Despertar

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Aclaración: The Legend of Zelda NO me pertenece, pertenece a Nintendo y Shigeru Miyamoto. No me agradaría que esta obra sea replicada. Nada más que agregar... Disfruten!
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Siete años, hace siete años atrás desde que había ocurrido ese hecho, debía huir lo más pronto posible antes que ese hombre malo les diera alcance, Zelda huyó por mucho rato junto a su tutora quien logró sacar ventaja del retraso de aquel hombre del desierto que los perseguía.

De no ser por Link seguramente nos habría alcanzado... Espero que estés bien.pensó preocupada mientras era sujetada por su tutora Impa que cabalgaba a toda velocidad.

Luego de perder definitivamente a aquel peligroso hombre, la princesa se comunicó con el joven de vestimentas verdes que había reunido las tres Piedras Espirituales.

—Muy bien Link, escucha con atención me gustaría realmente estar en persona y explicarte, sin embargo no puedo, discúlpame.— sus ojos eran cerrados mientras se concentraba en comunicarse con el rubio. —Usa esta melodía en la entrada del templo para abrir la puerta donde está la Trifuerza y la Espada Maestra.— explicó mientras enseñaba por medio de un recuerdo la Canción del Tiempo a Link —Te deseo suerte y por favor... Ten cuidado Link...

Habían pasado siete años exactos desde aquel día, donde decidió que Impa la preparase para ayudar cuando llegara el momento, para ello dejó de ser una princesa en todo sentido, por medio de magia Sheikah su aspecto físico cambió radicalmente, ahora su piel era ligeramente bronceada, el cabello era más opaco en un tono mostaza y su cuerpo estaba tonificado y cubierto por la ropa típica de los Sheikah; un traje de cuerpo completo azul junto con una prenda blanca que tenía el símbolo del ojo sin párpado en el pecho, mientras que sus brazos, su cabeza y parte de su rostro era cubierto por vendas. Era un hombre físicamente y solo quedaba la consciencia como único residuo de la princesa.

—Bien alteza estáis lista para partir, he sentido un aura proveniente del Templo del Tiempo, el momento ha llegado.— dijo la Sheikah mientras observaba con los brazos cruzados a la princesa, o mejor dicho al joven Sheikah que ayudaría al Héroe del Tiempo.

—Sí, también lo he sentido, he entrenado todos estos años para esto, y es hora...— dijo en un tono frío mientras observaba el horizonte y preparaba sus cosas —Por cierto Impa... No me llames alteza por favor, soy Sheik, un joven guerrero cuya tribu está casi extinta y fue traicionado por los suyos. O al menos eso es lo que debe creer Ganondorf como ha sido por estos últimos meses.

—Lo siento, aún no me acostumbro, a pesar que desde hace años ya estás así; suerte Sheik, te extrañaré.— dijo en un tono nostálgico mientras volteaba a observarle.

—También te extrañaré Impa.— dijo en un tono alegre mientras sus ojos se cerraban, lo cual indicaba que estaba sonriendo. —Nos veremos pronto.— se puso en pie para luego desaparecer del lugar encaminándose al Templo del Tiempo.

Una vez que llegó al Templo del Tiempo se encontró con Link, quien inspeccionaba el lugar con confusión luego de haber sacado la espada de su pedestal. Sheik se limitaba a observarle desde un pilar en las alturas del Templo.

—Han pasado siete años Link, estoy segura de eso... Pues aún eras muy joven para blandir la Espada Maestra y fuiste sellado en el Reino Sagrado, ahora debemos terminar con lo que empezamos hace siete años atrás.— explicó el hada que revoloteaba cerca del joven.

Desde la sombras | The Legend of Zelda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora