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Habían decidido ir por un helado.
Mala idea, pensaba Valentín.
Daniel solo estaba con el celular, mostrándole de vez en cuando los memes que le mandaba su gran amigo. Valentín pensaba en levantarse de su silla e irse, la estaba pasando mal.
Sintió que su suerte no podía ser peor al ver a Mateo acercarse.
-Hola chicos -saludó animádamente, confundiendo a Oliva-. Daniel, estas con tu novio, ¿A vos te parece ignorarlo de esa forma?
-No lo estoy ignorando -respondió para seguir hablando con Lucho-.
Mateo lo miró extrañado pero no se atrevió a preguntar.
-Está bien -dijo dudoso-. Después me gustaría hablar con ustedes, disculparme más que nada -Valen asintió con una sonrisa y Daniel lo ignoró-.
Cuando Mateo se fue, Valentín dejó de sentirse cómodo en ese lugar. Sentía como todos lo miraban.
Seguro pensando en qué hace un chico tan lindo como Daniel conmigo, pensó.
Rascó su brazo nervioso, lastimándose heridas que estaban por curar.
-Mierda -susurró-.
Miró a su novio por unos minutos, y al ver que el otro no le daba bola, se levantó.
-¿Te vas? -preguntó-.
-Ehh, si -rascó su nuca-.
-Ah, que te vaya bien.
Valentín rodó los ojos y caminó hacia la casa de su tía, no se sentía muy bienvenido en lo de Daniel estos últimos días.
-Valen -saludó su tía al abrir la puerta-. ¿Cómo estas? -preguntó haciéndolo pasar-.
-¿Cómo estoy? -se preguntó a sí mismo, sentándose en el sillón-.
-¿Qué pasa? -se sentó a su lado-.
-Dani -dijo con un puchero-. Conoció a un chico, se hicieron amigos y no me da bola. Real que no hablamos casi.
-Ay amor -lo abrazó-. Hablalo bien con él, no pueden estar así, no podes estar así -Valen asintió-. A lo mejor el no se da cuenta, por eso no dice ni hace nada. Hablalo con él, ¿Si?
