HoneyDukes

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La mañana del día de Halloween, me desperté mucho más temprano junto con Ginny, para acomodar todo y bajamos muy emocionadas, pero tratando de disimularlo. Los acompañamos hasta el vestíbulo, donde Filch, el conserje, de pie en el lado interior de la puerta, señalaba los nombres en una lista, examinando detenida y recelosamente cada rostro y asegurándose de que nadie salía sin permiso. Ginny y yo volvimos a la sala común por nuestras maletas, donde teníamos el oro y las varitas, con mucho espacio para los dulces, bromas y demás cosas. Bajamos al pasaje de la bruja tuerta que conducía al sótano de Honeydukes, listas para una tarde de lujo.

Nos la pasamos de aquí para allá con la pandilla. Fuimos a "Harapos Finos: Moda para Magos" donde Draco le compró todo un closet a una muy resignada Ginny, si aceptó fue por su alma humilde (Draco había amenazado con lanzar los caros y finos vestidos a las garras de algún hipogrifo). Bueno, no fue un closet, solo dos o tres vestidos y una o dos casacas. Fuimos a la Casa de las Plumas, donde compré distintos colores de tinta, y nuevas plumas interesantes; fuimos a Zonko, pero salimos muy rápido, porque estaba muy llena de chicos y nos pisaban a cada rato, así que las compras en Zonko y HoneyDukes la hicieron los chicos, y volvimos antes de que acabara la expedición. Draco y los chicos se quedaron un rato más. Al final nos encontramos al mismo tiempo en la entrada del Gran Comedor, porque Ginny y yo corrimos a dejar nuestras maletas debajo de la cama, donde nadie pudiera encontrarlas y bajamos al Gran Comedor.

- ¿Todo bien en su expedición? - preguntó Ginny

- De maravilla - dijo Blaise

- ¿Vamos? - dijo Vin abriendo la puerta para nosotras

Lo habían decorado con cientos de calabazas con velas dentro, una bandada de murciélagos vivos que revoloteaban y muchas serpentinas de color naranja brillante que caían del techo como culebras de río. La comida fue deliciosa. El profesor Lupin parecía alegre y más sano que nunca. Hablaba animadamente con el pequeñísimo profesor Flitwick, que impartía Encantamientos ¿Me lo estaba imaginando o Snape miraba a Lupin y parpadeaba más de lo normal? 

- Te traje algo de Hogsmeade - dijo Blaise riendo 

¿De Hogsmeade? Pero si yo habia estado con él 

- Blaise... ¡AHHHHH! ¡Te quiero, te quiero, te quiero!

- Qué bueno que te guste - dice correspondiendo mi abrazo

Blaise me habia comprado la bufanda de diseñador, diseño exclusivo que habia visto en la tienda, pero el dinero que habia llevado no me iba a alcanzar para comprar la bufanda y demás cosas, ahora entiendo porque Blaise no compro tantas cosas como suele hacer. 

- No te hubieras molestado - digo poniéndomela, muy contenta 

Blaise era (con Theodore Nott siguiéndole de cerca) el segundo galán de Hogwarts, las chicas que vieron como Blaise me acomodaba mi regalo, estaban al borde de las lagrimas. Bastante incomoda, volví a mi cena, intercambiando miradas felices con Blaise. 

El banquete terminó con una actuación de los fantasmas de Hogwarts. Saltaron de los muros y de las mesas para llevar a cabo un pequeño vuelo en formación. Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor; cosechó un gran éxito con una representación de su propia desastrosa decapitación. Fue una noche tan estupenda que Draco no se resistió a fastidiar a Harry

- ¡Los dementores te envían recuerdos, Potter!

Pero no le afectaron en lo más mínimo.

2) Cassiopeia Malfoy y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora