El primer reto fue conseguir el huevo de oro que estaba detrás de Dragones que obviamente escupían fuego, Harry lo obtuvo. Violet se bajo de su escoba enojada y Minerva se acercó a calmarla.
—Está bien querida— pasó su brazo por sus hombros— solo fue el primer reto.
La chica asintió y se acercó a sus amigos.
—Estuviste bien— dijo Fred abrazándola— la próxima la ganarás tu.
—Si tu lo dices, Weasley.
Harry se acercó feliz al grupo de chicos y Violet se fue siendo seguida por Cedric.
—¿Estas bien?— la pelinegra asintio.
—¿Por que no lo estaría?
—Porque te conozco y se cuanto odias perder— Ella entrecerro sus ojos mientras sonreía.
—No sabía que te fijabas tanto en mi— bromeó y él la empujó levemente para después atraerla a sus brazos— Igual tienes razón— Cedric soltó una carcajada— ¡Es que estuve tan cerca! Solo por unos pocos centímetros.
—Y por un empujón de Potter.
—¡¿Lo viste?! Maldito cuatro ojos.
—Ay no— murmuró el chico haciendo que su novia se voltee, Potter se encontraba a pocos centímetros de ellos— Capaz con suerte no te...— este no pudo terminar de hablar que ya tenía a aquel cuarto ojos frente a ellos.
—¿Como me llamaste?— Harry se cruzó de brazos y hablo en un tono no muy habitual en el.
—Ya lo oíste, Potter.
A los pocos segundos ya se encontraban rodeados de estudiantes que querían escuchar aquella discusión. Era muy raro verlos pelear pero cuando lo hacían era muy fuerte.
—Lo dijo en un momento de ira, Harry— murmuró Hermione tirando del brazo de su amigo.
—Quiero que me lo diga en la cara— masculló.
—Dije que eras un maldito cuatro ojos— ambos se habían acercado tanto que sus respiraciones se mezclaban.
—Me das asco, Dubois, siempre me lo diste.
A la chica se le hizo un nudo en la garganta y sus ojos se llenaron de agua, pero ella se mantuvo firme sin dejar que se la caiga ninguna, ni que su voz se quiebre.
—Potter, creo que te estás pasando de la raya— Diggory se había cruzado entre los dos— Sabes bien que la empujaste.
—¡Que no la empuje!
—Todos lo vimos— murmuró Ron que al segundo bajo la mirada.
—¿Están peleando por el torneo?— Fleur se puso en el medio— ¿Que les sucede? Son amigos hace años, es una idiotez pelear por esto.
Violet y Harry se miraron y ahí fue cuando el se dio cuenta de que había reaccionado mal, ella estaba con los ojos llenos de lágrimas que amenazaban con escaparse.
—Lo siento, Vi.
—Está bien, yo también me equivoqué al llamarte de esa manera— sonrió mientras una sola lágrima recorría su mejilla derecha.
—¿Amigos de nuevo?
—Siempre cuatro ojos.