Vale... no sé qué debo hacer, esta situación me sobrepasa en muchos sentidos ¿La despierto? Pero capaz que se enfada ¿Es eso un ronroneo? ¡¿Un humano puede ronronear?! Vale... vale... solo cierra los ojos y recuerda respirar... respira... respira, ignora el ronroneo... NO PUEDO, ES DEMASIADO ADORABLE ¡¿POR QUÉ ESTÁ ACURRUCADA EN MI PECHO?! Okey... vamos a relajarnos solo tengo que apartarme lentamente, levantarme y despertarla como si no pasara nada. Ese era el plan, pero fue moverme un poco y notar un leve tirón, bajé la mirada solo para encontrarme la mano de Catra sujetando mi camisa. Cerré los ojos con fuerza y mordí mis nudillos para suprimir un pequeño grito ante lo adorable de la situación. Como siga así voy a morir de diabetes antes de poder pisar el suelo ¿Cómo puede una chica mayor que yo y repleta de tatuajes de aspecto amenazante ser tan malditamente adorable? Respiré hondo e intenté apartar suavemente los dedos de la morena de mi camisa, causando un leve quejido de su parte que hizo que quisiera abrazarle irremediablemente, para mi buena o mala suerte me contuve. Me levante con tranquilidad y una vez mis pies pisaron tierra firme suspiré de alivio y decepción, de alivio porque cumplí mi objetivo y de decepción porque... bueno, he de admitir que me gustaba tener a Cat acurrucada en mi pecho, dios... tan solo por ese pensamiento estoy completamente segura de que mi cara es un tomate, realmente me gustaba Catra y lo más gracioso es que hasta que no me di cuenta no pensé que ningún pensamiento que tuve de la morena se debía a eso, de verdad cuan corta puedo ser.
Estuve unos momentos observándola en silencio, no quería despertarla, parecía tan tranquila y algo me dice que hoy no iba a ser fácil para Catra. Dentro de mi cabeza comenzaron a brotar todos y cada uno de los recuerdos que componían el día de ayer y la madrugada, volví a sentir esa impotencia al no entender a la morena, la frustración ante el velo que tanto Catra como sus amigas me ponían frente a los ojos ¿Cuándo puedo acercarme? ¿Cuándo no? ¿Realmente tengo el derecho de imponerme para averiguarlo por mi sola? Cerré los ojos, aun sentada al borde de la cama, intentando encontrar respuestas, pero lo único que conseguí fue centrar toda mi atención que el sonido de la respiración regular de la mayor, se oía tan relajada y con tan solo ese sonido yo en cierta forma me calmaba. Me calmaba solo por escuchar su respiración, no pude evitar esbozar una sonrisa mientras maldecía mentalmente al romance adolescente.
¿Y si le preparo un vaso de leche? Quizás así se levante de mejor humor, volví a mirarla, solo para sentirme aún más culpable por planear despertarla, miré la hora y suspiré, ya íbamos a faltar a la primera hora, teníamos que llegar si o si en el descanso. Terminé por ir a la cocina y hacerle un vaso de leche y fue mientras esta se calentaba que un pequeño maullido y un suave cosquilleo en mis tobillos abarcó toda mi atención. - Buenos días a ti también Milog. - Dije con una leve carcajada. El pequeño felino volvió a maullar mientras se dirigía hacia su plato de comida. - ¿Así que tienes hambre? - Agarre el pienso para gatos y comencé a echarlo en su plato mientras cierto animal comenzaba a engullir como si no hubiera comido en meses, lo que me provocó una pequeña risa.
Mientras observaba al peludo glotón pude oír como alguien se revolvía en el colchón, cuando miré me encontré con una castaña observándome con mirada perdida desde la cama. - Buenos días. - Antes mi saludo Catra simplemente esbozo sonrisa sin motivo aparente, aun parecía estar medio dormida, quizás no procesaba del todo lo que ocurría a su alrededor.
Vi como se levantaba y se acercaba a mí en total silencio y arrastrando los pies, solo para que, al posicionarse frente a mí, se dispusiera a apoyar su frente en mi hombro. No voy a mentir, en ese momento me quede paralizada, algo en mi cabeza decidió explotar y mi cuerpo decidió dejar de funcionar. - Ammm ¿Cat? - La morena alzó un poco la cabeza, siendo ahora su barbilla la que se apoyaba en mi hombro.
-Hey Adora. - Y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Catra me susurro esas palabras al oído con una voz más ronca y grabe de lo usual, seguramente debido a que recién se había levantado, pero eso no evito que esas dos palabras hicieran estragos en mis sistemas. La sujete de los hombros y la aparte levemente mientras intentaba controlar los latidos de mi propio corazón.
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Típica chica mala. (Catradora AU)
RomanceAl final todos pasamos por una etapa en nuestra vida en la que nos atraen los chicos o chicas malas, los típicos macarras. El día a día en el instituto de Adora se verá severamente cambiado debido a la presencia de una nueva alumna que, a pesar de s...