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Chan se encontró con la mirada de aquella chica que supuestamente será su pareja por el resto de su vida y a pesar de que es muy bella no puede dejar de pensar en cierto chico que es una persona muy especial para él, pero que es imposible estar a su lado porque el destino ya ha decidido las parejas de cada uno.

Mi padre me dejó muy en claro lo que tanto temía, así que, no hay vuelta atrás y debo continuar con los planes de la boda con esa chica a pesar de que deseo detener el tiempo para poder pensar con claridad y así poder tomar una decisión correcta que no me haga sentir peor de lo que ya me siento.

Los invitados aplaudieron con euforia tras ver como descendíamos de la segunda planta tomados de la mano. La chica sonrió con timidez tras encontrarse con mi mirada al terminar de bajar las escaleras.

—¡Felicidades, Chan! — gritó uno de mis tíos.

—¡Felicidades, hijo!

Las felicitaciones no dejaron de escucharse durante unos minutos y cada vez que me encontraba con la mirada de mi prometida algo me decía que debía alejarme de ella porque este no es mi lugar y nunca lo será.

—Amor, ¿estás bien?

Negué con la cabeza puesto que ni siquiera puedo hablar en estos momentos; cerré los ojos y me dejé caer sobre el suelo a causa del fuerte dolor que inundó por completo mi cuerpo a una rápida velocidad.

—¿Chan? ¿Hijo? — mi padre se acercó rápidamente y me cargó para llevarme a mi habitación puesto que no puedo siquiera levantarme por mi mismo.

Fui recostado sobre mi cama y me hice bolita ya que el dolor iba en aumento y pareciera como si estuviera sintiendo el mismo sufrimiento, dolor y odio de otra persona; como si me estuviera siendo trasmitido en vivo lo que otra persona estaba viviendo en estos momentos y me sentí fuera de lugar ya que nunca antes me había sentido de una manera así.

"¿Qué demonios está sucediendo?", me pregunté en silencio.

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Me siento terriblemente aburrido. Los minutos pasan lentamente y lo único que deseo es volver a casa porque mi cama me está llamando por medio de la telepatía; el clima es perfecto para dormir ya que la densa lluvia y el viento fresco son los mejores compañeros para tener una siesta de doce horas seguidas.

—¿Qué pensaste sobre lo que te dije ayer? — Joshua me preguntó en un susurro tras acercarse lo suficiente a mí.

—No he pensado nada al respecto— susurré de regreso.

—¿Qué? ¡No puedes perder más tiempo! — se quejó —Es ahora o nunca.

—Joshua, hablemos después...

—¿Hay algo que quieran compartir a la clase? — evité rodar los ojos tras escuchar a la profesora.

—Nop— respondió Joshua.

—Guarden silencio y presten atención.

El resto de la clase nos ignoramos por completo para evitar ser enviados a detención, sin embargo, debo de pensar muy bien en el siguiente paso que daré para hacer caer a Chan en mis nulos encantos.

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—¿Ya? — preguntó Jeongin con impaciencia.

—No.

—¿Ya mero?

—¡Que no!

—¿Por qué tarda tanto? — Jeongin bufó.

𝗬𝘂𝗮𝗻𝗳𝗲𝗻 🦋 𝗰𝗵𝗮𝗻𝗵𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora