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Narrador omnisciente:
Las vacaciones de invierno era lo mejor que podía pasarle a Lydia pues ese año, su padre podría ir a casa.

Estaba demasiado nerviosa pues...no lo había visto en demasiado tiempo, y siempre que él estaba en casa ella se encontraba en Hogwarts.

Hacía más de un año que no lo veía y realmente lo necesitaba abrazar, necesitaba decirle lo mucho que lo había extrañado y lo mucho que lo quería.

La chica no solía hablar de su familia ni de temas privados ni problemas que puedan suceder en su vida, lo consideraba privado para ella además de que con el tema de su padre famoso... la gente solo se interesaba en la fama.

Cuando la chica pisó en inmenso jardín de su mansión suspiró para cruzar los dedos y esperar que su padre ya se encontrara ahí.

Miró a su alrededor y vio lo perfecto que estaba todo, impecable.

Igual que su madre.

La chica se aburría demasiado todos los veranos y vacaciones que pasaba en casa. Si no fuera por Miranda y Elina sus dos elfinas domésticas, no sobreviviría ni un día.

-Hola señorita Lydia!- dijo Miranda abrazándola sin importarle nada.

Elina, la miró sorprendida. Aún así sonrió a la chica.
-Como ha estado señorita Lydia?- le preguntó a lo que la chica sonrió.

-Muy bien, me alegro mucho de volver a veros.- les dijo contenta mientras acariciaba la cabeza de Miranda.

-Y a mi no me has echado de menos?- dijo una voz por detrás tomándola por sorpresa.

Lydia sonrió como nunca. Estaba a punto de llorar cuando se giró y vio a su padre con una inmensa sonrisa.

Lydia siempre pensó que su madre era muy afortunada por haber podido encontrar alguien como su padre. Ella pensaba que era muy guapo, tenía forma atlética por el juego, además de que era bastante alto y siempre sonreía y transmitía felicidad.

-No sabes cuanto te he extrañado papá.- le dijo mientras corría hacia el y lo abrazaba con fuerza.

-Al fin te veo princesa, pero mírate! Si ya eres toda una mujer.- le dijo entre en abrazo con una sonrisa.

Y aún así, a la chica no le cabía algo en la cabeza. Como podrían haberse enamorado?

Sus padres eran polos opuestos.

Su padre era el día en persona. Era simpático, gracioso, te hacía ver el lado positivo de las cosas y te sacaba una sonrisa siempre que puede además que fue Huffelpuf en su época de Hogwarts. Era muy querido por todos.

En cambio su madre es todo lo contrario. Una Slytherin de corazón y cabeza. No mostraba casi nunca sus sentimientos, al menos hacia Lydia. Era la persona más perfeccionista que la chica había conocido jamás.

En resumen, para los ojos de Lydia, su madre era aburrida.

-Y que tal las notas Lydia?- le preguntó por detrás su madre de brazos cruzados.

-Bien, digo, son perfectas madre... menos... adivinación.- dijo con la cabeza un poco baja.

Su madre la miraba sin decir nada, normalmente se hubiera puesto a gritar pero como estaba su padre seguramente no había dicho nada.

-Y el quidditch cariño?- preguntó su padre a lo que Lydia abrió los ojos. Acababa de sacar el tema prohibido para su madre.

-Bien! Recordad que mañana tenemos la fiesta de navidad.- cambio de tema rápidamente a lo que Lydia bufó.- Espero que te comportes, entendido? Vendrán grandes amigos de tu padre y míos.- dijo mirando a la chica.

-Si madre.- dijo algo molesta, y sin decir nada más, se fue a su cuarto, en el piso de arriba.

No pasaron ni cinco minutos cuando alguien tocó la puerta.
-Como estás princesa? No me has explicado nada.- dijo entrando y sentándose en su cama.

-Bien ahora que has venido.- respondió abrazándolo otra vez.- Soy cazadora papá, igual que tú.- dijo con una sonrisa.

-Y no dudo que eres la mejor.- dijo con una sonrisa.- Esa es mi pequeña.- dijo tirándola a la cama y empezándole a hacer cosquillas.

No pasó mucho tiempo cuando la madre de Lydia apareció.

-Steven... Lydia tiene que dormir, mañana es la fiesta y debe estar descansada perfectamente para que la fiesta sea perfecta, además tiene que arreglarse y sabes...- empezó a decir.

El padre de Lydia empezó a imitar a su madre sin que ella se enterara haciendo reír a la chica.
-Pero mamá, es por la noche...- se excusó la chica intentando no reír.

-Si pero nos tenemos que levantar temprano, tienes que elegir vestido y el pelo y....- empezó a decir otra vez.

-Está bien, está bien, ya dejo dormir a la princesa.- dijo finalmente su padre dándole un beso en la frente.- Qué duermas bien, mañana seguiremos hablando.

Lydia sonrió y se fue a dormir, estaba contenta, al fin podría pasar unas navidades con su padre.

-Fiesta? Que aburrido.- dijo para darse la vuelta en su cama y empezar a cerrar los ojos completamente.

damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora