Mi móvil comenzó a sonar de forma molesta y persistente, pero yo aún no abría los ojos, estaba demasiado cansada y seguía notando mi cuerpo un tanto machacado por lo que simplemente me limité a revolverme en la cama con gemidos de molestia mientras cerraba fuertemente mis ojos.
No estaba realmente en mis cinco sentidos, demasiado adormecida, pero podía decir que no estaba en mi casa, había dormido demasiado bien, quizás era por eso que no quería levantarme, pero el móvil estaba demasiado lejos para apagarlo sin levantarme y si me levantaba seria engullida por la responsabilidad y no me volvería a acostar.
Se oyó un leve gruñido. - Apaga esa cosa joder. - Esa voz... no era la voz de Glimmer... pero solo me quedo a dormir en su casa, aunque únicamente los fines de semana, algo en mí se encendió y miles de recuerdos procedentes del día anterior se juntaron en mi cabeza. Abrí mis ojos de golpe y me alcé sobre mis brazos sin llegar a levantarme del todo, miré a mi alrededor solo para asegurarme de algo que ya sabía, me había quedado a dormir en casa de Catra, algo en mi cabeza volvió a estallar, ¡No estamos en fin de semana!
- ¡¿Qué hora es?!- La respuesta a mi pregunta no tardó en llegar, pero no de la forma en la que esperaba, un objeto sólido, aunque no contundente, más bien mullido, se estampó en mi cara, Catra me había tirado un cojín.
-Calla y apaga esa cosa. - Hablo una Catra de mal humor con la cabeza metida debajo de la almohada cual avestruz. Me levanté de un salto ignorando su leve agresión.
-Llegaremos tarde, vamos levanta. - Nuevamente gruñó. Milog de repente salió de debajo de la cama y se puso sobre ella para comenzar a masajearla mientras maullaba. Cat finalmente sacó su cabeza de debajo de la almohada y dio un gran suspiro.
- ¿Tú también? Me siento traicionada. - De repente giró su cabeza para mirarme fijamente. - ¿Con que lo has sobornado?
No pude evitar que una sonrisa dulce se formara en mi rostro, ahora mismo no podía decir si Catra tenía un mal o un buen despertar. - Con salmón, obviamente. - Agarré su brazo y tiré de ella hasta que se levantó, acto seguido Milog se dirigió hacia mí para refregarse en mis piernas mientras Catra le miraba con los ojos entrecerrados. - Gato traidor.
No pude evitar sonreír ante el "mal humor" de la castaña. - Solo está siendo un buen amigo. Voy a cambiarme, haz tu lo mismo anda.
La mañana fue tranquila, me puse el uniforme dentro del baño y al salir me encontré con Catra ya cambiada y preparando el desayuno. - ¿Te valen unas tostadas? - Preguntó mientras comenzaba a tostar el pan. Yo simplemente asentí.
La mañana era bastante tranquila, nunca había disfrutado mucho los desayunos entre semana, la mayoría de las veces eran solitarios y cuando no lo eran entonces eran incomodos y silenciosos, y aunque esta vez también era silencioso era increíblemente cómodo. - ¿De tomate?
-Sí, de tomate suena bien. - Debido a la falta de sillas, ya que solo tenía una, ambas decidimos desayunar de pie apoyadas en la encimera de la cocina, no había cosas de las que hablar, pero tampoco había la necesidad. Solo calma, calma que sabía pronto vería su final, pues si o si me encontraría con Glimmer en clase, una punzada de incomodidad atravesó mi pecho ante este pensamiento, realmente tenía que encararla, no podía dejarlo así, además por mi parte yo también actué mal pero... era difícil, definitivamente era difícil.-No quiero ir.- Catra detuvo su desayuno a medio camino para volver a dejarlo en el plato, se acercó a mi atrapando mi cara entre sus manos acercando su rostro peligrosamente al mío remarcando una expresión de preocupación, un gesto bastante extraño siendo ella.- ¿Tienes daño cerebral?
- ¿Eh? No.- Esa frase fue bastante confusa, solo di la opción de que haría pellas, algo normal en un estudiante de instituto.
- ¿Entonces porque quiere la chica estrella faltar a clase? Pensaba que cosas así te pondrían nerviosa. - Catra me siguió escudriñando con la mirada.
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Típica chica mala. (Catradora AU)
RomanceAl final todos pasamos por una etapa en nuestra vida en la que nos atraen los chicos o chicas malas, los típicos macarras. El día a día en el instituto de Adora se verá severamente cambiado debido a la presencia de una nueva alumna que, a pesar de s...