26 de Julio, 2020.
Woking, Inglaterra.-¡Amor!-Grito desde la habitación.
Charles prácticamente aparece a los dos segundos, con expresión preocupada.
-¿Por qué gritas mujer? Pensé que te había pasado algo.
-Lo siento-Le sonrío-. ¿Sabes dónde está el protector solar de Charlie?
-En su mochila del Rayo McQueen-Me contesta yéndose de la habitación.
Lo sigo y veo a Charlie mirando “Mulan”. Porque si, mi bebé va tener que querer a la mejor princesa. Tendrá un buen ejemplo.
-Mami, Mulan aquí-Me señala el televisor.
-¿Te gusta, hijita?
-Chi, mucho.
Sonrío y voy a la cocina donde se encuentra Charles preparando la cena. Amo verlo así, con una bandana en la cabeza, vestido con pantalón de chándal y una camiseta básica blanca, tarareando una canción y cocinando. Me es inevitable no sentir que mi vida en este momento es hermosa.
-Hola, señor Leclerc.
-Hola, señorita Eriksson.
Me acerco y lo abrazo por atrás mientras le dejo un beso en el centro de la espalda.
-Si alguien me hubiera dicho hace un tiempo, que estaría cocinando para mí hija y mi novia me hubiera reído-Me dice mientras revuelve algo en una de las ollas.
-¿Y ahora?
Apaga el fuego y se da la vuelta para estar frente a mi.
-Amo ser padre, estoy muy enamorado, soy feliz. Me gusta cocinarte a ti y a nuestra hija. Me gusta pasar el tiempo con Charlie. Me gusta despertarme a tu lado...
Me muerdo el labio y paso mi mano por su mejilla.
-¿Tú te das cuenta de lo perfecto que eres?
Beso sus labios y él encantado corresponde.
-Los chicos dicen que me convertí en un blando.
-Es que eres un gran osito, amor-Le digo riendo y él niega con la cabeza.
-¡Madison, no me digas así!
Ambos empezamos a reír hasta que mi celular empieza a sonar, veo y es un número privado. Atiendo y nada, solo una respiración. Luego cortan.
-¿Quién era?-Me pregunta Charles, al ver el desconcierto en mi rostro.
-Si te digo te miento-Le contesto mirando todavía la pantalla de mi celular-. De verdad que no lo sé...
-Tranquila, no debe ser nadie.
-Eso espero-Vuelvo mi atención a él-. ¿Te ayudo con algo?
-Pon la mesa y después no necesito más nada.
¡Jesús de lo culinario! Tengo un novio y cocina. Gracias Diosito, yo ya no necesito nada más. Pongo la mesa que realmente me estoy acostumbrando a ver ya; tres platos, tres vasos, cubiertos para tres personas. Me gusta, es mi nueva normalidad.
-Amor, recuerda llevar todo para el viaje-Me dice Charles mientras se acerca con una olla a la mesa.
-Si, mandon.
-No soy mandón, esa eres tu.
-¿Cómo te atreves?-Le pregunto haciéndome la herida-. No sé si quiero hablar contigo ahora, Charles.
El ríe y deja un beso en mi cuello, últimamente está muy cariñoso y contrario a lo que creen me encanta.
-El lunes ya estará disponible la cabaña en Calabria.
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Corriendo por ti [Charles Leclerc] ✓
FanfictionCreo en las coincidencias, creo fielmente que las buenas cosas tardan en llegar pero cuando aparecen son espectaculares, además de impredecibles. Ojos verdes, cabello castaño desordenado, labios que piden a gritos por mí y esa sonrisa que me hace te...