19. Sinceridad

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La familia estaba cenando con normalidad, o eso al menos es lo que Aidan y su hermana intentaban demostrar. Emma sacaba diferentes temas de conversación ya que notaba que sus hijos estaban algo distraídos y pensaba que sucedía algo, pero no quería entrometerse demasiado en su vida ni que crean que era metiche.

-¿Cómo les fue hoy? -preguntó la fémina esperando que los jóvenes dijeran algo.

Aidan miró a su hermana, la cual se limitó a guiñar un ojo en señal de apoyo para lo que sea que vaya a hacer. Emma estaba algo expectante y confundida, pero algo dentro suyo le decía que había algo de que hablar. El ojiverde respiró profundamente y, luego de dirigir sus orbes a los de su madre, decidió hacerlo.

-Madre, hay algo que debo decirte... -Emma dejó los cubiertos en la mesa y sonrió, asintiendo con su cabeza.

Aisha carraspeó y repitió la acción, mirando algo nerviosa a su hermano. Éste, por su parte, intentaba que lo que iba a decir no sonara desquiciado, aunque, en vano.

-¿Recuerdas que iba a decirte algo más tarde? -La mujer asintió- Pues, creo que llegó el momento de hacerlo.

-De acuerdo, soy toda oídos...

-A ver, ¿por dónde empiezo? Emm... Me g... No, así no. Conozc... No, creo que así tampoco.

-¡Hijo! Sólo dilo, de seguro te sentirás mejor cuando digas de una vez todo lo que te preocupa.

-Bueno, l-lo intentaré... Me gusta alguien... -musitó el joven mientras miraba a su hermana para comprobar que empezó bien.

-¿Ese es el misterio? ¿Te gusta alguien y ya?

-No... Hay dos cosas importantes que debes saber sobre esta persona.

-¡Aidan! Sabes de sobra que soy ansiosa...

-No me presiones. Me costó asimilarlo y decirlo no es nada fácil...

-¿Quieres ayuda, hermanito?

-No, gracias...

-Entonces, ¿tú lo sabías? -preguntó Emma furibunda a su hija.

-Sí, pero escucha, por favor...

-Bueno, ¡me gusta un chico! ¡Ya! ¡Lo dije!

-...

-Por favor, decí algo. Nunca es bueno que te quedes en silencio...

-No, me toma por sorpresa, es todo. Pero no veo problema en ello, hijo. Más allá de lo que te guste, te voy a querer siempre, a los dos.

-Sí, bueno... Esa es una de las cosas. Por cierto, gracias, me alegra que lo tomes así.

-Dime...

-Emm... Bueno, hay una p-probabilidad de que el chico esté...

-¿Probabilidad? -inquirió Aisha con una sonrisa obvia.

-¡Bueno! No es probable, estoy seguro de que el chico es... Bueno, ya sabes...

-No, Aidan, no sé...

-Maldita sea... El chico que me gusta está muerto y es un fantasma.

Un silencio recorrió la mesa entera para luego ser interrumpido por sonoras carcajadas por parte de Emma. Incluso lágrimas rodaban por su mejilla.

Alma en Pena [GAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora