La Artes:La agricola

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Bajo del taxi y trago duro al ver el gigante edificio de registro civil. Conociera a su familia en menos de una hora, espero diecinueve años este momento y no podía sentirse feliz o emocionada. Su estómago se revolvía con fuerza y sus manos apretaban la sudadera robada de Connor,  sentir su olor, de una o otra forma la hacía sentir como si estuviera ahí con ella.

Tenia mucho miedo, no sabria que hacer, como sostener a los chicos, sin el. Eran un equipo, eran el jodido equipo miller y sin el, no seria igual.

Al entrar, Susan le dijo que tomara asiento mientras venía el equipo que la prepararía. Segun ella, eran algo escandalosas y brillantes, pero hacían bien su trabajo. Se retiró con la excusa que debía llenar formularios y la agrícola podía verla perfectamente pintándose las uñas  de un color chillón. 

Terrestres. pensó

Se preguntaba. ¿Todas serian como susan?¿Tan asquerosas y frías? ¿ O Susan era una especie limitada de terrestre?

Parecía alguien que solo estaba lastimado y solo tenia miedo de volver abrir su corazón.

Dejo de pensar en susan, para enfocarse en lo qué sucedería en pocos momentos.  

Sentía su estómago revolverse y tantas emociones que no sabia quien las causaban: Si su familia o los Millers. Estaba preocupada y algo ansiosa por saber qué estaba pasando allí, una parte de ella se sentía culpa por dejarlos solos. Pero sabía que no era justo para su familia seguir esperando para verla.

Tenía mucha curiosidad sobre su familia: ¿Cuántos padres tendría?¿Su mama tambien seria una agrícola?¿Tendría que contarles sobre lo que estaba sucediendo?.

Miles de preguntas rodeaban su mente cuando escucho una voz conocida gritar su nombre con emoción. —¡Nicky! — Chillo melody corriendo a su dirección con tres muchachas detrás tratando de seguirle el paso. Obviamente todo el lobby observó a la muchacha y a su conjunto de lentejuelas rosado, pero ni eso detuvo a la Artezana de abalanzarse sobre su amiga y tirar el sillón individual hacia atrás por el peso — ¡Tomatito!¡Te extrañe! —Dijo abrazándola un poco más y dejando un sonoro beso en su mejilla.

La agrícola se rio y disfruto del abrazo, a pesar de que Melody la estaba aplastado, habían volteado un sillón y más de veinte personas las observaban, su mejor amiga estaba ahí para ella — Yo también te extrañe Brillitos — Murmuró dejando también un sonoro beso en su mejilla.

Nicole sentía como ese nudo en el estómago desapareció en el segundo que Melody la abrazo, el amor y la protección que su mejor amiga le brindaba era inigualable. Desde pequeñas se notaba el amor y seguridad que desbordaba, era fácil de ver que esa amistad era pura y sincera. 

Todavía tenía fresco el recuerdo de cómo se conocieron: Fue una tarde en el patio de los rosales, las superiores habían organizado un picnic para que los grupos pequeños de las artes se conozcan. Todo estaba perfecto, hasta que una traviesa agrícola quiso la rosa más fresca y alta del rosal, cayendo entre las plantas quedando toda espinosa. La pequeña de siete años lloraba con fuerza al sentir las espinas por su piel, no dejaba que nadie la tocara y menos que la sacaran de los rosales, hasta que una niña con un moño ridículamente enorme se acercó a ella ofreciéndole una galleta de chispas de chocolate a cambio que dejará a la señora From la sacara de ahí. Obviamente Nicole aceptó, ¿ Porque quien en su sano juicio, no acepta comida gratis? Pero no fue solo la galleta el porqué se hicieron amigas, sino que Melody tomo su mano y no la soltó hasta que la última espina fue sacada. Desde momento Melody le dijo que la cuidaría para siempre y le haría galletas cada vez que estuviera triste, y hasta ahora jamás habia roto la promesa.

La voz de una enojada Susan la sacó de sus pensamientos: — ¿¡Que carajos hacen!? — Masculló bajo hacia ellas, tratando de no llamar más la atención en el lobby.