La confusión que en ese momento había dentro de la cabeza del rubio era inigualable, así también como la intriga que corroía cada hueco de su mente. Expectante, esperó impaciente que el contrario dijese algo, que explicara lo sucedido. Los minutos pasaban y suspiros e intentos de decir algo por parte de Jacob era lo único que salía de su boca.
-Aidan, yo...
-Jacob, ¿qué te sucedió? ¡Dímelo, por favor!
-¿En verdad no recuerdas nada...? -preguntó el ojimarrón mientras observaba al joven frente a sí con tristeza.
-¿Qué es lo que debería recordar? ¡No entiendo nada de lo que dices...!
-Seré sincero contigo, Aidan. Mi objetivo como alma en pena era que supieras la verdad y que de esa forma puedas darte cuenta de lo que ha sucedido, pero darme la oportunidad de conocerte fue el error más satisfactorio que jamás pude haber cometido. Saber más acerca de ti, entender tu forma de pensar y conocer tus pensamientos y sentimientos más profundos hicieron que me vuelva un cobarde. Sabía que si te decía la verdad, desaparecería, y con eso, la chance de estar contigo charlando, pasando momentos agradables, observándote a cada instante para deleitarme con tu hermosa sonrisa, con tus ojos tan llamativos, con tus ideas tan locas...
-Jacob, ¿qué...?
-¡Deja que termine...! Entiendo que mi decisión, aunque haya pensado que no te iba a afectar, lo está haciendo, y eso no puedo permitírmelo. Es por ello que decido contarte la verdad. Sonará cruda y un tanto brusca pero, aún así, de eso se trata la verdad, ¿no?
El pelirrojo, antes de decir algo, acarició el rostro del contrario. Tan solo deseaba y necesitaba sentir su piel, sentir por una última vez a aquel que hizo que su corazón frío y apagado volviera a ser una cálida y acogedora fogata. Una vez finalizó la acción, y mientras una lágrima caía por su mejilla derecha, habló.
-Creí que en algún momento lo recordarías, pero jamás imaginé que tendría que ser yo el que te diga semejante cosa...
-¡Solo dilo! -ordenó Aidan completamente asustado y afligido.
-Aidan, la causa de mi muerte fuiste tú...
El ojiverde sabía que no podría tratarse de una broma. Conocía a Jacob y, a pesar de que tenía en cuenta que éste solía hacer bromas un tanto fuera de lugar, algo dentro suyo le decía que lo que el contrario dijo era la pura verdad. A pesar de ello, sus recuerdos no ayudaban, parecía como si una mínima parte de sus recientes acciones habían sido borradas por completo.
-¿T-Te encuentras bien? -preguntó Jacob bastante preocupado.
-S-Sí... Es solo que... La noticia me tomó por sorpresa. ¿C-Cómo dices que ocurrió?
-No puedo ayudarte con eso, Aidan. Lo lamento... Tan solo recuerdo que regresaba con mi bicicleta aquí a la casona, donde en ese momento vivía. Doblé en una esquina algo distraído y un auto a toda velocidad me atropelló. ¡Mi vida entera pasó delante de mis ojos mientras caía al suelo! Luego, todo se volvió negro y, de un momento a otro, abrí mis ojos y me encontraba en este bosque, con la misma ropa que llevaba puesta esa noche... De todos modos, mi sorpresa fue mayor cuando noté que un vehículo se acercó a la casa y una señora con dos jóvenes se adentraron en esta. Por alguna extraña razón tu voz me sonaba familiar. Para ser honesto, había algo en ti que me recordaba a esa noche, pero no podía deducir lo que era... Analicé en profundidad los recuerdos frescos que poseía de aquella noche y fue luego de varios minutos que pude darme cuenta de que hubo una fracción de segundo mientras volaba por los aires en donde vi tu rostro. Allí fue cuando supe lo que había sucedido: estaba muerto.
Aidan oía atentamente lo que Jacob decía mientras las lágrimas brotaban sin parar debido a la culpa y al profundo dolor que todo ello le causaba.
-Jacob, y-yo... L-Lo siento. -exclamó el ojiverde mientras rompía en llanto y tapaba su rostro con sus manos.
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Alma en Pena [GAY]
Teen FictionLa repentina muerte del padre de Aidan obliga a la familia Brooks a mudarse a un pequeño y aburrido pueblo a unos minutos de la gran ciudad. Allí el joven deberá iniciar una nueva vida, así también como lidiar con los nuevos y fuertes sentimientos h...