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Daniel escuchó la puerta del baño abrirse y trató de esconderse, fue en vano. En cuanto quiso esconderse por completo ya tenía a Valentín en la puerta mirándolo con desaprobación.
-¿Por qué agarraste mi teléfono? -preguntó enojado-.
-Y-Yo no...
-Sí lo agarraste. Dámelo -Daniel negó-. ¿Qué es lo que te pasa que estas tan estúpido?
-Calmate..
-Ah claro, agarras mi teléfono sin mi permiso, lo desbloqueas sin mi permiso y, ¿Ahora me tengo que calmar? -preguntó para después arrebatarle el celular de las manos-. ¿Qué te pasa?
-Es que hay un chico que me habla por Instagram pero no quiere decirme quién es, por muchos motivos pensé que eras vos.
-Podrías haberme preguntado.
-Si no me lo decías por chat menos en persona.
-Y bueno, si esa persona no quiere mostrarse por algo será, ¿No? Ahora te pido por favor que no violes mi privacidad nunca más. Hablá con el pibe ese y preguntale, hace lo que quieras, pero mis cosas no las toques -Daniel asintió y esperó a que Valentín se fuera-.
Pero no se movió. Lo miraba desde la puerta del cubículo fijo, casi que ni pestañeaba.
-Perdón -se disculpó Dani y el ojiazul asintió-. ¿Qué pasa? -preguntó al ver que no se movía del lugar-.
