Capítulo 23

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Quien diría que realmente tendría que ir a si ciudad natal, gracias a la información recopilada por Fred todas sus sospechas fueron confirmadas, la familia de la Cruz le dio la espalda a Marco al enterarse de sus preferencias, pero le alego al resto del pueblo que se había escapado. Miguel recargo su cabeza contra su escritorio, estaba seguro de que el profesor llamaría su atención, pero por el momento era algo que no le interesaba ya que ahora sabía de donde había heredado Ernesto de la Cruz aquella crueldad.

- Joven Rivera-

Pero sabía que debía de regresar a Santa Cecilia e investigar todo lo que pudiera ya que pese a la ayuda de Fred jamás descubrieron nada sobre Kyle, ¿Sería debido a que era de otro país? Es decir, se parecía bastante a Tadashi y tanto él como Hiro eran de descendencia asiática.

- Joven Rivera –

Ahora que recordaba... Hiro le había dicho que le gustaba y no había podido averiguar si sus palabras eran ciertas, sentía como sus mejillas se calentaban ante el recuerdo, pero por otro lado estaba aquella sensación curiosa y agradable que le provocaba el Hamada mayor.

- ¡Joven Rivera! – Se levanto de la silla asustado ante aquel potente grito, había olvidado que estaba en medio de la clase - ¿Hay algo que quiera compartir como para que este tan distraído? –

- Ah... Yo... – Bajo el cabeza avergonzado.

- Le pediré señor Rivera que preste atención, sabe perfectamente que su fama no vale dentro de mi clase –

- Lo lamento –

- Bien, en ese caso sigamos –

- ¿Estas bien? – Pregunto Leo en susurro una vez que el profesor se alejó.

- Si, solo tengo muchas cosas en mente –

- ¿Te gustaría hablarlo? –

- Si –

- Parece que el joven San Juan desea acompañarlo fuera de mi salón señor Rivera – Ambos mexicanos se encogieron en sus asientos negando con la cabeza ante la risa de sus compañeros.

Al salir de las clases Leo y Miguel caminaron hasta la cafetería de la universidad, en cuanto llegaron ambos se dejaron caer en la mesa.

- ¿Qué les sucedió? - Teodora llegaba con un vaso de café.

- Tenemos tarea extra por culpa de Miguel –

- Yo no te dije que empezaras a hablarme luego, luego de que me regañaron –

- Debo admitir que tienes razón –

- y a todo esto, ¿Qué te tenía tan en la pendeja? –

- Sigo pensando en lo sucedido con Marco, no puedo creer que le dieran la espalda solo porque se había enamorado de alguien de su mismo sexo –

- Ten en cuenta que eran otros tiempos Miguel – Contesto Teodora con tranquilidad mientras bebía su café – Aunque aún en estos días hay mucha gente que lo sigue viendo mal –

- Malditos conservadores... - Susurro por lo bajo Miguel.

- Aguarden aquí, les traeré algo para que tomen ya que tienen una cara de no haber dormido en días –

- ¡Te amamos! – Gritaron al unisonó, la chica solo sonrió moviendo la mano en seña de que le daba lo mismo.

- ¿Qué tal las cosas con Kubo? – Leo sonrió un poco.

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