Medidas

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Al día siguiente, por cualquier sitio por el que pasara encontraba medidas de seguridad más rigurosas. Sir Cadogan fue despedido. Contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para proteger a la restaurada Sra. Gorda. Neville Longbottom había caído en desgracia. La profesora McGonagall estaba tan furiosa con él que le había suprimido las futuras visitas a Hogsmeade, le había impuesto un castigo y había prohibido a los demás que le dieran la contraseña para entrar en la torre. Ninguno de aquellos castigos, sin embargo, era ni sombra del que su abuela le reservaba; dos días después de la intrusión de Black, envió a Neville lo peor que un alumno de Hogwarts podía recibir durante el desayuno: un vociferador. Ya sé que no es su culpa, pero dudo que alguna vez culpe a mi padrino de algo, aunque tenga toda la culpa. Oímos el vociferador en el vestíbulo. La voz de la abuela de Neville, amplificada cien veces por medio de la magia, gritaba a Neville que había llevado la vergüenza a la familia.

- ¡Hogsmeade el próximo fin de semana! - dijo Greg al llegar a la sala común esa tarde

- ¿Vamos? - me preguntó Draco, algo temeroso, porque yo llevaba medio perdida desde que mi padrino volvió al castillo

- Sí, quiero ir a la casa de los gritos

Nunca había usado el túnel del sauce boxeador, porque estaba muy lejos del castillo y muy cerca de los dementores, y estaba muy ocupada con las tareas para darme una escapada a Hogsmeade para hablar con mi padrino, pero esta vez tendría que usarlo.

2) Cassiopeia Malfoy y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora