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Narrador omnisciente:
-Que has hecho que? Lydia! Como has podido hacer algo así!? Además de irte de Hogwarts has faltado el respeto a una profesora!?- decía su madre muy molesta.- Más maleducada no podías haber salido.

-Mal educada? Has sido tu la que me ha dado educación y estoy orgullosa de eso.- dijo la chica cruzándose de brazos mientras se acomodaba en el asiento donde se encontraba.

-Las señoritas no se sientan así, y tampoco hablan de esa manera, Merlín que voy a hacer contigo!?- gritó su madre desesperada.- Porque no puedes ser como yo y comportarte como te he enseñado toda la vida?- preguntó haciendo que la chica rodara los ojos.

-Será por que no soy como tu?- respondió irónicamente.- No esperes que sea algo que no soy.

-Haber que opina tu padre de todo esto...- dijo haciendo que Lydia saltara de emoción.- Si, antes que digas nada, si, tu padre viene mañana.

Ahora la chica estaba más que decidida. Tenía claro que seguiría sus sueños y así lo haría. Se levantó ante la atenta mirada de su madre.

-Bien, yo... iré a reflexionar sobre lo sucedido, arriba, sola, en mi habitación. dijo para irse casi corriendo a su cuarto y cerrar la puerta de golpe.

Si algo le fascinaba a Lydia eran los Ballycastle Bats, el equipo de quidditch más genial para ella. Dese pequeña la chica había sentido grande admiración hacia estos.

Su padre y ella siempre discutían sobre lo mismo pero era su opinión y no la cambiaría por nada del mundo. Haría las pruebas para entrar en el equipo como cazadora.

-Donde crees que vas señorita?- le preguntó su madre entrando de golpe a su habitacón.
-Oh, ahora soy señorita? Voy a hacer la prueba para los Ballycastle Bats, contenta?- preguntó ya preparada para irse.

-No, no puedes dedicarte al quidditch! No puedes! Me niego a que seas igual que tu padre Lydia!- soltó a lo que la chica la miró confundida.

-Por que? Que le pasa a papá?- preguntó seria a lo que su madre miró al suelo.

-No quiero que te dediques al quidditch entiendes? Cuando tengas tu familia... la dejaras de lado por ese estúpido deporte y que pasará con tus hijos? Con tu pareja? Acaso crees que soy feliz sabiendo que tu padre puede morir cualquier día al igual que mi hermano?

Lydia nunca lo había pensado de esa manera, sin embargo el quidditch era lo que le hacía feliz. Por que rendirse ahora que estaba tan cerca?

-Es mi vida, y... entiendo tu postura, pero realmente es lo que quiero ser, cueste lo que cueste. Deséame suerte.- dijo para tomar su escoba y salir volando.

En el camino pensaba en lo que le acababa de decir su madre y también pensó en Oliver el cual no le había respondido a la carta que le había enviado.

Que caos.

Todo ese caos fue nulo cuando visualizó el campo donde jugaría si conseguía el puesto como cazadora titular...vaya, era hermoso.

-Vienes ha hacer las pruebas?- le dijo alguien por detrás haciendo sobresaltar a la chica. Su voz era gruesa y masculina... claro, Lydia no recordaba que esto ya no era Hogwarts y este no sería el equipo de Slytherin.

-Si... oh Merlín.- soltó la chica en cuanto se giró. Era Noah Jefferson, uno de los golpeadores del equipo.- Si, vengo ha hacer las pruebas para cazadora.- dijo demasiado nerviosa.

Noah frunció el ceño.
-No eres muy joven? Cuantos años tienes? 14?- preguntó a lo que la chica se cruzó de brazos, ahora un poco ofendida.

-No, tengo 17 años... este año cumpliré mis 18.- le respondió a lo que él chico asintió algo dudoso.
-Pues bien, buena suerte novata. La vas a necesitar.- le dijo guiñándole el ojo para irse en dirección contraria a la salida, es decir al campo.

Lydia fue con todos lo que se presentaban para el equipo y vaya, eran bastantes, unas 42 personas se estaban presentando para los dos puestos disponibles. Uno de titular y un suplente.

-Para los que no me conozcáis, soy Jonatan Cleves, el capitán actual de los Ballycastle Bats, las pruebas empezarán dentro de muy poco así que solo os puedo desear suerte.- dijo este mirando a cada uno de los jugadores.

Primeramente les habían hecho pruebas físicas, si no estabas en forma y bien de salud era imposible que jugaras en un equipo profesional.

De esas pruebas sencillas para Lydia pues estaba en perfecto estado, solo quedaron doce y más posibilidades de que ella entrara.

Fue algo raro para la chica que todos la miraran cuando dijo su nombre... claro, suponía que tenía influencia por su padre...

Después de un circuito algo cansado y duro para todos los jugadores, les dejaron descansar unos minutos para la prueba final.

Solo quedaban seis y Lydia era una de ellas.

-Bien, la prueba final... hemos hablado todo el equipo y... hemos decidido las tres personas que tendrán la posibilidad de entrar.- dijo Jonatan acercándose a ellos.

-Veamos. Tú, fuera.- le dijo a uno sin pudor.- Tu, tienes que practicar más- le dijo a otra que se puso a llorar.- Y tu, debes dejar de chulearte tanto, estás fuera campeón.- le dijo al que tan mal le caía a la chica.

-Bien, ahora que quedáis los tres...- empezó a decir otra cazadora.- Quiero que respondáis una simple pregunta.- Por qué jugáis al quidditch?

-Yo juego por que me hace feliz.- respondió una chica al lado de Lydia.

-Así canalizo toda mi ira y rabia, para mejorar cada día y superarme.- respondió el otro chico que había.

Lydia en ese momento frunció el ceño, nunca se lo había planteado, por que jugaba quidditch?

-Yo juego quidditch por que siempre ha sido una parte de mi vida, ya era así con mi padre cuando yo era un bebé, supongo que se ha convertido en algo imprescindible en mi vida. Puedo ser yo misma.- dijo con una sonrisa haciendo que todos supieran quien debería quearde con el puesto titular.

-Pequeña Anderson. Gran apellido el tuyo...te informo que desde ahora...eres una Ballycastle Bats. Siéntete orgullosa de ti misma.- dijo Jonatan con una sonrisa.- Esperamos grandes cosas de ti...

Lydia estaba eufórica, lo había conseguido? Estaba cumpliendo su sueño... cada vez más cerca del éxito como siempre había deseado.

damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora