8. ¿Alguna vez te rompieron el corazón?

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Jimin POV


Había preferido tomarme algunos días en el motel, en mi habitación.

No era la gran cosa pero debía admitir que aun así me gustaba, era cómodo y ya me había acostumbrado a la idea de estar en un espacio reducido, a pesar de haber vivido toda mi vida en la casa de mis padres, la cual era espaciosa. Sin embargo, el motel estaba bien para mí, por lo que de momento no planeaba mudarme. Tampoco era como su tuviera el dinero suficiente para hacerlo.

Mi trabajo era bueno y lo disfrutaba, pero la paga sólo era suficiente para las salidas que hacía, pagar el alquiler de aquella habitación y lo necesario para comer y seguir con mis estudios.

La razón por la cual preferí no salir por unos días había sido porque estaba bastante cansado. La vida universitaria me dejaba con menos energía que la que tenía antes cuando salía casi todos los días en Busan con mi fiel amigo Hoseok, con quien mantenía llamados esporádicos para hablar un poco de nuestras vidas y eso era todo, sólo para que supiera que estaba vivo. Aún seguía prometiéndome que pronto iría a visitarme.

Además de todo, había dejado de asistir a aquellos clubes a los que Tae me invitaba para ir con sus amigos exclusivos. Él no lo tomó a mal para nada, por lo que no me interesé mucho por eso. No estaba muy entusiasmado de ir a lugares para verle divertirse y metiéndose con cualquier cosa que se moviera, llegaba un punto en que era incómodo y extraño.

Para ser honesto, había colmado mi paciencia. Jungkook había estado bastante extraño la última semana y aunque no tenía forma de saber la razón yo estaba seguro que tenía que ver con el hecho de que Taehyung se la había pasado bastante ausente del bar al que siempre íbamos. Había recibido más llamadas de cancelaciones o excusas tontas y Jungkook sólo sonreía como si no le quedara otro remedio que aceptarlo de esa manera. Sus ojos decaídos hablaban por sí solos. Taehyung no tenía ni idea de cuánto le afectaban sus acciones, y de haberlo sabido poca importancia le daría.

Era curioso, porque toda mi vida me la había pasado acostándome con chicos, y también había visto miles de personas rompiendo relaciones. Había visto a mi amigo Hoseok siendo infiel a novias que él había tenido y jamás me había importado.

Jamás me había parecido la gran cosa, era normal. La gente vive engañando a otros, era culpa de los que confiaban ciegamente si salían lastimados, eso era lo que yo pensaba.

Probablemente había destrozado el corazón de muchos de los chicos que yo sólo había usado para tener sexo, pero jamás lo supe. Jamás les vi llorar, jamás les vi perder el brillo en sus ojos, no porque no hubieran pasado por eso, sino porque obviamente yo no estaba allí para verlo. Quizás, si les hubiera visto, me hubiera sentido algo mal.

Simplemente dejaba de contestar sus llamadas, les ponía excusas o les decía directamente que ya no estaba interesado en ellos, sin importarme cómo podían llegar a sentirse.

Sí, era curioso el hecho de ver a Jungkook y preguntarme "¿Así se ven todas las personas a las que les rompen el corazón?".

Nadie me había roto el corazón, jamás me había enamorado, era imposible saber lo que se sentía, pero ver al niño bonito, con su rostro afligido, completamente desconectado del presente, perdido en sus pensamientos, me había hecho sentir mal de alguna forma.

Sus ojos siempre habían sido sombríos, pero cuando se trataba de Taehyung, éste les hacía nacer una luz que no sabía que tenían, una luz que por alguna razón no podía prenderse por sí sola en los ojos de Jungkook.

Sentía que era injusta la forma en la que Jungkook le dedicaba miradas esperanzadas y suspiros de enamorado a Taehyung, cuando éste último se revolcaba con otras personas a sus espaldas.

•S[e]OUL ~ JIKOOK•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora