41

110 12 43
                                    

—Vamos a repetir lo que hemos acordado.—habló Louis saliendo del coche recién aparcado. Esperó a estar al lado del más alto antes de sujetar su mano y comenzar a caminar para acercarse más a su destino.

—No sé por qué has decidido venir a verlo.—habló Harry guardando las llaves en su bolsillo trasero.

—Porque soy curioso y quiero ver qué va a decirme.

—Como te pegue no pienso quedarme con las ganas de cometer mi primer asesinato.

Louis rió levemente.—Tranquilo.—entrelazó sus dedos con los de él.—Pretende que no me conoces y vete a otra mesa a sentarte. No necesito que estés conmigo.

—Está bien bebé.—alzó su mano y le dio un beso.

—No me mires mucho tampoco, será muy obvio si lo haces.

—¿También quieres que no respire por si me escucha?—Louis rodó los ojos y Harry rió suavemente.—Ligaré contigo.

—No.—lo miró.—No lo hagas.

Harry sonrió.—¿No? ¿Por qué no? Así ves si realmente te protege o no.

—No lo hará, no necesito que te metas en un papel, Harry.—lo miró seriamente pero al ver que se estaba riendo, suspiró.—Lo harás igualmente, ¿no es así?

—En efecto.

*****

Pronto cuando llegaron al bar, entraron como si fueran dos desconocidos y se dirigieron a las mesas de siempre que estaban pegadas al bartender.

Ahí estaba George, esperando la llegada del ojiazul.
Tenía rastas que le llegaban por debajo de su codo, pero la parte lateral de su cabeza estaba rapada. Cejas negras y poco cuidadas y lo mismo pasaba con su barba, que se guardaba migas de pan. La falta de su cuidado personal se notaba a primera vista, y Harry no tardó en verlo.
Sus ojos negros estaban rojizos, y Louis jamás los había visto de otra forma.

—Hola Louis.—murmuró George al ver que éste se sentaba a su lado. Trató de acercarse para saludarlo, pero Louis se echó para atrás negando dos veces.

—No me toques.—murmuró y George, aceptó enseguida.

Harry, por otro lado, se había sentado dos mesas más lejos que ellos y estaba fingiendo mirar al menú mientras escuchaba sus conversaciones detalladamente.

—Gracias por venir.—dijo él sonriendo, pero Louis no le correspondió la sonrisa.—Sólo.. quería hablarte de algo.—Louis asintió dos veces.—¿Sigues molesto por lo-

—Dime qué quieres, George, no estaré perdiendo el tiempo contigo.

—Sabes que estaba borracho, no quise hacerlo.

—¿Me llamaste por esto? ¿Para hablar de esta mierda?—frunció el ceño y se levantó.—Me largo de aquí.—dijo pero sin que pudiera dar un paso, George sujetó su brazo con fuerza.—Suéltame o gritaré llamando la atención de todos.—habló Louis seriamente.—Suéltame. Ahora.

—Sí, pero siéntate, deja que hable y te irás.

Louis poco convencido, regresó a su sitio y se sentó una vez más mirándolo a él.—¿Qué quieres?

—Tienes ropa nueva.. wow.—habló él.—¿La robaste?

—Dime qué quieres de una vez.

—Hola.—se acercó Harry y al verlo, Louis rodó los ojos evitando mirarlo.

—Hola, hermano.—habló George.—¿Cómo andas? ¿Todo bien?

—Sí, sí, sólo me preguntaba si podía invitar a este jovencito a una copa.—acercó una mano a su mentón y lo giró para mirarlo.—¿Qué me dices lindura?—sonrió—¿Quieres unos chupitos?

Beachwood Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora