Capítulo XLI

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Narrador anónimo:

Martha miró a los demás.

Martha: Sé que no da miedo, pero si queréis tengo algunas que no os dejarán dormir, que soñareis con ellas todas las noches, cubrireis siempre vuestras espaldas por miedo... -dijo con voz sutil y maliciosa.-

Agus: Me gustaría oir de esas, pero estos son unos cagados.

Maxi: Eso no es verdad. -Martha rió.-

Martha: Por ahora creo que no contaré ninguna más. Os toca.

Agus: Venga, voy yo. Tampoco voy a contar algo que de demasiado miedo, jaja. Esta historia me la contaron en un campamento de pequeño, le ocurrió a un chaval llamado Luk, asi que la contaré en primera persona:
    Como yo lo recuerdo, hace ya unos cuantos años. Cuando todavía estaba viviendo con mis padres, es decir en su casa. 
U

na de tantas noches en las que me quedaba solo, comenzaron una gran variedad de fenómenos extraños.
El primero y no menos importante sucedió cerca de la media noche. Yo me encontraba en el salon de la casa viendo la televisión. Como no es raro estaban emitiendo uno de esos programas somníferos típicos de la época. De forma inocente e inconsciente se me ocurrió decir en voz alta lo siguiente:
¡que rollo, voy a cambiar a canal sur a ver que hay!.
Y antes de que hubiera cogido el mando a distancia la televisión se cambio no se como a esa misma cadena que yo había nombrado.
Como es lógico los pelos se me pusieron como escarpias, y me levante. tuve la sensación de que alguien me observaba gire la cabeza y vi como se encendia la luz del pasillo. Con cierta valentia fui a apagar la luz y antes de llegar a hacerlo vi como se caían dos libros desde la estantería que dificilmente podían moverse ya que estaban sujetos por otros libros que estaban a los lados.
Después de esto cogí las llaves y sali por patas a casa de mis tíos.
No tenía intención de dormir esa noche en casa. -terminó la historia- No es mucha cosa, os lo dije.

Maxi: Me gusta.

Agus: Cuenta vos una, Maxi.

Maxi: ¿Yo? Yo no sé historias de miedo, las mías son todas de amor.

Martha: Pues cuenta una de amor -dijo sonriendo.-

Maxi: ¿Seguro?

Agus: Venga, empieza ya.

Maxi: Está bien, no es mucha cosa, pero no quiero contar algo demasiado largo:

Cuenta la leyenda, que una bella joven, se enamoro locamente, de un viejo aventurero del poblado. El viejo, viajaba de pueblo en pueblo, dando a conocer andanzas, la gente se acercaba para escuchar lo que él decía. En primera fila, ahí estaba ella, mirándolo y escuchándolo. Sus ojos pronunciaban a gritos mil te quieros. Al mirar a sus ojos el brillo delataba su amor por él.
Él no quería entrar en ese juego del amor, la diferencia de edad los separaba, y la gente en ese lugar era cruel y despiadada. Así pasaba el tiempo, lloro muchas noches el cielo, y sonrió el sol otras tantas, y entre ir y venir de sus andanzas, ella no se separaba de su lado. Jamás se besaron, ni hablaron de amor, y si algo pronunciaron sobre ello, fue con sus miradas, miradas llenas de amor, de pasión, que sin decir nada, lo dicen todo. Ella, en mas de una ocasión le pidió, marcharse con él, lejos muy lejos, tan lejos que nadie ni nada fuera testigo de su amor, a corazón cerrado. Él le explicaba una y otra vez que eso no era posible, no habría ni presente ni futuro, el paso del tiempo, la dejaría sola, pues nadie vive eternamente. Ella llorando le imploraba que no dijera eso, que para ella no le importaba, el tiempo, ni la diferencia de edad.Así pasaron 1825 soles y otras tantas noches. Un día se comento que él, se marcho muy lejos, embarcó en un mar, que le llevaría a otras tierras. Y que el barco náufrago, pareciendo todos sus ocupantes. Ella jamás quiso creerlo, y le esperaba en el puerto, cada tarde, con lágrimas resbalando por sus mejillas. Un buen día ella embarco, para ir en su busca, cuando estaba mirando por la borda, una gran ola se la llevo, dicen que eran los brazos de su amado. Cuentan los mas viejos pescadores, que en alta mar en un lugar lejano, algunos los han visto abrazados, en las profundas aguas, y escucharon como ecos, voz ,dicen que es Neptuno y una voz de sirena : Te amo, Te quiero, .... Mi Amada..... y ella respondía: Aquí por fin amado mío soy tuya eternamente. 
Existen cosas y situaciones que parecen imposibles e increíbles de entender. Pero para ello, existen personas que crean esas situaciones, sin importarle el mundo ni el que dirán, solo piensan en su felicidad.

Las estrellas no son de campo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora