y nunca me sentí así ¿Qué hay de diferente esta vez?

- ¿Tantas veces? - preguntan entre asustados y preocupados por mi

- Demasiadas para contarlas - Fred, para que no le robe su vaso de jugo de calabaza coge uno para mi y otro para él - Gracias. Es que no lo entiendo

- De cualquier modo - dice George - Gryffindor contra Slytherin, primer partido de la temporada ¿Se acuerdan?

- Bien, ya debería irme, si la profesora McGonagall lanzara rayos por los ojos, me partiría en dos. Espero que hayas practicado, Harry

- ¡Esta vez voy a ganar! - me grita desde su sitio

- ¡Veremos! - mientras tomo mi sitio con los demás slytherins

- Bien, hoy comenzamos asignaturas nuevas - dijo Draco alegremente.

- ¿Estudios Muggles? - pregunta Ginny, desconcertada

- Mis padres quieren que sepa más de ellos desde que Cassie se volvió amiga de Potter y tenemos que soportar a sus horribles tíos al teléfeno... No, no, teléfono, así es, teléfono.

Ginny se acercó más al horario, sin creerlo, y lo pasó a Blaise

- ¿Y las demás materias que sí te gustan? No podrás con todas - dijo un muy atónito Blaise

- No se preocupen - dijo Draco - Ya les he dicho que lo tengo todo arreglado

- Si tú lo dices... - dice un muy estupefacto Greg

- ¡Y ya denme mi horario, par de chismoso! - guardó su horario en el bolsillo - ¿Me pasas la mermelada de piña, Ginny?

En ese momento entró el profesor Hagrid en el Gran Comedor. Llevaba puesto un abrigo largo de ratina y de una de sus enormes manos colgaba un turón muerto, que se balanceaba.