Capitulo 6

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- Buenas tardes señorita Cass – La castaña se giro encontrando al nuevo amigo de su sobrino, adoraba la idea de que pudiera conseguir amigos de su edad.

- Kubo, bienvenido dame un segundo mientras busco a Hiro en la cocina –

- Muchas gracias señorita – La mayor se acercó al chico del parche tomando las manos del chico entre las propias.

- Por favor, dime tía Cass ¿Esta bien? – El pequeño sonrió levemente, aquella mujer le generaba la misma calidez en el pecho que su madre.

- Claro, tía Cass – La mujer sonrió en agradecimiento mientras comenzaba a caminar hasta la cocina llamando a su sobrino, quien rápidamente salió hasta sentarse frente al chico.

- Hola Kubo, me alegra que vinieras –

- Me alegra también estar aquí, de hecho, quería ver si te gustaría ir a mi casa ya que mi abuelo y mi madre desean conocerte – Hiro lo pensó un momento, ese era su día libre además de que las patrullas las realizarían Honey y Fred, sería bueno distraerse.

- Claro, solo deja le aviso a mi tía – Mientras el chico caminaba de vuelta a la cocina Kubo sintió un pequeño escalofrió, desde el incidente con sus padres y abuelo no había sentido nada parecido, discretamente giraba a todos lados en un intento por encontrar al responsable de aquella incomodidad pero nada sucedió, tomo una servilleta que estaba sobre la mesa para comenzar a doblarla formando una pequeña ave de papel, que tras asegurarse que nadie prestaba atención logro elevar hasta que pudo volar llegando al segundo piso.

- Estoy listo Kubo... -

- En ese caso vámonos – Salió después de Hiro intentando dar con aquella energía extraña de la que se había percatado cuando llego, pero nada, esperaba que su pequeño espía encontrara algo.

Durante el camino iban platicando de las cosas que veían a su alrededor, de vez en cuando Kubo le comentaba que admiraba a los grandes héroes quienes podían ayudar a mucha gente sin pedir nada a cambio, Hiro sonreía levemente al saber que su ahora amigo lo apoyaba de esa forma... Ojalá pudiera contarle sin que corriera riesgo.

- Se bienvenido Hiro – La mitad japones observo el pequeño local donde predominaba el color carmesí, Kubo abrió la puerta y dentro encontró a un hombre mayor de cálida sonrisa.

- Hola hijo, bienvenido – El anciano camino hasta Kubo mirando al chico a su lado, Hiro pudo ver como por unos segundos la mirada del mayor cambiaba brevemente pero como fue un movimiento bastante rápido decidió ignorarlo - ¿Quién te acompaña? –

- Déjame presentarte a Hiro Hamada –

- Un placer conocerte Hiro –

- Igualmente señor Kabutomushi – De nuevo sentía la incomodidad ante la mirada del anciano - ¿Sucede algo? –

- No es nada muchacho, se bienvenido y disfruta tu estancia en nuestro hogar – Ambos atravesaron la tienda llegando hasta la casa de Kubo, en la sala del lugar yacía sentada una hermosa mujer de largos cabellos negros, parecía perdida en sus pensamientos.

- Hola mamá – La mujer se giro y fue cuando Hiro noto la cicatriz en un ojo de la mujer, quien a pesar de todo sonreía de forma dulce ante su hijo.

- Hola cariño – Kubo se acercó a ella colocando un beso en su frente.

- Mira mamá, te presento a mi amigo Hiro – El mitad japones se acercó sonriendo, pero aquella sonrisa que dibujaba la mujer desapareció ¿Qué sucedía? ¿Por qué ambos adultos lo miraban de aquella forma tan extraña? Por alguna razón, un ligero dolor de cabeza comenzaba a formarse al perderse por unos segundos en la mirada de la señora Kabutomushi.

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