Narra Mabel
- ¿Mason? - pregunto Eins apuntando a Dipper que solo rodo sus ojos.
- Es el nombre real de mi hijo..le pusimos así porque se parecen, Mabel y Mason...pero por su marca de nacimiento su apodo es Dipper y así es como lo conoce la mayoría de las personas- respondió mama mirando a Eins ya con otros ojos, no como un bicho raro si no como....EL PAPASOTE QUE ES.
- Papa también se llama Mason así que nos acostumbramos a decirle Dipper, porque andar diciendo Mason y que miraran los dos era gracioso y a veces complicado- agregue, interponiéndome entre la mirada desnudadora de mi madre y Eins que estaba sintiendo una energía rara.
- Ángel, el acuerdo en el que quedamos fue que los chicos vendrían a pasar su último año de secundaria aquí y luego irían a la universidad mientras ustedes dos hacían todo el papeleo del divorcio- dijo tío Stan encarando a mi madre que solo arrugo el entrecejo un poco, pero al ver de nuevo a Dipper puso su mejor cara...algo raro esta pasando.
- Vamos a hablarlo en privado, ahora quiero pasar un tiempo con mis hijos y me cuenten ¿cómo han estado? ¿qué tal la vida amorosa? ¿Dónde están sus novios chicos? Digo tu novia y tu novio hija- hablo muy alegre desviando el tema, a la vez que a nosotros se nos salía el aire tratando de guardar la compostura mientras que Paz y Wendy miraban a los tíos para que hicieran algo pero....QUE VAN A HACER ELLOS SI ESTAN IGUAL O PEOR QUE NOSOTROS MALDICION.
- Pu.pu.pues no tengo jejej tu ya sabes mama, solo salidas casuales- respondió Dipper con gran habilidad con una mano en su vientre y una perfecta sonrisa falsa....de algo tenía que servir estar viviendo con 3 demonios sangre pura y otros 3 seres mágicos.
- Y yo pues, ya sabes Ma...el mal de los Pines aun no tengo suerte- dije casi a la velocidad de un rayo cuando mama dirigió su mirada a mí.
- Ay no digas eso hija, dejaste varios corazones rotos allá en california...sobre todo el de John Rybner, el danés más codiciado de toda la escuela, el mismo que fue a buscarte unas varias veces a la casa- contesto como toda la loca celestina que es con nosotros, haciendo que Paz caminara lentamente hacia el marco de la puerta mirándome furiosa.
- Porque no cambiamos de tema, es incómodo...mira te presento a Wendy Corduroy.... y a Pacífica Nortwest- respondió Dipper con nerviosismo aun sujetando su barriga mientras que con su mano libre apuntaba a las chicas que saludaron con su mejor sonrisa en medio de la incomodidad del ambiente en que estábamos metidos, bueno todos menos mi mama, que parecía estar en medio de la mejor conversación de la vida.
- Hijo ¿te duele el estómago? ¿Porque estas tocando tanto tu vientre? - pregunto mama de la nada fijándose en la posición de Dipper preocupada. Cuando eramos niños Dipper siempre fue más débil que yo, se enfermaba muchísimo, así que mama quedó con esa sugestión de protegerlo de todos los virus posibles en la tierra...aunque, este es un virus con pies, cachitos y poderes.
- Oh.....s.s..sí, es que estábamos comiendo un montón de comida chatarra y mezcle mucho al parecer- contesto sobándose el estómago entre risas nerviosas al igual que todos.
- Jjeje si, si eeeh...mm.. Y..YO traje toda esa comida es que...estuvimos trabajando hasta tarde y no pudimos comer mucho en el día...así que se me ocurrió traer eso para cenar todos juntos- respondió Paz rápidamente a las señas que le estaba haciendo el Tío Stan, ya que si mama se enteraba que Dipper la había comprado nos mata con la charla de 5 horas sobre la mala alimentación, que nos ha hecho desde niños.
- Por dios hijo, debes estar lleno de gases o hasta ya te enfermaste por comer tanto, mira me traje mi set de hierbas medicinales, así que te hare un té de canela con boldo y una hojita de menta para que no sepa tan mal- hablo algo molesta a la vez que revisaba su bolso. – Diablos no están aquí en mi cartera... deben estar en el bolso más grande- agregó parándose a rebuscar en el boso que había dejado tirado en medio de su pánico.
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Efectos Secundarios (Billdip)
FanfictionDipper y Mabel han vuelto a Gravity Falls después de seis años, todo en la ciudad se mantenía igual excepto por un detalle, un importante y peligroso detalle.