Sálvame

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  - ¡Maldita sea, necesito asistencia! - Grito Carlos a través de la radio, pidiendo refuerzos a Jane y Leónidas, necesitaba de alguien que salvara su culo ahora, le quedaba un poco de munición para aguantar un rato más.-Mierda...por que acepte esto... - Dijo para si mismo, mientras pegaba su espalda al muro de concreto que usaba como cobertura las balas le pasaban volando si no recibía apoyo de los francotiradores su vida acabaría dentro de poco, recargo con nerviosismo los subfusiles, tomo aire y se movió a la derecha, para descargar el cargador en los necrofagos, algunos caían inmediatamente y otros, más rápidos tomaron cobertura, a este paso un resplandeciente o un segador le acribillarian.
 
  - Copiado, asistencia en camino resiste Carlos. - Sonó a través de la radio la voz femenina de Jane, ambos cargaron sus rifles y apuntaron a donde estaba el revuelo, algunos necrofagos se habían acercado para dispararle a quemarropa pero Jane dio el primer disparo, la bala entró en la cabeza del enemigo y al poco rato cayó al suelo, y mientras el tiempo pasaba, los enemigos caían gracias a Jane y Leónidas, Carlos ahora estaba más aliviado ahora podía disparar contra los necrofagos  tenían que acabar con el mayor número de necrofagos en lo que llegaba Maximilian, Jane disparaba hasta quedarse sin balas y al poco rato noto algo que le heló la sangre... Leónidas había fallado la mayoría de sus tiros, a excepción de algunos cuantos.

Maximilian podía ver a lo lejos el fuerte del necrofagos, estaba a punto de acabar la pelea, después de tanto, seguiría victorioso, el sonar de las balas era señal de que debían darse prisa, así que apresuró a sus hombres, no podían perder tiempo. - ¡Rápido Alicia y los demás ya están dentro!. - Debí admitir que se sentía vivo de comandar de nuevo un ejército saboreaba ya la victoria la podía sentir. Pasaron algunos segundos las primeras tropas avanzaron hasta llegar al fuerte había bastantes cadáveres, pero aún quedan valientes guerreros que defendían lo suyo, la batalla entre los mercenarios y los necrofagos había vuelto a empezar.

  - Vaya, parece que tu puntería a estado algo... Mal ¿te sientes bien Leo?...-Pregunto Jane,mientras que de simulada ente desenfundaba un cuchillo que tenía en el ante brazo, había notado que Leónidas estaba raro, pero ahora lo vio todo con claridad.-No lo se... Siempre eh sido bueno, nunca eh fallado un tiro... Así que... Supongo que debe de ser el efecto secundario de. - Leónidas se dio la vuelta con rapidez, bloqueando la puñalada con su rifle, y para luego contraatacar, golpeando  la pecho de su antigua aliada con la culata del arma-Hijo de perra, sabía que estabas con ellos... Eres un bastado asqueroso- Grito Jane, en el suelo, adolorida por el golpe que acababa de recibir, tomó de nueva cuenta el arma Blanca, para soltar alguno cortes verticales en dirección a Leónidas, fallando, para su suerte el se resbaló, por lo que pudo saltar para intentar apuñalarlo.- Está gente te dio asilo, comida y medicinas, ¿¡por qué haces esto!?.

  Carlos se había adentrado aún más en el fuerte, acabando con algunos necrofagos de paso, buscaba a Alicia, pues ahora que la caballería había llegado podía ofrecerle apoyo a la Ranger, pero por más que buscaba no encontró nada. - Mierda... Debería regresar para informar a Maximilian, de mientras veré si Jane y Leo están bien. - Suspiro para luego dar media vuelta y salir de nuevo, en busca de Maximilian para informar, mientras intentaba contactar con Jane y Leónidas para tener una idea sobre lo que estaba pasando. - Leo, Jane aquí Carlos ¿que tal va todo?, ¿están bien? Cambio. - No hubo respuesta en la radio, tal vez ellos seguían ofreciendo cobertura a Maximilian, no había sido el mejor plan después de todo.

  - Dinero, perra. - Leónidas aprovecho que tenía a Jane demasiado cerca así que le metió un cabezaso a la chica, misma que retrocedio luego del impacto, atontada ante tremendo golpe, había dejado caer el cuchillo Leónidas lo tomó y lo clavo en el abdomen de la mujer haciendo un corte completo hasta el otro extremo los intestinos de Jane cayeron, y ella solo se arrodilló. Sentía como la vida se le escapaba intentaba aferrarte a ella, sosteniendo inútilmente partes del intestino grueso y delgado miraba al suelo temerosa. - (¿Así que este es mi fin?) - La sangre continuaba cayendo de su cuerpo Leónidas se acercó de nueva cuenta a ella, esta vez con un pala que había llevado, por si acaso y miro a Jane. - Lo siento Jane, pero sabes que me encanta el dinero. - Y acto seguido levantó el rostro de Jane, para dejar caer el arma en ella, el mango entró a la perfección y tras algo de fuerza el arma entró casi por completo el cuerpo de Jane se incho un poco y por el peso de la pala, cayó de bruces, al fin se había quitado de encima a esa peste. Ahora sólo debía eliminar a Carlos y acabar con la mayor parte del ejército de Maximilian y claro, con el Centurión.

¡Por la República no pises al!... ¿César? (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora