30

15K 1.5K 608
                                    

Narrador omnisciente:
Los días pasaban en la mansión Anderson y Lydia parecía recuperar el tiempo perdido con su padre, jugando al quidditch, ensuciándose con el barro y contando los típicos chistes que solían explicarse antes.

Pero como tales padre e hija, también pensaban por igual.
-Tengo que decirte algo importante papá/hija.- dijeron a la vez a lo que rieron.

-Que es cielo?- preguntó su padre mientras abría una botella de agua.

Lydia lo miró y realmente esperaba que se lo tomara bien.
-Puede venir mi novio a cenar hoy?- preguntó sin mucho interés a lo que Steven casi se ahoga con el agua. Sabía que ese día llegaría pero aún así..

-N-novio? Desde cuando? Lo conozco? Digo que claro...por que no? Es... fantástico!- dijo tratando de no mostrarse molesto ni celoso.- P-puedo saber su nombre?- preguntó a lo que la chica negó.

-Solo diré que no te lo esperarás para nada..- dijo tratando de no reírse.- Ah, y no le gusta el quidditch.- mintió esperando que a su padre de diera un mareo de desesperación.

Steven frunció el ceño. Bufó sin que su hija se diera cuenta. Él realmente quería que el novio de su hija fuese alguien como...Oliver.

Oliver era el candidato perfecto para ella, porque no podía ser él quien fuera el novio de su hija? De repente, se le iluminó el rostro por completo.

-Ahora que lo dices...yo también he invitado a alguien, si, esta noche vendrá un admirador al que le prometí cenar un día.- dijo a lo que Lydia contestó con un "genial".

Cuando a Oliver le llegaron dos cartas de la mansión Anderson se extrañó un poco.

Primero la de Lydia que quería que fuera a cenar con sus padres y ella para que los conocieran como pareja y después la del señor Anderson que lo invitaba a cenar con ellos para impedir que Lydia se enamorara más de su novio y darle celos...

Qué?

Su puerta sonó y se escuchó a su madre.

-Oliver! Arréglate! La señora Anderson nos ha invitado a cenar esta noche con ellos!- la mamá de Lydia? La única solución posible que se ocurría al chico era que esa familia tenía un grave problema de comunicación...

Lydia por otra parte, se vistió lo más bonita posible. Quería impresionar a Oliver y poner furioso a su padre.

Cuando bajó las escaleras, el primero en decir algo fue su padre que la miró sorprendido.

-A quien quieres impresionar con eso? Solo es una cena...- le dijo más asustado pues no sabía como reaccionaria el novio.

Lydia rodó los ojos tratando de permanecer seria pero en cuanto sonó el timbre, fue inmediatamente, al abrir sonrió aún más.

Iba a decir algo pero Steven se adelantó.

-Oliver! Que alegría verte joven, y vienes acompañado! Mejor aún!- dijo arrastrándolo dentro al comedor sentándolo al lado de la silla donde supuestamente se sentaría Lydia.

La chica frunció el ceño un momento. Conocía muy bien a su padre para saber que estaba tramando algo gordo.
-Papá...por que has invitado a Oliver?- le preguntó la chica aún con el ceño fruncido.

Steven sonrió más y se acercó a su hija que se encontraba de brazos cruzados.

-Está guapo no es así? Deberías ir con él y ser más educada...- dijo empujándola hacia su silla a la que se sentó de golpe.

-Pero que...?- empezó a decir el chico demasiado confuso pero la chica lo interrumpió.
-Solo...no digas nada.- dijo negando con la cabeza.- Mi padre te ha invitado, verdad?- dijo a lo que Oliver asintió.- Será manipulador...

Oliver no entendía nada de nada pero no le importaba, Lydia se encontraba a su lado, preciosa como siempre y parecía molesta. Con sutileza, atrajo la silla de la chica hacia él y sin que nadie se diera cuenta pues los adultos ahora se encontraban conversando en el vestíbulo le dio un beso rápido en los labios.

-Estás preciosa.- le susurró a la oreja a lo que ella se sonrojó.
-No te quedas atrás Wood.- le respondió ajustando su corbata sutilmente.

La cena tenía su curso normal, pero de vez en cuando Steven miraba a su hija algo molesto.

-No es muy puntual por lo que veo...- dijo refiriéndose al supuesto novio de la chica a lo que ella rio.- Te parece gracioso?

-Si, la verdad es que Oliver y yo teníamos que deciros algo...importante.- anunció Lydia llamando la atención de todos los que se encontraban ahí.

-Lydia y yo...- empezó a decir Oliver tomando la mano de la chica.- Estamos saliendo, como pareja.- terminó por decir nervioso por la reacción.

Steven sonrió como nunca.
-Oh cariño, haberme dicho antes que era Oliver!- soltó de alivio mirando a su hija orgulloso, a lo que después miró a Oliver.- Te dije que sería perfecta para ti.- dijo guiñándole el ojo.

-Si! Oliver, podrías habernos dicho que tu novia era Lydia!- dijo la señora Wood muy contenta. - Aunque no me sorprende tanto...se pasaba todos los veranos que si Lydia esto que si Lydia lo otro!- admitió a lo que todo rieron menos Oliver que rodaba los ojos con vergüenza.

-Pero cariño... me dijiste que no le gustaba el quidditch...- dijo Steven algo confuso a lo que Lydia rio.

-Claro que no le gusta el quidditch, Oliver ama el quidditch.- dijo haciendo reír a todos.

Cuando la cena terminó, Oliver decidió ir con Steven pues quería aclarar algunas cosas.

-Señor Anderson...- preguntó algo dudoso.
-Dime Steven hijo...si?- preguntó también sonriendo. Se notaba tranquilo.

-De verdad que a usted no le importa que salga con su hija? Es decir... usted me mandó una carta...- empezó a decir pero el señor Anderson le interrumpió.

-Oliver, desde que Lydia me habló de ti y hablamos en la fiesta, supe que acabaríais juntos, quería que acabarais juntos!- admitió con una sonrisa.- Solo espero que no le hagas daño, pero se que eres un buen chico y que harás a mi hija feliz.- le dijo palmeando con una mano su espalda.

-Muchas gracias señor... digo Steven y no se preocupe, nunca le dañaría.- dijo contento. Iba a decirle otra cosa pero volvió a interrumpirlo.

-Si quieres despedirte, está en su habitación. Adiós Oliver, nos veremos pronto.- dijo guiñándole el ojo para ver al chico sonreír y correr hacia el cuarto de la chica.

Cuando abrió la puerta, se encontró con la chica en pijama estirada en su cama que rápidamente se levantó para abrazarlo.

-Que tal ha ido?- preguntó con una sonrisa que Oliver podría describir como perfecta.

El chico la empujó con cuidado a la cama y empezó a hacerle cosquillas.
-Te quiero.- le dijo dándole un beso en la frente.- Gracias por invitarme.

Oliver parecía haber encontrado algo más que el quidditch, parecía haber encontrado su otra mitad. Lydia Anderson.

damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora