La hija de Pitch Black (Jack Frost) ×EN CORRECIÓN×

Sinopsis

—Capítulo Editado—
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H-hola... Creo que debería describirme, ¿cierto? Lo siento, estoy un tanto nerviosa.

—¡Descríbete de una vez, mujer! —Gritó Lisa riendo.

Mi cabello es de color castaño y las puntas de este son negras, de la misma forma que un desteñido. Mi vestimenta consiste en un short negro con pinches y una remera de tirantes morada, sobre la que llevo una chaqueta de cuero negra que siempre dejo abierta. Mis ojos son de un color morado, mas bien lila, aunque cuando me enojo o mis emociones se alteran pasan a ser negros.

¿Ser normal? Pff, eso es de humanos.

—¡Y tienes un gran cuerpo, cuéntales de tu cuerpo! —Volvió a gritar mi amiga.

—Vale, vale. —Suspiré rendida.

Como dijo mi amiga, se supone que tengo un buen cuerpo. No es nada extraordinario; tengo curvas en los lugares indicados y soy delgada. No es como si fuera Kim Kardashian o algo por el estilo.

Como ya lo notaron, no soy perfecta. Algunos creen que soy malvada y que ese debería ser mi destino; todo por culpa de mi padre.

En realidad, vivir con el Coco-

—¡Su nombre da tanta gracia, Dios mío! —Interrumpió mi amiga carcajeando. —Coco. Ay, Dios.

—Basta, Lisa. —Le reprimí, pero aún así no pude evitar que se me escape una pequeña risa.

Tiene razón, es un nombre estúpido. ¿A quién se le ocurrió eso?

Bueno, volviendo al tema importante.

Al vivir tanto tiempo con mi padre mis miedos se han reducido, pero eso no significa que han desaparecido por completo. Y uno de ellos: Los guardianes.

Dirán: "Oh, pero Sia, ¿cómo puede ser eso?"

Pues, digamos que mi padre y yo somos... extremada y obviamente distintos. Casi no parecemos parientes, ¿vale?

Él es malo, yo no lo soy... creo. Yo amo reír y soy algo infantil; él es serio, sádico y su humor es sarcástico y negro.

Cuando él piensa en los guardianes piensa en venganza; yo en esconderme debajo de mis sábanas y esperar no tener que cambiarlas en la mañana, si saben a lo que me refiero.

Vale, vale, tampoco para tanto. Pero sí, me provocan mucho temor.

—¡Y Jack, tu amorcito! ¡Diles de él!

—¡Jack no es mi amorcito! —Chillé, sonrojada.

—¿Alguien me llamó?

—¡¡No!!

—¡¡Sí!!

—¡¡Fuera, bicho!!

—...Voy a ignorar eso. ¿Qué haces, fresa?

—¡Deja de llamarme fresa, Frost! Agh... ¿Saben qué? Lean la historia y listo, si es que quieren. Dejen sus comentarios y su voto, adiós.

—¡Baja la pala, Sia! —Gritaron Lisa y Jack a la par.

Holaa, ya tengo una historias de Frost... Ay :') Bueno, no. Como dijo Sia, comenten y voten. Adióh criaturitas de frío :33