Capítulo 41: Alas negras (Tercera Parte)

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Capítulo 41: Alas negras (Tercera Parte)

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"Voces del pasado"

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Isla principal de Altarea, aproximadamente 5 años antes...

La luz se filtraba con timidez por el resquicio de la ventana, un hilillo de aire frío se colaba también por ese sitio. Abrió los ojos de manera pesada, todos los huesos le dolían después de las locuras que había hecho durante su fallido escape, se removió un poco sobre la cama; era cálida y muy mullida, y tenía encima una cobija abrigadora. Su visión se fue aclarando poco a poco hasta que la imagen quedo clara, un brillante par de ojos ambarinos lo observaban con curiosidad innata, por un segundo Link se quedó petrificado, la cabeza de ese loftwing estaba demasiado cerca de la suya, durante unos segundos se quedaron enganchados en un raro juego de miradas, hasta que él ave pegó un chillido y él se cayó de la cama del susto.

Una risa simpática se escuchó entonces, Link viró la cabeza y descubrió al ser encapuchado. Bajo la prenda asomaban unos ojos violáceos y un revoltoso cabello azulado.

— Despertaste.

Link parpadeó un par de veces antes de incorporarse, el extraño le ayudó a volver a la cama y después azuzó a su ave para que se fuera, el loftwing níveo volvió a sacar la cabeza por la ventana y se fue de ahí bajo las ordenes de su amo.

Un silencio longevo invadió entonces la estancia. El pequeño permaneció quieto y pensativo.

— ¿Te duele algo?— preguntó, había estado ahí haciendo guardia por si su huésped despertaba y decidía escaparse de nuevo. Pero Link ya no parecía tener interés en marcharse, el último recuerdo que tenía desde esa mañana era la sensación que se había quedado en él tras el abrazo de Cuervo.

Suspiró y retuvo sus sentimientos, desde aquel instante había entendido porque estaba ahí arriba, las intenciones de Cuervo para él ya no eran misterio alguno.

— ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Un par de horas.

— ¿Donde esta él?

—No sé.

— ¿Volverá?

—No sé. Solo me pidió que te cuidara.

Suspiró, era una pequeña conversación que habían llevado a cabo sin llegar a mirarse a los ojos. Se levantó de la cama tanteando el terreno, el encapuchado le tendió una mano pero Link se negó a recibir la ayuda, se sentía perfectamente capaz de valerse por sí mismo. Minutos más tarde había salido al exterior, nada se lo había impedido, aunque su cuidador lo seguía ahora como una sombra. Afuera la mañana se dibujaba serena, fresca y tranquila, en el cielo de Altarea los loftwings volaban en parvada creando un espectáculo único y maravilloso.

Link se sintió acomplejado, todavía no lograba meterse plenamente en la cabeza que aquel lugar de leyenda fuera realmente real.

La entrada de aquella casa estaba bordeada por una valla, y más allá de ella se extendía una pequeña masa verde de bosque. El aire se sentía delgado, aunque después de todo lo ocurrido ya casi se había acostumbrado.

— ¿Cuervo no está bien de la cabeza, verdad?— preguntó con tristeza.

Su guardia se sorprendió al escuchar eso.

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