Capítulo 30

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Al desaparecer Kristen de su vista, Edel nota inmediatamente que algo no va del todo bien con ella. Sale en su busca para poder esclarecer todo de una vez por todas, pero con quien se encuentra es con Hilda. La anciana se queda paralizada al verlo ante ella llevando puesto tan solo los pantalones. Tapando su boca con su mano, la anciana le reclama por qué se encuentra saliendo de la habitación de Kristen.

Sintiéndose un poco avergonzado por la escena en la que se encuentra, decide disculparse con Hilda y salir corriendo hacia su alcoba donde podría vestirse.

Mientras tanto, Kristen pasea por el jardín abrazada así misma pensando en lo sucedido con Edel. Lo amaba con tanta intensidad que no podía controlar el dolor que sentía por dentro. Tomó asiento debajo de un árbol pensando en su infancia y lo infeliz que se sintió al no conocer el amor de una madre. Vivió en el orfanato con los demás niños tratada como una huérfana más, cuando en realidad era una niña que inocentemente se creía todo lo que su madre le decía sin pasar tiempo con ella, debido a que ella dedicó parte de su juventud en poder encontrar un hombre rico vendiendo su cuerpo. Y ahora, ella había hecho lo mismo. Se había entregado a Edel, le había dado su dignidad y también se había convertido en su amante. Si no, ¿Por qué la ha buscado en mitad de la noche teniendo una prometida con la cual va a casarse?

De la misma impotencia que sentía, se limpia su rostro repitiéndose a sí misma que no va a caer en el mismo error que su madre. Ella no es como su madre, y por ello fue en busca de Leyna para hablar con ella y así poder contarle lo sucedido y poder marcharse lejos donde no volvería a ver a Edel nunca más.

Leyna se encuentra terminándose de vestir, Edel le había comunicado que se iba ausentar todo el día por negocios y le pidió que cuidara de Kristen, hablaría con ella a su regreso.
Kristen toca la puerta segura de lo que iba hablar.
Con paso firme y decida a llevar a cabo su plan, pasa dentro de la habitación mirando a Leyna directamente a sus ojos comenzando a contarle su secreto.

— Disculpe mi atrevimiento señora condesa, pero necesito hablar con usted.

— Dígame Kristen, ¿En qué puedo ayudarla? — Leyna le hace una señal para tomar asiento llamando a una sirvienta para que le sirvan algo de comer.

Kristen estaba muy nerviosa, demasiado como para no poder dejar de jugar con sus dedos en su regazo mirando todo el rato sus pies. Agarra varias bocanadas de aire antes de comenzar a expresarle a Leyna sus sentimientos sobre Edel.

— Antes de nada, quiero disculparme con usted señora condesa, pero es que necesito confesarle esto que llevo guardado dentro de mí. Necesito que me entienda, en el corazón no se manda, y hace años que conozco al señor duque. De hecho, cuando comencé a quererlo era una niña. El destino quiso que volviéramos a encontrarnos y no sé cómo sucedió, pero Edel es el único hombre que he amado en mi vida, tanto como para entregarme a él. Fue mi decisión, y.... por favor no mal intérprete mis palabras, no quiero ofenderla ya que usted se va a casar con él. Yo no quiero ser su amante, ni quiero dinero, solo lo quiero a él, y cuando una mujer como yo, que no tengo nada llega a tanto, usted podrá pensar que es por dinero. Pero no, amo con toda mi alma a Edel, y por ello he querido confesarle este sentimiento que tan clavado está en mi corazón. Y prometo que me iré lejos, muy lejos, donde siga recordándole. Lo siento mucho, yo... — Leyna se queda sin palabras al escuchar la manera tan especial y con tanta sinceridad con la que se refiere de sus sentimientos hacia su hermano. Leyna le toca ligeramente su mano mirándola fijamente sonriéndole, le dice que no tiene nada de qué avergonzarse y por supuesto, no cabe duda de que su hermano había escogido una buena mujer.
Kristen se queda algo confundida, pues esperaba otra reacción por parte de la condesa.

— Kristen, no tienes nada de qué avergonzarte, pues toda mujer hacemos locuras por amor. Comprendo perfectamente como  amas a Edel, y por ello apruebo que seas tú la elegida, la mujer con la que vaya a casarse mi hermano. Sí, como lo escuchas, Edel es mi hermano mayor. — Leyna comienza a contarle a Kristen su historia y lo mal que lo tuvo que pasar en su matrimonio. Kristen, sintió un alivio muy grande en su corazón al saber de que Leyna solo es la hermana de Edel, y que tal como le ha confesado, es  su hermana, y solamente la ama a ella. 

El Noble Sentimiento#PGP2021Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang