Entrenamientos

69 6 4
                                    

Ravenclaw jugó contra Hufflepuff una semana después del comienzo del trimestre. Hufflepuff, con su increíble buscador capitán que, además de talentoso, era bastante guapo, ganó ¿Mencioné que Cedric es gran amigo mío? Quizá fui un poco parcial en ese partido, pero bueno, se trata de un amigo del alma que me ha visto crecer. Pero volviendo al partido: Según Marcus, eran malas noticias para nosotros; Gryffindor se colocaría en segundo puesto si ganaba a Ravenclaw. Por lo tanto, aumentó los entrenamientos a cinco por semana. Esto significaba que, junto con las clases anti dementores del profesor Lupin, que resultaban más agotadoras que seis sesiones de entrenamiento de quidditch, solo me quedaba una noche a la semana para hacer todos los deberes. Aun así, no parecía tan agobiado como Draco, al que le afectaba la inmensa cantidad de trabajo. Cada noche, sin excepción, Draco estaba rodeado de varias mesas llenas de libros, tablas de Aritmancia, diccionarios de runas, dibujos de muggles levantando objetos pesados y carpetas amontonadas con apuntes extensísimos. Apenas hablaba con nadie y respondía de malos modos cuando alguien la interrumpía. La pandilla era su clara excepción, con decir que Vin, Greg y Blaise se la pasaban leyendo libros de materias que no les correspondían, con tal de ayudar a Draco. Ginny y yo éramos más un apoyo moral, porque yo a las justas podía con mi tarea, y eso que Ginny me ayudaba

- Comida - dijo Ginny con los brazos repletos de distintos platillos - Otra vez faltaron a la cena

- ¿Te parece que hay tiempo, Ginny? - dije tratando de comer una manzana sin manchar mi pergamino sobre los poltergeist

- ¿Te doy mi pergamino de las civilizaciones mágicas antiguas de Asia? - ofreció Blaise

Blaise era un chico bastante guapo, divertido e inteligente, pero no puedo evitar reírme al verlo así: Con el pelo revuelto, ojeras y la corbata floja con algunos botones abiertos, oculto tras un libro. Él me guiña un ojo, que me causa una risita, mientras asiento con la cabeza para que me dé el pergamino. Draco, quien había visto la escena, cerró el libro y le dió un buen golpe en la cabeza a Blaise con él.

- ¡Auch, Lunático! ¿Y eso por qué fue?

- Es mi hermana - sisea mientras vuelve a abrir el libro

- Pero no mía - dice mientras me sigue mirando de la misma forma coqueta, que causa que me sonroje y desvié la mirada. Draco parece querer volver a golpearlo, pero Blaise se pone de pie rápidamente - Mejor voy por el pergamino de una vez, Cass

- Gracias, Blaise - digo sonriendo, sin levantar la mirada

Blaise desapareció a toda velocidad en dirección a los dormitorios, pero Draco seguía molesto.

- ¿Y tú, qué haces coqueteando con Blaise Zabini?

- No estaba coqueteando, Draco, y si así fuera, no es de incumbencia, los Zabini son una muy buena familia, y Blaise es un buen chico

- ¡Anda con todas las chicas de Hogwarts!

- Eso no parecía molestarte hace una hora

- Cuando no eras una de esas

- ¡No soy ninguna de esas, Draco! - digo molesta, poniéndome de pie - Yo no he hecho nada malo ¿Estamos?

- Tienes doce - dice imitándome - Y eres MI hermanita

- Draco - dije suavizando mi tono de voz - yo siempre voy a ser tu hermanita ¿Sí?

- ¿No vas a salir con Blaise?

- Draco... - nadie me iba a decir que hacer, ni siquiera Draco

- Bien, pero le romperé la cara al que te haga daño

- Eso no lo dudo - digo riendo mientras me vuelvo a sentar

Nos quedamos a hacer tarea hasta muy tarde, pero no quedó nada pendiente

2) Cassiopeia Malfoy y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora