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Chan tuvo que volver a Australia puesto que un se había presentado un gran inconveniente que había dejado a todos asustados; el hecho de que su prometida haya dado a luz un bello bebé de cabello oscuro y ojos verdes dejó desconcentrada a toda la familia Bang. Al parecer, la pelinegra había tenido encuentros casuales con un extranjero y no lo había contado a nadie. Ella pensó que el secreto nunca saldría a la luz y podría adjuntarle el bebé a Chan sin que se percatara sobre ello, pero lo que no tenía en mente es que el rubio había quedado tan enamorado de Minho y que nunca sería capaz de tocarla.

El plan que había creado la chica se había ido a la basura junto con el deseo de tener tanto dinero en sus manos; la familia Bang le había exigido que abandonara su hogar puesto que no deseaban tener a una persona como ella en su legado. Nunca permitirían una falta de respecto como esa.

—Me siento un pésimo padre... Chan, perdóname por no creer en tus presentimientos.

—Padre, al menos logré evitar ese caos— suspiré. —¿Qué debería hacer ahora?

—Tomar la decisión que consideres más correcta. Te aseguro que nunca más intervendremos en tu vida, Chan. Eres libre de hacer y decir lo que quieras pero, siempre ten en cuenta tus sentimientos y los sentimientos de la otra persona.

—Yo... estoy sumamente enamorado de Minho.

—Entonces, ¿qué esperas?

—Él no... — hice una pausa. No me siento capaz de decirlo en voz alta porque se siente demasiado extraño. —No tiene marca.

—¿Tampoco tiene marca? — habló mi madre tras aparecer inesperadamente en el despacho. —No me miren así, estaba pasando por aquí y sin querer escuché su conversación.

—Claro, querida— habló mi padre —¿Cómo es que él tampoco tiene marca?

—No lo sé, padre— admití. —Me pareció muy extraño encontrar otra persona que no tuviera marca.

Efectivamente, Chan no tenía marca del amor y no sabía exactamente el motivo; tanto él como sus padres buscaron la respuesta con costosos doctores y con un sin fin de personas más expertas en el tema, sin embargo, nunca encontraron la respuesta a su problema. Es por ello que Changbin le había pedido a Chan que fuera cuidadoso con Minho puesto que ese chiquillo tampoco portaba la marca del amor y sería muy difícil percatarse si son pareja predestinada o no.

Mi madre sonrió abiertamente y me preguntó—: Hijo, ¿qué sientes cuando estás con él?

—Felicidad— respondí sin pensarlo. —Me encanta pasar tiempo con él porque es como si realmente fuera mi otra mitad.

—¿Y por qué no estás seguro de que es tu otra mitad? — preguntó mi padre.

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Después de doce largos meses que parecieron una eternidad para mí, había sido dado de alta por el psicólogo; tras haber sido encontrado desangrándome en mi habitación por Chan fui enviado directamente al hospital y tras asegurarse de que todo estaba bajo control me dejaron libre.

Tenía miedo de decir la verdad, pero me armé de valor puesto que ya no quería seguir preso de mis temores, así que, le conté todo a los policías y a mi familia; acepté ser enviado con un psicólogo puesto que en ese lugar me ayudarían a superar mis miedos para convertirlos en fortalezas. 

No puedo negar el hecho de que me sentí mucho mejor cuando dije toda la verdad y acepté gustosamente el tratamiento ya que eso me ayudó demasiado a ver con claridad todo lo que me rodeaba; entendí que yo no era el culpable de lo que había sucedido y yo no fui quien indujo al bastardo a abusar constantemente de mí, también entendí que mis amigos y familia realmente se preocupan por mí y me aman. 

𝗬𝘂𝗮𝗻𝗳𝗲𝗻 🦋 𝗰𝗵𝗮𝗻𝗵𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora