Capítulo 10

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Pasadas la una de la madrugada, llegaban a la mansión la condesa con sus hijos, el cochero ya está mejor de sus heridas gracias a la atención médica  recibida en el campamento francés.
Evitando hacer ruido, la condesa da órdenes de dormir en una de las habitaciones de la primera planta.
Cansada por el viaje, Viveka camina descalza por no despertar a su esposo hasta llegar a su habitación.
En el momento que iba a quitarse el vestido, escucha un ruido extraño.
Extrañada, agarra un candelabro en su mano izquierda comenzando a caminar hasta la alcoba de su esposo donde al abrir la puerta con mucho cuidado ve una escena que jamás hubiera imaginado que pasaría y mucho menos en su casa.

Descompuesta en hilos de odio, fuera de sí, comienza a tirar de la sábana arañando a su prima gritando a su esposo.
Sus manos temblaban tanto que apenas podía sujetar el candelabro, el cual cae al suelo a punto de provocar un incendio.
Deprisa, la condesa sale de la alcoba seguida por el conde subiéndose su calzón.

— Viveka espera un momento. — Ella no podía creer que le hubiera sido infiel con su prima.

— Eres un desgraciado. De todas las doncellas que hay, tienes que elegir como amante a mi prima. ¿Cómo has podido hacerme algo así y a tus hijos?

— ¡Cállate de una vez!, pareces una loca gritando. Todo hombre necesitamos una amante, y Sophy la he convertido en mi amante.

— ¿En mi casa? ¿En el mismo techo que viven tus hijos, tú te revuelcas con tu amante? Eres un maldito desgraciado. — Levantando su mano, el conde golpea a su esposa.
Ella mostrándose más segura y con más fuerzas alza su barbilla desafiando a su esposo comenzando a discutir nuevamente.

Al cruzarse con su prima, la cual estaba en la escalera pendiente de todo y riéndose por haber conseguido su propósito, Viveka la golpea insultándola incluso se atreve a echarla de su mansión.
El conde se opone en rotundo de que Sophy se marche de su mansión.
Debía de cumplir con su palabra de darle cobijo y caprichos a cambio de ser su querida.

Viveka, ve como su esposo defiende a su amante le propone decidir entre ella o su amante.
El conde creyendo que será uno de los berrinches de su esposa elige a su amante echándole por cara que fue ella quien la metió a vivir en la mansión.
Furiosa, y decida a no dejarse avasallar ni por su prima y mucho menos por su esposo toma la decisión de marcharse junto a sus hijos de la mansión.

Al no saber dónde ir en esos momentos, la condesa ordena al cochero de ir hasta la casa de su cuñada.
Los niños preguntan a su madre que ocurre y más viéndola llorar.
Ocultando sus lágrimas, Viveka cuenta otra versión a sus hijos ocultando la clase de padre que tienen.

Nada más llegar a la casa de su cuñada, Viveka avergonzada le pide ayuda.
Amélie sospechando de lo que ha podido ocurrir, invita a pasar a su hogar a su cuñada y sus sobrinos.
Aquella noche Viveka se queda en casa de su cuñada huyendo del mal trago que le hecho pasar su esposo por culpa de su prima.

Durante el desayuno, Viveka le cuenta a su cuñada lo sucedido con el conde.
Edel la mira con añoranza abrazándola.

— No llore por favor, mi padre no merece una lágrima de usted.
Debe de ser fuerte, el dolor nos hace débiles y en estos momentos debe ser más fuerte que nunca. — Edel le había repetido las mismas palabras que escuchó al principio de haber llegado al colegio.

— Edel, hijo mío. No puedo evitar llorar por haber sido tan estúpida y no haberme percatado de las cosas.

— No me gusta verla así. — Edel limpia con cuidado las lágrimas a la condesa la que le tenía mucho cariño y había empezado a llamarla madre.

— Viveka, ya te avisé. Mujeres como tú prima abundan mucho y ya puedes hacerte una idea de que un hombre no va negarse a un manjar.

— Soy consciente de ello, y me arrepiento de haber sido tan tonta como para no darme cuenta de las intenciones de ellos dos. Amélie, ¿Qué hago? Estoy muy afectada y no sé exactamente qué hacer en estos momentos.

El Noble Sentimiento#PGP2021Where stories live. Discover now