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Miró por la ventana durante otros largos minutos hasta que sintió unos brazos abrazarlo por detrás. Sonrió inconscientemente y acarició sus manos mientras seguía mirando hacia fuera.

—¿Harry? —lo nombró y éste murmuró como respuesta.—Tu madre sigue contigo, ¿verdad?

—Sí, ella sigue conmigo.

—Ámala mucho. Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.—dijo bajando la mirada.—Hubiera aprovechado más su presencia si sabía que se iba a ir tan temprano.—tragó saliva y cogió aire.—Espero que ella sepa que la quiero mucho.

—Ella sabe que la quieres, y no olvides que ella te quiere a ti.

—Lo sé, pero a veces la necesito conmigo. Sus abrazos cálidos, ella me protegía mucho. Estaba muy protegido a su lado pero jamás pensé que ella no lo estaba.

—Louis son cosas que pasan, no te culpes.

—No lo hago, sólo sé que me hubiera gustado abrazarla más fuerte la última vez que lo hice. No sabía que sería el último abrazo, no sabía que al día siguiente ya no estaría conmigo, me duele un poco. —bajó la mirada y respiró hondo.—La quiero de vuelta, quiero volver a verla. Pero sé que jamás podré y..—frunció el ceño por el pequeño nudo que se le estaba formando en su garganta.—Y me afecta. Es lo único que me afecta. Su ausencia. Me dejó un vacío enorme cuando se fue y no sé cómo rellenarlo. Simplemente no puedo.

—Oye.. —murmuró Harry suavemente mientras acariciaba su hombro.—¿Quieres un abrazo?

Louis sonriendo se dio la vuelta y lo abrazó sin ni siquiera responderle. Cerró sus ojos y sin pensarlo dos veces metió sus dedos entre los rizos bien formados de Harry.

Éste lo abrazó por la cintura y comenzó a acariciar toda su espalda. Frunció el ceño porque al pasar su mano por su columna, logró sentir cada hueso y eso lo preocupaba mucho.

Sabía que no comía, pues no siempre tenía algo para comer. Supo que tenía que hacer algo para que eso cambiara lo antes posible. Su organismo le podía fallar en cualquier momento.

Iba a separarse pero justo ese momento, logró escuchar un hipo ahogado de su parte y en vez de alejarse, lo apretó más a su cuerpo.

—Estás bien.. —dijo mientras acariciaba sus cabellos.—Eres fuerte.

—L-lo soy. —respondió él entre hipos.

—Eres sensible también, y eso te hace adorable.

Louis soltó una risita y se alejó para mirarlo con una sonrisa. Harry condujo sus manos hacia su rostro y comenzó a limpiar sus lágrimas. Louis sonriendo sólo sujetó sus dos muñecas robando un poquito de su calor corporal.

—Ella también lo era. —dijo con una sonrisa. —Se veía tierna cuando lloraba en su cumpleaños, por la felicidad de ver que cantábamos por ella y la felicitábamos sin parar. —Harry sonrió y le acarició el cuello mientras él seguía hablando. —La sigo felicitando, aún sabiendo que ya no cumple más años.

—Lo importante es la intención, Louis. Seguramente estaba muy orgullosa de ti, y se fue sabiendo que le dejó un buen regalo al mundo.

—Aww Harry.. —dijo colocando sus dos manos en su pecho.— Que dulce, gracias.

—No me las des.—dijo con una sonrisa mientras acariciaba su mejilla.—¿Quieres algo de picar? ¿Le digo a los chicos que traigan pequeñas cositas para ti?—preguntó pero Louis no tardó en negar dos veces.

—Con el desayuno me bastó.—dijo llevando una mano a su abdomen.—Tengo el estómago pequeño, lo habrás notado. Si como mucho, después me duele.

Beachwood Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora