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Los conectados esperaban en la gran sala de urgencias al doctor de turno, ninguno emitió algún sonido desde que entraron al hospital, solo se lanzaban miradas con preocupación y daban pequeños apretones en sus manos entrelazadas. Nicki jugaba con sus pies nerviosamente, no podía dejar de proyectar la imagen de los miller siendo subidos a la ambulancia y de vez en cuando tocaba su collar sobretodo los guantes de box. Sabía que Caleb estaba igual o peor de ansioso que ella, se notaba por como miraba de un lado a otro con desesperación y como tiraba su cabeza hacia atrás soltando suspiros profundos.

— Debes tranquilizarte — Dijo la artes notando como el chico golpeaba con puño cerrado la silla plástica a su costado — Recuerda los ejercicios del doctor smith. Respira profundo.

— No necesito los malditos ejercicios Nicky. Necesito que aparezca ese maldito doctor de una vez por todas — El tono enojado del muchacho puso alerta a la artes.

El psicólogo les habia contado que caleb tenía ataques de ira nivel uno:  El nivel era bajo, gracias al boxeo que sacaba gran parte de la frustración y enojo, además que el muchacho tenía gran disciplina para controlarlos. Pero, en ocasiones era imposible ya que los ataques pueden ser producidos por diversos factores y ahora estaba pasando por muchos, por lo cual era mejor tranquilizarlo o terinaria haciendo un desastre dentro del hospital.    

Lo miro y llevo sus manos entrelazadas hasta su boca dando un beso en sus nudillos — Todo saldrá bien cal — Musito acariciando sus manos.  

— ¿Me lo prometes? — El tono de muchacho era más suave y la artes noto como sus ojos estaban cristalinos.

— Claro que si. Y si no, lo resolveremos recuerda que somos el jodido equipo miller — Dijo soltando sus manos y llevarlas hasta su cara, acariciando su mejilla. 

El chico no dijo nada solo acuno su rostro entre sus manos y la acercó a su rostro — Te amo — Musito antes de chocar sus labios en un suave beso. La artes subió sus manos hasta nuca del chico acariciando suavemente al compás del beso, sus lenguas jugaban creando chispas que se notaban a distancia.

Una tos falsa hizo que se separan y aun agitados levantaron la cabeza encontrándose con un hombre mayor de bata blanca, quien los miraba con una ceja alzada y una cara sin expresión.

— ¿Ustedes son familiares de Connor y Christian Miller? — Pregunto leyendo los papeles.

— Si somos nosotros — Respondió rápidamente el pecoso parándose de la silla como resorte. La artes copió su acción y  lo tomó del brazo para escuchar al doctor — ¿Que tienen mis hermanos doctor?

— Es delicado. Por favor acompáñenme a mi consultorio — Pidió amablemente. Los conectados se miraron entre si preocupados, pero asintieron acompañando al doctor por el largo pasillo hasta el consultorio. Entraron al consultorio y tomaron asiento frente al escritorio pulcro del médico. 

El hombre miraba la planilla con una expresión seria y confundida, luego los volteo a ver con la misma cara.

— ¿Doctor que está pasando? —  Pregunto algo inquieta la agrícola — ¿Los chicos están bien?

El médico soltó un suspiro pesado mientras negaba con la cabeza — Christian está estable...pero connor...

— ¿pero Connor..?¿Que pasa con Connor doctor? — Preguntó inquieto el pecoso. El hombre mayor miro con pena, se notaba lo preocupado que estaba.

— Mira chico tengo 45 años ejerciendo mi carrera y jamás vi algo como esto. Tu hermano llegó muy mal : Su marca estaba muy infectada, volaba de fiebre y su corazón estaba latiendo cada vez menos. Tuvimos que conectarlo de urgencias a una máquina, casi muere. Fui un milagro salvarlo, pero a veces los milagros no son suficientes....— La voz del hombre se notaba cansada y preocupada —...Su cuerpo está respondiendo bien a los medicamentos, pero no podrán mantenerlo para siempre.

La Artes:La agricolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora