Como era costumbre los Domingos, toda la familia asistía a misa.
Ese día tan sólo fue Viveka con Klaus, Edel estaba trabajando en las caballerizas, y el hijo de Sophy necesitaba la atención de su madre, por lo que el conde le propuso de no ir a misa para quedarse en casa.
Sin embargo, Viveka debía de asistir para así dar su donativo nada más terminar la misa lo Zonas.Como era habitual entre las damas de la nobleza, al salir de la iglesia se reúnen para tomar té y dejar que los niños jueguen en un gran parque.
La condesa toma té con sus dos mejores amigas.
Ellas le hablan referente a sus vidas y de las familias más populares de la ciudad.
En un momento dado, se escucha unos caballos de relinchar y un gran ruido.
Alarmada por haber escuchado el nombre de Klaus, Viveka se levanta apresurada para ir al encuentro de su hijo, el cual está llorando en brazos de un desconocido.—Klaus hijo mío. — Angustiada, abraza a su hijo agradeciendo al caballero que oculta su rostro con un gran sombrero negro.
— Tranquila madame, su hijo está bien. Iba a cruzar la calle pensando que le daría tiempo y el caballo se ha asustado. — Una mirada penetrante con una voz que ya pensaba tener olvidada hace de que Viveka sienta su cuerpo paralizado y con miles de hormigas danzar en su estómago.
Y ahí estaba, tan cerca de ella, después de haber permanecido durante algún tiempo lejos de ella.— Gracias Monsieur por su ayuda. Si no hubiera sido por usted mi hijo estaría muy mal en estos momentos. — Los ojos acaramelados de la condesa observa al hombre que desvela su rostro, mostrando al caballero que ella ya se había imaginado quién era.
— Ha sido todo un placer auxiliar al pequeño. Espero que se encuentre bien. — Haciendo una reverencia, Dorian está dispuesto a marcharse cuando de un arrebato Viveka le invita a tomar un té.
Esbozando una sonrisa, el capitán Cuvier mira de costado a la condesa proponiéndole quedar mañana al medio día en un lugar más íntimo.
Ella acepta la invitación encantada y agradecida por lo que acaba de suceder.
Algo más tranquila, con su hijo en brazos, vuelve de nuevo con sus amistades para seguir charlando animadamente.Casi atardecido, Viveka llega a la mansión donde al pasar, su esposo la espera sentado en su sillón de cuero marrón fumando de su pipa rabioso.
Al ver la hora que era, el conde empieza a gritarle fuera de control por haber llegado tan tarde.
Viveka trata de hablar con él inútilmente, los oídos del conde están ataponados, solo hace caso a la mala influencia de Sophy, acabando en una discusión. Ella con lágrimas en los ojos busca en el refugio de su alcoba donde a solas rompe a llorar.
Alguien toca su puerta. Rápidamente se seca sus lágrimas, se trata de Sophy. Ella, muy alegre comienza a mortificar a su prima dejándole claro de qué parte está el conde.— Váyase de la alcoba de mi madre. Usted aquí no tiene nada que hacer. — Edel pasa dentro de la alcoba poniéndose al lado de su madre. Echándole una mirada asesina a Sophy, ésta se marcha victoriosa y al mismo tiempo almacenando más odio sobre Edel.
Le guste o no, ese joven que no soporta es el primogénito, el único con derecho a llevar el título de conde. Un título que desea que lleve su hijo.
Por más que intenta influenciar con sus palabras malévolas a su padre en contra de él, menos miedo demuestra Edel en defender a su madre y hermanos.Al día siguiente, vestida de manera informal, la condesa junto con Klaus sale de la mansión para encontrarse con el capitán Cuvier.
Quería agradecerle el haber evitado un desafortunado accidente.
O eran las ganas que tenía de volver a verlo después de algunos meses sin saber nada de él.Una hora después, Viveka llega a un restaurante muy pequeño y acogedor a las afueras de la ciudad.
Nada más verla, el capitán Cuvier se levanta de su asiento para retirar la silla de ella y ayudar a Klaus a sentarse.
Nada más verlo, Viveka comienza a transformarse.
Su cuerpo de hielo va tomando temperatura, los ojos aceituna del capitán la miran con devoción y una sonrisa preciosa.
En su interior, ella quiere apagar el fuego que ha comenzado a prenderse, la mano de Dorian sujetando la suya le produce innumerables sensaciones olvidadas y nuevas.
El tiempo pasa demasiado rápido para ellos.
Aunque se encontraban paseando hablando animadamente, Dorian quería volver a verla.
Apretando la mano de su hijo, la condesa rechaza la invitación del capitán.
Ante todo es madre, y no una mujercita que anda detrás de un hombre gustosa por mantener una aventura.
Poniendo en orden sus pensamientos, y a pesar de dolerle separarse del capitán, Viveka se despide de él empezando a caminar hacia su carruaje notando como unos ojos verdes la transpasan por completo.
Llegándose a preguntar si nunca llegará a conseguir la felicidad de un hombre tan bueno y amable como es Dorian Cuvier.
KAMU SEDANG MEMBACA
El Noble Sentimiento#PGP2021
AcakEl conde de Wegner tenía todo en la vida hasta que la inesperada muerte de su esposa transforma de algún modo su vida. Con un hijo a su cuidado, el conde culpa de toda su desgracia a su hijo el cual siendo inocente, deberá cargar con el resentimient...