•S[e]OUL ~ JIKOOK•

26. Muerto contigo

Jimin POV

Estaba en la fábrica, sentado en la cancha de baloncesto mientras miraba cómo había quedado todo. Había quedado muy bien, estaba feliz de haber podido darle aquella sorpresa a Jungkook y ver su rostro sorprendido y feliz de ver ese lugar restaurado.

Habían pasado dos horas y mi silencio se rompió cuando mi celular sonó.

En ese mismo instante, cuando vi que en la pantalla de mi celular aparecía el nombre de mi amigo, un mal presentimiento llegó a la boca de mi estómago. Era extraño que me llamase ya que las cosas no habían estado bien con él últimamente.

Sin embargo, no dudé en atender.

- ¿Taehyung? – esperé su respuesta del otro lado de la línea.

- Ven de inmediato al edificio – su voz se sentía ahogada y forzada – Jungkook está mal.

- ¿Qué le sucedió? – me levanté de un salto del piso, sintiéndome alarmado.

- Ven ahora mismo, Jimin – repitió algo agresivo. Antes de cortar me dio la dirección del lugar. Mis manos temblaban. Algo estaba muy mal.

Corté la llamada y corrí hacia el auto de Jin.

Afortunadamente estaba cerca del edificio, conduje rápidamente, no me interesaba si me hacían una multa o lo que fuera, llegaría a ese lugar.

La voz de Taehyung no me dejaría tranquilo, sonaba tan extraño que me había generado una ansiedad tan palpable que sentía mi corazón se saldría por mi boca, había sido suficiente para casi dejarme llevar por el pánico.

Llegué en unos pocos minutos y entré al edificio corriendo. La recepcionista me detuvo pero una vez di mi nombre me cedió el paso y me dijo al piso que debía dirigirme, por suerte no me hizo perder tiempo.

A penas escuché qué más me dijo, no esperé a que terminara de hablar, solo corrí al ascensor. El sudor bajaba por mi espalda.

En ningún momento me detuve a pensar qué podría haber sucedido, simplemente actué por instinto. Quería ver a Jungkook, quería cerciorarme de que estuviera bien, no me importaba nada más por lo que no tenía tiempo de pensar.

Llegué agitado, corto de aliento y la intranquilidad me azotó cuando vi a Taehyung sentado en un sillón en la sala de aquel piso, con sus codos en sus piernas y la cabeza a gachas.

- Taehyung... - corrí hacia él - ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Jungkook? – pregunté. No levantó su rostro y a duras penas respondió.

- Al final del pasillo... - su voz estaba ida y sus manos frotaban sus dedos con nerviosismo

Me volteé para dirigirme al pasillo. Era largo y lleno de puertas, pero la última estaba abierta.

Mi corazón palpitaba muy fuerte, no sólo por haber corrido sino porque estaba asustado y ni siquiera sabía por qué. Necesitaba verlo para saber que todo estaba bien.

¿Cuánto más estuviste dispuesto a soportar, Jungkook? En algún punto creí entenderte, pero la realidad era que nunca lo había hecho.

Nunca mostraste tus debilidades, siempre te vi como alguien genial. Cuando te conocí mejor pude ver que eras tan brillante y hermoso como una estrella. Eras hermoso y perfecto pero la realidad era que por dentro estabas cayendo, una estrella que había muerto. No sabía lo tanto que tu pasado pesaba en verdad, ni la magnitud del significado de que no pudieras confiar en nadie.